Taylor Swift es reconocida como una de las mujeres más exitosas en la industria musical. Es la única artista femenina que ha logrado ganar en tres ocasiones el Grammy por Álbum del Año, ha sido denominada “Artista de la Década” por los American Music Awards y ha ganado más de 300 premios a nivel internacional. Sin embargo, Swift es recordada principalmente por su lucha por el respeto de los artistas musicales y el pago digno que merecen, al cuestionar los modelos de pago de grandes compañías, como Apple Music y Spotify.
“Taylor Swift es una artista que partió en dos la industria musical. Mucha gente incluso dice que ella es la industria musical”, afirma William Fernando Guaqueta Rodríguez, willidgr, mánager y empresario musical con más de diez años de experiencia en la industria.
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¿Por qué Taylor Swift está regrabando sus anteriores proyectos?
Desde que comenzó en la escena musical, Taylor Swift ha estado presente en cada una de las etapas de su música: su composición, su producción y su distribución. Por ello, ha luchado por los derechos sobre su música, el pago que merece por su creatividad y las batallas legales por conseguir respeto para los artistas, en medio de la era del ‘streaming’.
En 2019, Taylor Swift anunció que regrabaría seis de sus diez álbumes. El motivo principal era que uno de sus enemigos musicales, Scooter Braun, compró la propiedad de sus seis primeros álbumes. Esto incluye sus proyectos más exitosos a la fecha, como lo son 1989, Red y Fearless, entre otros. Cualquiera que escuche una versión antigua de las primeras canciones de Swift enviaría dinero a la cuenta de banco de Scooter Braun.
La cantante afirmó que Scooter Braun, quien también es mánager de famosos como Kayne West y Justin Bieber, la acosó en el pasado, la intimidó y se burló de sus fracasos. Además, no le permitió comprar su música antigua, por lo que decidió regrabarla para tener propiedad sobre esta.
Swift firmó con el sello discográfico Big Machine Records en 2005, cuando era una cantante nueva de Nashville. El contrato expiró en 2018, dejando éxitos musicales a nivel global, como “Shake It Off”, “Blank Space”, “I Knew You Were Trouble”, entre otros. Una vez su contrato terminó, cambió de sello a Republic Records. No obstante, Big Machine, su anterior disquera, tenía las grabaciones originales de sus primeros seis álbumes. En su nuevo contrato, Swift se aseguró de tener la propiedad de su música. “Midnights”, el álbum que salió este 21 de octubre, es un disco nuevo, que le pertenece por completo a la cantante y que no tiene música regrabada.
Sus discos regrabados, hasta el momento, han sido dos: Red y Fearless. Faltan cuatro álbumes por ser regrabados: Speak Now, 1989, Reputation y su álbum debut, Taylor Swift. Sus últimos álbumes, Midnights, Evermore, Folklore y Lover, fueron publicados bajo su nuevo sello discográfico, que le permite tener derecho sobre su música, por lo que no serán regrabados.
A través del uso de sus redes sociales, Taylor pidió a sus fans que consumieran sus regrabaciones, porque era la música que verdaderamente le pertenecía. Por otro lado, su música antigua era propiedad de otras personas, por lo que las regalías estarían llegando a Scooter Braun, una persona que la acosó e intimidó en el pasado. “Ella tiene una base de fans muy fuerte, por lo que puede convencer a sus seguidores que no escuchen la versión anterior de su música, sino que escuchen solo la música nueva, que le pertenece a ella”, afirma Diego Fernando Guzmán, abogado experto en propiedad intelectual y profesor de Derecho de Autor y Nuevas Tecnologías en la Universidad Externado de Colombia.
“Muchas personas reconocemos quién es Taylor Swift y su importancia disruptiva dentro de la industria. Taylor Swift fue la primera que le dijo a Apple que no dejaría que dejen su música gratis en Apple Music, y Apple la tuvo que escuchar”, comenta Diego Fernando Guzmán.
“Quizás si algún artista, como Juanes, le dijera a sus fans que no deberían escuchar la música que le produjo Universal Music, sino que escuchen su versión regrabada, yo creo que a la gente no le importaría mucho. Pero con Taylor Swift sí pasa, ella le dice a sus fans lo que necesita y ellos le hacen caso”, afirma Guzmán. “Cuando una artista tiene ese poder dentro de la industria, puede hacer muchas cosas, puede crear un precedente. Esto cambia las posiciones de poder entre los artistas y las disqueras”, continúa el experto.
Según Guzmán, Taylor Swift habría podido renegociar con su sello discográfico antiguo y comprar los derechos de su música. Sin embargo, debido a que ellos no quisieron negociar, terminaron perdiendo dinero: “ella les prometió que en menos de un año su música anterior iba a valer tres pesos, y así fue”, afirma. Lo anterior se debe a que las regrabaciones devalúan la música antigua de Swift, por lo que las ganancias disminuyeron bastante para Braun y los dueños de los álbumes anteriores de la cantante.
Taylor Swift contra Apple y Spotify
En el año de 2015, Apple presentó su nuevo servicio de reproducción de música. Los usuarios podrían escuchar canciones gratis durante tres meses: tres meses en donde los artistas no ganarían dinero por sus composiciones.
