Esther Anaya lanza “Maracambe”

Esther Anaya lanzará dos álbumes en el 2020. / Cortesía

¿Cómo inició su carrera musical?

Desde que nací, porque me enamoré de la música a muy temprana edad. Mi padre es músico, compositor, cantautor y tocaba serenatas a mi mamá todos los días. Crecí en ese ambiente de música popular.

Creció en un ambiente folclórico, ¿por qué decidió inclinarse por el lado clásico?

A la edad de siete años vi una película que me impactó mucho porque era de una niña que tocaba el violín en las calles. Cuando escuché ese sonido me enamoré de inmediato. Después le dije a mi padre que me comprara un violín y de un momento a otro ya estaba en clases aprendiendo a tocar, y desde entonces no he parado.

Después de estar más de 15 años en el mundo clásico, ¿por qué decidió incursionar en los ritmos latinos?

Estuve mucho tiempo en Estados Unidos, tocando y cantando temas clásicos, pero llegó un punto en el que dije que debía hacer algo diferente, porque ya no me encontraba. Crecí con porros, salsa, vallenato, toda la música del Caribe, pero de todos modos hacía música clásica. Por esa razón, y con el fin de encontrarme, decidí regresar a mis raíces latinas para realizar cosas diferentes.

¿Cómo se dio ese cambio?

Soy una persona creativa a la que le gusta pensar fuera de lo común. Siempre quise sacar el violín del formato clásico, donde está encuadrado, y hacerlo más versátil, diferente, pero que conserve de algún modo ese toque clásico que tiene.

Llevar su toque clásico a lo latino ha funcionado, pero ¿ha intentado hacer esto en el mundo clásico?

No, y la razón es que es el mundo clásico. Si voy al mundo latino y le doy un toque clásico es algo diferente, porque hay más mentalidad al cambio. Pero creo que en lo clásico todavía no se puede, por eso toca ir poco a poco.

¿Cómo le ha ido en su faceta como DJ?

Muy bien, porque toco todos los géneros y eso me dio más campo y libertad para no enfocarme en un solo género, sino en todos.

A la hora de tocar son varios los ritmos que combina. ¿Se identifica con alguno?

No. Yo digo que como violinista y como persona hago una mezcla de diferentes ritmos. Maracambe empieza con algo como pop tropical, luego un reguetón y tiene un poquito de rap. Me gusta experimentar, no me gusta quedarme en las reglas, respeto los géneros musicales, lo que hago es incorporar la técnica clásica.

¿Cómo nació “Maracambe”?

La compuse hace 15 años en Barranquilla, con mi papá. Fue la primera canción que hicimos juntos. La palabra como tal es una que nos inventamos los dos y es derivada de las maracas y el cumbao, que traen alegría a nuestras vidas. Decidí grabarla en Montería, Córdoba, para mostrarle a la gente de dónde vengo, mis raíces.

Aparte de Colombia y Estados Unidos, ¿en qué otros países ha cantado?

Alemania, España, Italia, Reino Unido, Francia, Rusia, Guam, Singapur, Baréin, Dubái, Grecia, Seychelles, El Salvador, México, Costa Rica y Guatemala. Espero que sean muchos más el siguiente año.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Tengo en mente dos álbumes. El primero será escrito para orquestas, y espero con él aportar mi granito de arena para penetrar en el mundo clásico y formar esa fusión tan anhelada. Este disco estaría saliendo en febrero del siguiente año. Por otro lado, estaré en Medellín con un grupo de chicos haciendo otro disco que será un poco más urbano, donde me enfocaré en los temas que están sonando ahora.