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Cuando Juan Pablo Rubiano se encontraba viendo a La Pestilencia en una de las primeras ediciones de Rock al Parque, estaba lejos de imaginarse que más 20 años después, estaría tocando con su banda Tras las Púas en los 25 años del festival de rock gratuito al aire libre más grandes más importantes del mundo. (Le puede interesar: Rock al Parque 2019: ¿Qué estaba pasando en Colombia hace 25 años?)
“Habiendo nacido en la capital y al ser músico uno se prepara toda la vida para tocar en el festival, este es el grado. Yo llevo soñando esto desde hace mucho, todo bogotano tiene un recuerdo ligado a Rock al Parque, por ejemplo, yo me acuerdo una vez que boté las llaves en un pogo y luego me quedé por fuera porque no había nadie en mi casa”, dice Rubiano entre risas.(Lea también: La Filarmónica de Bogotá regresa a Rock al Parque)
Junto a sus compañeros de vida Nicolás Sadovnik y Juan Eduardo Iregui, también integrantes de Tras las Púas, fueron una de las 20 agrupaciones distritales ganadoras de la Convocatoria Beca Festival Rock Al Parque – Bogotá Ciudad Creativa De La Música 2019 del Portafolio Distrital de Estímulos de la Alcaldía y del Instituto Distrital de las Artes – Idartes. (Además: En imágenes: así se vivió la primera jornada de Rock al Parque 2019)
Gracias a esto, miles de personas pudieron disfrutar en el Escenario Lago de lo que ellos llaman un show con “combinaciones fuertes de sonidos contemporáneos, con temas destinados a sacudir la conciencia y a renovar la confianza del oyente en el buen rock del momento”. (También: “Rock al Parque es el bastión del rock universal”: Fito Páez)
En resumen, el público disfrutó de un concierto dinámico y estridente, en el bajo de Juan Pablo, la percusión de la batería de Iregui, mezclado con los acordes de la guitarra y la fuerza vocal de Sadovnik, formaron una combinación de rock pesado que transitó entre el heavy rock, el hardcore, el stoner rock y el thrash metal.
“Amamos la ciudad y el festival fue un show pensado para Bogotá, para que todos estemos orgullosos de ser portavoces de la ciudad; el rock hace parte del ADN bogotano”, comenta Juan Iregui tras bajarse de tarima.
El esfuerzo detrás del escenario
Si bien el público disfrutó de más de cuarenta minutos de presentación, pocos se dieron cuenta del trabajo que le llevó al grupo preparar su concierto para los 25 años de Rock al Parque, pues, aunque en esta ocasión fueron seleccionados para poder mostrar su talento, ya habían sido rechazados cuatro veces en ediciones anteriores.
“Es un ejercicio de disciplina, de constancia, intentarlo una y otra vez, si uno se cae se lava la cara y sigue, es más, nunca habíamos pasado ni a las audiciones. Les queremos decir a los otros grupos que empiecen con toda la pasión, trabajen muy duro porque nosotros llegamos acá después de caernos muchas veces. La rosca no existe, existe el esfuerzo”, explica Nicolás Sadovnik.
Rock al Parque 25 años recibió 323 propuestas de agrupaciones bogotanas que querían ganarse uno de los 20 cupos que año a año se abren gracias al Portafolio Distrital de Estímulos de la Alcaldía de Bogotá. Este año el Jurado estuvo compuesto por María Clara Espinel Rico, Carlos Felipe Altuzarra Cabrera y Sicard Leonardo Fernández Camargo.
Después de analizar las propuestas recibidas, 48 bandas fueron las seleccionadas para audicionar los días 27, 28 y 29 de mayo en el Teatro al Aire Libre la Media Torta. Finalmente, quedaron 20 agrupaciones distritales que tuvieron acceso a ruedas de negocios en las que con la ayuda del festival generan vínculos directos entre artistas y programadores de la industria musical nacional e internacional.
Vóltika, Tras las Púas, Tappan, Tequendama, Southern Roots, Razón de Ser, Power Insane, Los Sordos, Kariwa, Info, High Rate Extinction, Guachez, El Sagrado, Devasted, Curupira, Caravanchela, Burana Polar, Biselad, Banda Breska y Aguas Ardientes son los encargados de representar el talento capitalino.