Álex Pina: “Busco escribir historias diferentes”

El español más cotizado del universo Netflix, después de conquistar al público con “Vis a vis” y dos primeras temporadas de “La casa de papel”, está invitado al congreso Smart Films 2018.

El Espectador
14 de septiembre de 2018 - 09:00 p. m.
 El español Alex Pina, quien está en Colombia en este momento, dice que nunca imaginó que “La casa de papel” lograra tanto éxito.  / Cortesía
El español Alex Pina, quien está en Colombia en este momento, dice que nunca imaginó que “La casa de papel” lograra tanto éxito. / Cortesía

¿Se imaginaban remotamente el gran éxito que tendría “La casa de papel” después de aparecer en Netflix?

Nunca imaginamos algo así, es absolutamente impensable y de hecho habíamos emitido la serie en España y lo que ocurrió después de subirla a Netflix era inimaginable para cualquiera de nosotros. Para nosotros fue muy emocionante, pero también lo vimos con sentido del humor, es decir, que en Arabia Saudí empiecen a poner banderas de tu serie. Hay algo que realmente se está poniendo loco. Lo de Turquía, lo de muchos países que no imaginamos nunca que vieran ni un fragmento de La casa de papel. Ha sido un logro maravilloso.

¿Qué viene en la próxima serie “Sky rojo”?

Respecto a esta producción estamos intentando innovar y hacer algo diferente. Queremos hacer una serie que siempre sea un tercer acto en una huida frenética. De nuevo queremos cambiar un poco las formas de la narrativa e intentar trabajar en nuevas vías, que es lo que hemos venido haciendo desde siempre.

Dos símbolos se han afianzado en la serie: uno es la máscara de Dalí y dos la canción de la resistencia italiana. ¿A qué cree que se deba?

Realmente creo que nunca tienes ningún tipo de control sobre lo que va a ocurrir cuando diseñas algo. Tardamos mucho tiempo en elegir la cara de Dalí, pero no nos podíamos imaginar que la cara de un pintor tuviera el impacto que tuvo. Mucho menos el Bella Ciao, que es una canción de mil novecientos y pico, que habla de los partisanos italianos. Uno se encarga de la parte creativa pensando en el público, sin embargo, lo que ocurre luego no lo puedes predecir.

¿Por qué decidieron darle la voz de narrador a Tokio en la segunda temporada de “La casa de papel”?

Realmente hicimos muchas pruebas de la voz en off. Pero específicamente hay dos razones: nos dimos cuenta de que la voz en off en el personaje del profesor era demasiado egocéntrica, buscamos entonces un personaje con un perfil más bajo para contar el gran atraco. Lo más importante y quizá por lo que elegimos darle a Tokio la voz de narrador omnisciente es porque desde su personaje se daba una narración más emocional. La voz del narrador casi siempre está hecha en el cine por un hombre, quisimos transgredir esta norma dándole el papel a Tokio para que narrara la historia.

¿Qué es lo que debe ofrecer una serie o una película para los públicos contemporáneos?

En mi caso la verdad es que yo busco identidad, busco hacer cosas diferentes. Yo creo que hoy en día el espectador es un experto que dedica muchísimas horas al consumo de la ficción. Por lo cual intentamos siempre hacer algo que no se haya visto, algo que marque radicalmente la diferencia y le dé al público otras formas de ver una serie o una película. Identidad, eso es en definitiva lo que buscamos con cada producción.

¿Qué mensaje les daría a creativos del cine y series en formación?

El mensaje que les puedo dar es que me he pasado la vida escribiendo y antes de escribir me pasé leyendo muchísimo. Yo creo que llegué a la escritura a través de la lectura y ese es el único camino para irse transformando en alguien que escribe historias: la lectura. La escritura es tiempo y esfuerzo. Regalar muchas horas al oficio, horas en las que uno podría hacer cosas distintas, pero elige escribir. El don divino no existe, lo que existe es el esfuerzo y el sacrificio.

¿Cómo pensaron en la tercera temporada de “La casa de papel” después de haberla planeado solo con dos temporadas?

Ese proyecto en un principio resultó muy difícil porque La casa de papel, como saben, tiene dos partes y al principio iba a estar cerrada, así que nos llevamos mucho tiempo en cómo continuarla sin defraudar al público. Y sobre todo teníamos un gran reto, que era no ser incoherentes con la historia que veníamos contando. Solo había una razón que podía volverlos a reunir y encontrar esa razón fue difícil, pero ya viene la tercera temporada.

¿Cuándo uno se sienta a escribir piensa en un proyecto transmedia?

Lo que nosotros tratamos de hacer fue crear personajes absolutamente emblemáticos que tengan un toque muy alternativo y muy tangencial. Creo que cuando hay un proyecto transmedia como por ejemplo Bart Simpson es porque detrás hay un diseño de personaje tremendo en donde conecta con emociones muy poderosas y eso hace que el público tenga una gran identificación con el personaje para apropiárselo. Berlín, a quien presentamos como un antagonista mostrándolo asesino y misógino, teníamos planeado pasarlo de un ser odiado a un personaje adorado. Así que lo primero que hay que hacer antes de pensar en un proyecto transmedia es la creación de personajes absolutamente extraordinarios.

 

Por El Espectador

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