José Julián Gaviria: “Un protagónico es una gran responsabilidad”

El actor interpreta a Andrés Cárdenas en “El Bronx”, el nuevo formato transmitido por Caracol Televisión, que cuenta la historia de uno de los lugares más hostiles de la capital colombiana.

El Espectador
05 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.
José Gaviria es productor, director y musicalizador. / Cortesía
José Gaviria es productor, director y musicalizador. / Cortesía

¿Cómo llegó a ser parte de “El Bronx”?

Creo que mi proceso empezó por pensar en cómo haría un muy buen casting y que me dieran el papel. En mi caso, este fue muy guerreado, lo hice tres o cuatro veces, y tanto sacrificio dio sus frutos. Cuando te llega la noticia de que quedas para el papel son varias las cosas que suceden. Primera, entiendes que el canal te está dando la oportunidad de mostrar tu talento, y eso es algo que uno no puede dejar de agradecer. En segundo lugar, hay algo que tengo muy claro, y es que uno tiene una responsabilidad enorme a la hora de lograr un protagónico, porque son muchas personas confiando en ti y tu trabajo. Lo principal para mí fue entender que debía interpretar a mi personaje de la forma más responsable posible, por los temas que se tocan en la producción.

¿Cómo describiría a su personaje?

Andrés es un personaje muy interesante, tiene un contexto distinto al mío en la vida real, porque nació en El Bronx, es hijo de una prostituta del lugar y su padre es músico clásico de la alta sociedad que cayó en desgracia, quedó consumido en el mundo de las drogas y tuvo una aventura de la que surgió Andrés. El personaje tiene una particularidad, y es que nació ahí, creció ahí y aun así no consume nada, está totalmente aislado de ese mundo de las drogas, a mí al principio eso me parecía extraño, pero encontré dos a personas que habían estado desde muy pequeñas en El Bronx, porque sus padres trabajaban allá y su vida se movía en ese entorno, y ninguno de los dos consumía. Eran personas que simplemente estaban en ese contexto porque les tocó, pero siempre quisieron salir de ahí y estudiar, y ahí fue donde me di cuenta de que todos los personajes son reales y posibles.

¿Qué tantos elementos encontró usted de su personaje en los libretos y en el trabajo de campo? ¿Cuál sería el porcentaje de lo que encontró en el libreto y lo que vio en la vida real?

Creo que no puedo considerar que sea una cifra que se mantenga, y que esté ahí, porque dependiendo de la situación y las escenas en los libretos, obviamente nosotros nos aferrábamos mucho a eso, porque es muy bueno, pero muchas veces encontrábamos cosas que nosotros mismos pudimos averiguar en ese trabajo de campo, y que eran distintas, así que podíamos usarlas y despegarnos un poco del libreto. Siento que el porcentaje es cambiante, a veces era un “50-50”, porque teníamos las herramientas del trabajo de campo y de grandes guías como nuestros directores, pero también teníamos un libreto magnífico, fue de todos los lados.

¿El hecho de que esta producción esté basada en hechos reales condiciona de alguna manera su propuesta actoral?

Uno cuando llega a representar este tipo de personajes siempre está condicionado por la situación, claro que los condicionantes son diferentes, en primer lugar está el mío como persona y como actor, y en segundo lugar está el que habla de cómo esta circunstancia me condiciona a mí en mi trabajo y mi personaje, y la verdad es que sí lo hace, pero para bien, porque entre más podamos pegarnos a esa realidad que estamos queriendo contar, más vamos a poder representarla. Es bueno que eso suceda, porque nos da mejores elementos y, a la vez, nos permite exigirnos más en cuanto al desarrollo de la historia, del personaje y lograr transmitir el mensaje de una manera más clara.

¿Cómo comenzó su formación actoral?

Empecé por una casualidad que no fue provocada por mí. Mi hermano mayor es actor, y en ese momento tenía 5 años y él 12. Él estaba haciendo un personaje pequeño en Padres e hijos, y llegó el director a decirle a mi mamá que necesitaban a un niño mono con ojos verdes para que hiciera el casting. Ella al principio les dijo que no porque estaba muy pequeño y a ella no le interesaba, pero le insistieron y quedé. Ese fue el primer contacto que tuve con la televisión. Luego de eso vino una racha de personajes. Me acuerdo que era un niño que aparecía en todos lados, siempre hice dramas y ya más grande tuve la oportunidad de participar en una serie juvenil. Nunca dejé de estudiar, tenía claro que debía terminar el colegio, aunque fue muy duro.

Por El Espectador

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