Suena "Buitres", el nuevo trabajo de larga duración de Diamante Eléctrico

La música del Diamante ha logrado llevar consigo los sonidos más vulnerables de la ola del rock y música alternativa colombiana y en la misma vía ha conseguido poner en el frente de batalla el sonido de la leyenda Billy Gibbons.

Lorena Villaquirán
14 de septiembre de 2018 - 12:33 a. m.
Diamante Eléctrico está integrado por Juan Galeano en las voces, bajo y teclados; Daniel Álvarez en la guitarra y Andee Zeta en la batería.  / Cortesía
Diamante Eléctrico está integrado por Juan Galeano en las voces, bajo y teclados; Daniel Álvarez en la guitarra y Andee Zeta en la batería. / Cortesía

Mucho hay que decir de una agrupación que a pesar de su aparente corta carrera ha logrado sumar a su podio tantos puntos, sugiriendo una maratón que rara vez se corre contra uno mismo. Juan Galeano en las voces, bajo y teclados, Daniel Álvarez en la guitarra y Andee Zeta en la batería, conforman el grupo que desde el 2012 ha puesto la mirada sobre el rock colombiano en el mapa internacional. (Le puede interesar: Diamante Eléctrico presenta el video "Hacia la noche")

Tres estatuillas del codiciado gramófono reposan en su estante, cuatro álbumes (Buitres el último), más de 250 shows en una importante lista de tours alrededor del mundo, validación musical de la crítica desde todas las aristas y por supuesto una propuesta musical que se ha solidificado entorno al rock latinoamericano durante los últimos cuatro años. (Lea también: "La Gran Oscilación", el nuevo disco de Diamante Eléctrico)

La música del Diamante ha logrado llevar consigo los sonidos más vulnerables de la ola del rock y música alternativa colombiana y en la misma vía ha conseguido poner en el frente de batalla el sonido de la leyenda Billy Gibbons (Días raros). Es por eso que Buitres suena a un escalafón más arriba sobre el "rock sucio" al que estamos acostumbrados a oír en sus filas. Las letras son, como es tradicional para el trío, desgarradoras, viscerales, personales, en muchos casos incomodas, y tal vez ese sea uno de sus mejores ganchos. (Además, Yo estuve en el concierto de los Rolling Stones)

El álbum cuenta con nueve tracks Hacia la noche, Rotos, El Náufrago (Salvavidas), CasinoNefertiti, Oro, Buitres, Mérida y No me lo pidas junto a Flor de Toloache. El disco empieza a sonar con Hacia la noche, siendo un tema devocional, algo sexy, describiendo a la noche como  la única dirección que queda cuando se desea vivir desde los extremos.

Rotos, producida por Juan Galeano en compañía de Mauricio García de Nébula Estudio, es una canción con un tinte groovy que le dice al transeúnte que se desarme al paso, porque en el camino nos encontramos a otros más descompuestos. Naufrago (Salvavidas)  nos dice que todo lo dejamos a la suerte, incluso hundirnos, y justo cuando nos ahogamos es que descubrimos que todos somos presa.

El resto del disco es un ir y venir entre la marca de soul y un rock tajante versus un vacile tentador con sonidos más fáciles de digerir en el mainstream, sin olvidar que al final, justo al último track, suena una colaboración con Flor de Toloache. No me lo pidas, se escucha en las voces de la América latina, mientras suenan la vihuela, el guitarrón, la trompeta y los violines pintando sobre el rock una buena ranchera. En un extremo las cinco mariachis, al otro, con dedo en el gatillo, el Diamante. Y con la luz del sol pegando fuertemente, se despiden, como en cualquier buen wéstern, los tres diamantes.  

Por Lorena Villaquirán

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