Los niños, los animales y la actuación: las pasiones de Chichila Navia

Aunque había estado en producciones durante su infancia, decidió ser actriz al salir del colegio, a los 17 años. En la academia conoció a su esposo, el también actor Santiago Alarcón, con quien tiene dos hijos.

El Espectador
19 de febrero de 2018 - 10:00 p. m.
Cecilia Navia, más conocido como Chichila, lleva 18 años de relación con el  actor Santiago Alarcón.  / Gabriel Carvajal
Cecilia Navia, más conocido como Chichila, lleva 18 años de relación con el actor Santiago Alarcón. / Gabriel Carvajal

Nació en Pitalito, pero creció en Garzón, Huila. ¿Cómo fue su infancia allá?

Dice mi mamá que nací siendo actriz. Tony Navia, mi tía, dirigía producciones y mi mamá las escribía. Cuando venía de vacaciones a Bogotá, me ponían a hacer cositas, desde los 4 años. Cuando vine a vivir en Bogotá, ya empecé a hacer programas todo el tiempo. Creo que esta profesión me escogió.

¿Qué recuerda de su paso por “Oki doki”?

Fue demasiado importante, significó una época que definió muchas cosas de mí. Empecé a los 12 años y terminé a los 17, el paso de niña a adolescente.

¿Le gustó hacer producciones para niños?

Me encanta, todavía me gusta hacer cosas para niños, me parece divino el teatro infantil.

Está en la serie “Garzón” y compartió set con su esposo Santiago Alarcón. ¿Cómo fue estar en el estudio con él?

Es una delicia. Conocí a Santiago estudiando actuación cuando teníamos 18 años. De allí a acá hemos tenido una excelente relación laboral siempre, nos hemos entendido mucho como compañeros de escena. No habíamos trabajado con tanta intensidad horaria en un proyecto que generara tantas sensaciones y emociones. Finalmente llegábamos a la casa, cansados, y seguíamos siendo papás.

¿Por qué el proyecto les generó un montón de sensaciones y emociones?

Es la vida de Jaime Garzón, para los dos es un personaje muy amado y que hemos admirado siempre. Era una serie dirigida por Sergio Cabrera, uno de los monstruos, entonces era como cumplir un pequeño sueño de trabajar con él. Todo el equipo involucrado en el rodaje estaba muy conmovido por la historia.

Tiene dos hijos. ¿Qué le dicen cuando la ven en pantalla?

A la chiquitica, que tiene dos años y medio, no la dejamos ver, porque ella todavía no entiende qué es ficción. Matías, el mayor, ya entiende que papá y mamá son actores que están jugando. Salvo las escenas de sexo, que no se las hemos dejado ver, ha visto la serie y le encanta. Él es superfán. La ve los sábados, porque entre semana se acuesta a dormir más tempranito.

¿Cómo le explicaron a Matías qué es ficción y el oficio de ser actor?

Ha sido un ejercicio que empezamos desde antes. Es un buen espectador, porque desde que tenía dos años y medio, lo llevábamos a teatro, a él le gusta mucho el cine y ha entendido que los actores existen y que interpretan personajes. Lo que ha sido oportuno que vea, lo hemos permitido verlo, entonces él ya está preparado para entender que mamá se da un beso con otro actor y que no es ella. Ha sido un proceso.

También es una amante de los animales, tiene un perro.

Tenemos una perrita en casa, es adoptada. Me encantan los animales, especialmente los gatos, pero soy alérgica, me los prohibieron.

¿Cuál es la historia de su perrita adoptada?

Vivo en el campo y una vez llegó una perrita perdida, la tuvimos por unos días, Matías la alimentaba y la cuidaba, pero aparecieron los dueños porque habíamos publicado el anuncio. Él estaba muy triste y nos dimos cuenta de que era el momento de que tuviera una mascota, que se llama Belén. Es un caso difícil, porque la encontraron con todo el cuerpo pelado, como una salchicha, porque le habían echado gasolina y la habían quemado. Nadie la quería adoptar, pero Matías la escogió.

¿Por qué le gusta vivir en el campo?

Inicialmente lo hicimos como un ejercicio, porque mi hijo estudia fuera de Bogotá, hacia las montañas. Queríamos que Matías tuviera más contacto con la naturaleza y menos contacto con centro comerciales, que es como la obsesión de los niños de ahora, comprar y tener. Llevamos ya tres años largos y estamos felices, creo que no queremos volver a la ciudad, nos gusta mucho y es cerca de Bogotá.

 

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar