Kingblessed: reguetón desde las discotecas hasta las iglesias

Raúl Reyes decidió usar el género urbano, que suele asociarse con alcohol, sexo y drogas para cantarle a Dios. A pesar de la polémica que causa para algunas personas, ya lleva ocho años de carrera musical.

Michelle González Macea
06 de julio de 2018 - 09:22 p. m.
Cortesía de Adriana Romero
Cortesía de Adriana Romero

No te me sorprendas si te canto reguetón

Yo no hablo perreo pues yo vengo con la unción

Raúl Reyes nació en Bogotá, pero fue criado en Medellín. Creció acompañado del hip hop, que escuchaba con sus amigos mientras jugaba baloncesto en el barrio Aranjuez, y del góspel de la iglesia cristiana de la que sus papás eran pastores. Además, su abuelo y sus tíos cantaban boleros. Sin embargo, asegura que la música no solo estaba en su entorno. “¡Realmente la llevo en las venas!”, dice con el acento paisa que no ha perdido a pesar de que en 2010 regresó a Bogotá.

Reyes no escogió el mismo género que solían interpretar sus familiares, pero, al igual que ellos, intentó ser músico sin ningún conocimiento teórico. Desde que era niño dirigió con su voz y su guitarra los cánticos de las reuniones religiosas en la iglesia de sus padres. El cristianismo llegó a su familia por la influencia de uno de sus tíos.

En Colombia hay más de 5.000 iglesias evangélicas registradas, según la Oficina de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior. Entre ellas suman más de 11.000 sedes. Las ciudades con mayor número de establecimientos religiosos son Bogotá (25%), Barranquilla (9%) y Cali (7%).

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Los papás de Reyes creían que faltaban más iglesias en Medellín, por eso decidieron abrir la Iglesia Cristiana La Palabra Revelada. Todos los domingos cerca de 80 personas se reunían para las celebraciones espirituales y, además, eran testigos del talento de Reyes, quien para ese momento tenía nueve años. No solo cantaba y tocaba la guitarra, también animaba a los creyentes para que saltaran, aplaudieran y oraran.

Durante un año dirigió la música de la iglesia. Cuando tenía 10 años, un egresado de música de la Universidad de Antioquia llegó a la congregación. Le enseñó teoría musical, técnica vocal y lo ayudó a perfeccionar sus pocos conocimientos de la guitarra.

“Dios es mi padre y al verlo de esa manera representa amor, paz y alegría. Verlo mucho más allá de una religión me permite transmitir lo que significa para mí”, explica el cantante de 33 años.

Cuando tenía 15, el cantante descubrió otra pasión: el baloncesto. Eso lo llevó a usar su talento musical en otro género muy alejado del góspel.

“La cultura que trae ese deporte siempre está enganchada con el hip hop y la música urbana. En Medellín existen barrios que son invasiones afrodescendientes de parte del pacífico de Colombia. Así que esa era la música que predominaba en la ciudad”, dice Reyes.

En su adolescencia cantaba hip hop, componía y hacía freestyle (improvisaciones de rap) con sus amigos en la calle.

“Siempre encontraba en la música de ellos un mensaje de pobreza, violencia, desamparo por sus padres o que estaban metidos en algún tipo de oficio delictivo para poder sobrevivir. Ahí me di cuenta de que esa era su realidad y yo trataba de ser luz allí”, aseguró el cantante.

En 2002, durante una presentación de freestyle, un productor se le acercó y le preguntó: “¿por qué no hacemos un experimento? Grabemos tres canciones de reguetón en mi estudio”.

Un año antes de esa propuesta se escuchó por primera vez una canción de ese género en Colombia. Fue El Latigazo de Daddy Yankee, transmitida por la emisora Rumba Stereo de Medellín. De esa ciudad terminarían surgiendo íconos del reguetón como J Balvin y Maluma. Ambos alcanzaron el éxito mundial con este ritmo.

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El reguetón enganchó a Reyes. Pero no siguió la línea de cantar sobre sexo, alcohol y drogas, que son los temas frecuentes en las letras de ese género musical. Él, en cambio, decidió hablar de Dios en el ritmo que la gente usa para bailar en las discotecas.

Kingblessed (rey bendecido) sería su nombre artístico. Sus padres lo apoyaron. Sin embargo, fusionar el mensaje bíblico con el reguetón generó polémica, en especial para miembros de otras iglesias que, en un principio, eran el público objetivo de su música.

En una ocasión un anciano le dijo que lo que él estaba haciendo era del diablo. El cantante alza la voz al hablar de ese momento. “Yo le respondí: mire, no nos vamos a ir a religiosidades pero con mucho respeto vamos a lo que dice la biblia. Todas las cosas fueron creadas por y para Dios, el reguetón también, que se esté usando para otra cosa ese no es problema mío”.

La canción más exitosa de Kingblessed, es Y con reguetón. Nació en un momento de rabia por las críticas que le hacían por cantar el género urbano.

Un sacrificio de alabanza traigo yo, en su presencia fluye y con reguetón,

Yo sé que a ti te gusta, a otros que no, pero él lo recibe, y con reguetón.

El rechazo de algunas personas que comparten su fe lo llevó a presentarse en discotecas. Por lo general le daban el espacio para que interpretara dos canciones y lo presentaban como “el reguetonero cristiano de Medellín”.

Lo cierto es que Kingblessed escogió un género que actualmente es un fenómeno a nivel mundial. Spotify, la plataforma de reproducción de música en línea, que cuenta con 140 millones de usuarios, reveló que en 2017 la mayoría de reguetón fue creado en Colombia y Puerto Rico. La aplicación calcula que desde el 2014, en esos dos países, se ha escuchado el equivalente a 7.500 años en canciones de ese género. Además, las reproducciones de este ritmo urbano incrementaron un 119% desde 2014 a 2017, mientras que el pop aumentó un 13% en el mismo periodo de tiempo.

En América Latina los ingresos de la industria musical ascendieron un 17.7%, en comparación de 2016 que registró un aumento del 8.5%, según el Informe Global de la Música elaborado por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica. 

Kingblessed decidió utilizar el reguetón pero cree que se debe ofrecer variedad en la industria musical cristiana.

En diciembre de 2009 recibió su primer premio como mejor cantante de reguetón en los Vertical Music, ceremonia que condecora lo mejor de la música góspel en Colombia. Funky, el exponente del reguetón cristiano en Latinoamérica fue quien se lo entregó. Zetty, Charry Slow y Sion Nación Santa son otros cantantes colombianos de reguetón cristiano.

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En 2010 volvió a ganar ese premio con su primer disco Firmes en la gracia. Ese mismo año firmó un contrato con la empresa de producción Hefziba Eventos, manejada por Adriana Romero. Ella sería su manager por los siguientes cuatro años. Reyes se mudó a Bogotá para formalizar su carrera en la industria musical.

Romero lo ayudó a ubicarse de nuevo en la capital, pues él solo tenía leves recuerdos de la ciudad en la que nació. Después de cuatro años de trabajo juntos se enamoraron. Él asegura que no fue necesario tener un noviazgo porque ya se conocían totalmente. Le propuso matrimonio y se casaron en 2013. Tienen un hijo de tres años que se llama Juan José, quien, según ellos, desde bebé marca los compases y los tiempos de las canciones. 

Ella confiesa que manejar el trabajo con su vida personal no ha sido fácil, pero con los años han aprendido a diferenciar los momentos. “Cuando él está en la tarima es Kingblessed y yo Adriana la manager y no hay lío si tengo que regañar al equipo de trabajo o a él. Lo importante es que eso no afecte en casa”, cuenta mientras tiene en una mano el celular, que no ha parado de sonar por casi una hora, y en la otra un vaso con jugo para Juan José.

Actualmente, ambos se encargan de organizar las giras del segundo disco 1:11 Mil veces más, basado en el versículo Deuteronomio 1:11. El pasaje dice: “¡Que el Señor, el Dios de sus antepasados, los multiplique mil veces más, y los bendiga tal como lo prometió!”.

Con el primer disco estuvieron en Venezuela, Ecuador, Argentina y Estados Unidos. Con el segundo, esperan hacer una gira similar.

Kingblessed ha realizado más de 500 presentaciones y ha vendido más de 50.000 discos, lo que lo posiciona como el cantante de reguetón cristiano de mayor éxito en Colombia. Eso lo demuestran también tres premios que ganó en los Praise Awards, ceremonia que se llevó a cabo en junio de este año en Barranquilla y condecoró a los mejores cantantes colombianos de música cristiana.

A pesar de que existen sellos discográficos que acogen este tipo de música, como Canzion y Vástago Producciones, para Romero a la industria musical cristiana le hace falta profesionalizarse.

“Sin embargo, ya somos un mercado tan objetivo y tan grande con una proyección en crecimiento que los Grammy, Billboard y Nuestra tierra ya tienen una categoría cristiana”, explicó.

Para Kingblessed es importante afirmar que realmente no hay música cristiana ni música secular, “música es música. La canción sí puede ser cristiana o puede ser el mensaje que tú quieras. Por eso sigo haciendo esta música y bueno ¡vamo’ a romperla!”, luego suelta una carcajada mientras alza a su hijo en las piernas y le sonríe a su esposa.

Por Michelle González Macea

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