Taylor Swift, quien estaba en el pico de su carrera, escribió una carta pública para mostrar el descontento frente al modelo de música que, a la larga, significaría que los artistas trabajarían sin recibir dinero por su música. Según ella, varios artistas habrían guardado silencio por miedo a enfrentarse con la compañía.
“Esto no es sobre mí. Estoy en mi quinto álbum y puedo mantenerme a mí misma, a mi banda y a todo el equipo gracias a las actuaciones en directo. Esto es por el nuevo artista o banda que acaba de lanzar su primera canción y no se le pagará por su éxito. Esto es por el joven compositor que acaba de recibir su primer corte y pensó que las regalías podrían sacarle de la deuda. Esto es por el producto que trabaja incansablemente para innovar y crear, al igual que los innovadores y creadores de Apple son pioneros en su campo”.
Artistas más pequeños, como Anton Newcombe, denunciaron en sus redes sociales que Apple estaba robando su trabajo “la compañía más grande del mundo quiere usar mi trabajo por tres meses y no pagarme nada”, comentó en su Twitter.
Por la carta de Swift, Apple se retractó de la decisión que había tomado y anunció que pagaría a los artistas por cada escucha recibida.
Del mismo modo, en 2014 Taylor Swift decidió sacar todo su catálogo de música de Spotify, debido a que consideraba que la plataforma era injusta con sus medidas de pago. Después de negociaciones y diálogos con su disquera, se lograron mejores pagos para los artistas, desde el momento en que sus canciones son reproducidas por cuentas premium de Spotify.
“Nuestro plan de marketing antes era que el artista sonara mucho en radio y saliera mucho en televisión, dependíamos mucho de la radio. Hoy en día, hay muchas plataformas que distribuyen la música. Hoy en día, las mejores estrategias se hacen a través de las plataformas digitales, como Spotify”, afirma William Fernando Guaqueta Rodríguez, willidgr, manager y empresario musical.
En el pasado, el éxito de los artistas se medía principalmente por su aparición en la radio y la venta de discos físicos. En la era digital, las redes sociales y las plataformas musicales, como Spotify y Apple, son los factores esenciales para determinar el éxito de una artista. William Guaqueta experimentó el cambio en la forma en que funcionaba la música y asegura que Taylor Swift ha sido uno de los mayores exponentes en la era digital, pues permitió una mejor transición entre la época de música física y la época de música digital.
“A comienzos de la era de Taylor Swift, la radio tenía un montón de importancia. Hoy en día, los mejores medios para distribuir música se hacen por medio de Tik Tok o Spotify. La radio ha bajado en casi un 60%, porque las personas solo escuchan solo Youtube, Spotify, Tik Tok o redes sociales. Nuestro centro de atención debe ir dirigido hacia estas plataformas”, comenta el experto.
“Esto que ella hizo no es algo que pueda hacer cualquier persona. Taylor Swift es Taylor Swift. Hay muchas relaciones de poder en donde casi siempre la parte fuerte terminará por ganar: casi siempre cuando un artista se enfrenta a una disquera o una compañía, termina perdiendo”, comenta Diego Guzmán.
¿Cómo funcionan los derechos de propiedad intelectual entre los sellos discoráficos y los cantantes?
La controversia por las regrabaciones de Taylor Swift está relacionada con el tema de los derechos de autor y derechos conexos. “Los derechos de autor son los que tienen el autor y el compositor. Para poner un ejemplo que todos conocemos: Rafael Escalona era el autor y compositor, mientras que Carlos Vives hacía unas interpretaciones y su banda hacía la musicalización. Los derechos de autor los tiene Rafael Escalona, mientras que Carlos Vives tiene sus derechos conexos”, afirma Diego Fernando Guzmán, experto en propiedad intelectual.
“Ella tuvo algunos problemas con los productores de fonograma. Cada vez que sonaba una canción de ella, necesariamente, los productores recibían una regalía. Ella grabó un nuevo fonograma, una nueva interpretación”, comenta Diego Guzmán, experto en propiedad intelectual.
Existen varios actores en el marco de los derechos de propiedad intelectual: los artistas intérpretes, los artistas ejecutantes y los productores de fonogramas. Lo que caracteriza a los productores de fonogramas es que son aquellos que hicieron la primera fijación de la canción que se hizo. Esto significa que están encargados de invertir recursos para poder montar el estudio, tener conocimientos técnicos para decir en dónde se debía subir y bajar el volumen del micrófono, entre otras modificaciones que se realicen a la canción.
”Hoy en día es más sencillo, porque existe autotune, porque uno puede tener su propio estudio en casa con su computador y sus micrófonos. Los equipos en sí mismos tienen mayor acceso de lo que eran antes, ahora cualquiera puede ser productor”, afirma Guzmán.
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A los productores de fonogramas se les reconoce un derecho conexo: “ese fonograma es algo que se reconoce como “el máster”. Cada vez que dicho máster se reproduce o es ejecutado, ya sea en radio o televisión, o en una plataforma tipo Spotify, se le paga una regalía al autor, al artista y también se le paga una regalía al productor de fonograma”, comenta el experto en propiedad intelectual.