Pedro Alcántara, un constructor cultural

El pintor vallecaucano, un lector consumado, lleva seis décadas en la actividad artística y en este momento está trabajando en una escultura inspirada en el menorá, un candelabro de siete brazos que es un símbolo para los judíos.

Hans Vargas Pardo
26 de septiembre de 2018 - 02:00 a. m.
Muy pronto la Universidad del Valle publicará un libro en homenaje al maestro Pedro Alcántara. / Luis Carlos Acosta
Muy pronto la Universidad del Valle publicará un libro en homenaje al maestro Pedro Alcántara. / Luis Carlos Acosta

Maestro, recientemente, durante una gira por varios municipios del Valle del Cauca, estuvo de frente con la comunidad. ¿Qué les contó?

Sencillamente les hablé sobre mi vida, para que entiendan que la labor de un artista no tiene misterios. El artista es un trabajador de la cultura. Si bien no tiene misterios, sí tiene unas particularidades que lo hacen y lo convierten en un artista. Fue muy importante que la gente conociera cómo es que se gesta y construye una obra de arte, cómo se dedica una vida a la creación de obras de arte y cómo éstas dan testimonio de su comunidad, de sus circunstancias sociales y se compara con cómo en la actualidad las obras de arte no son un producto, como se considera erróneamente, de la inspiración de un artista como individuo, sino el resultado de toda una historia social que simplemente se expresa a través de esa persona que les da cuerpo.

¿Cómo califica estas seis décadas de su trabajo en las artes y cómo cree que ha contribuido a la historia del país y del Valle del Cauca?

La contribución al desarrollo de la cultura nacional, pues ya ha sido evaluada por los historiadores y los especialistas. Siento que he sido un constructor de cultura en mi país y es por eso que todo mi trabajo artístico ha sido encaminado a enriquecer la cultura de mi país, de mi sociedad y de mi comunidad, a educar a través del arte, pero eso lo harán, me imagino, los historiadores en un futuro. A los artistas nos queda la satisfacción de hacer parte de una dinámica del desarrollo cultural. Hay que recordar que he sido docente, en Colombia y en el exterior, y es allí que se da cuenta de la importancia de transmitir las experiencias artísticas propias como ser latinoamericano a otras sociedades distintas a la nuestra.

¿Cómo ha influido la literatura en su obra artística?

Puedo decir que la primera gran influencia literaria en mi obra artística fue el hecho de aprender a leer con una cartilla denominada La alegría de leer, porque paralelamente al aprendizaje de leer a través de esa cartilla, las ilustraciones permitieron hacer mis primeros dibujos, ya que yo trataba de imitarlos en un tablero. Ya con el tiempo me convertí en un apasionado lector y de esta manera pude combinar todo lo que he producido hasta hoy.

¿Está preparando nuevas obras?

Sí. Estoy trabajando en algo insólito para mi trabajo, que es la escultura. Soy pintor, mas no escultor, pero se me ha encargado una escultura de parte de una organización hotelera. La obra está inspirada en el menorá, que es el candelabro de siete brazos que es uno de los símbolos más sagrados de la cultura judía, como un homenaje a esta comunidad residente en Cali. La escultura mide cinco metros de altura por cuatro de ancho y unos 80 centímetros de profundidad.

La Universidad del Valle va a publicar un libro, en español e inglés, en el que usted es protagonista…

El libro es un ensayo que se titula Alcántara en el vórtice crucial en la segunda mitad del siglo XX. Ese ensayo fue escrito por Julián Malatesta, un poeta y novelista, quien fuera durante muchos años director de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle. Para mí, es el texto más importante y brillante que se ha escrito sobre mi obra y, paradójicamente, su autor no es un historiador o crítico de arte. Este ensayo es un estudio de mi trayectoria desde el punto de la filosofía del arte. Este escrito hace parte de un libro mío que se publicó en 2013, titulado “Alcántara”. El libro de la universidad en mención tiene como centro este ensayo ampliado y está editado en dos idiomas, pues tendrá circulación nacional.

Cómo considera que se debe educar al público para que valore más el arte, la literatura, la pintura, la escultura…

La única manera es a través de la educación básica de los niños. El reciente encuentro denominado Cita con los Maestros, organizado por la Gobernación del Valle, es, sin duda, un gran paso, pero se debe convertir en una política que tenga continuidad en otros ámbitos escolares o académicos. Se podría decir que se debería convertir en una política de Estado para que la región pueda seguir educándose. Pero realmente la única manera de que se convierta en una parte integral de la educación es comenzar desde que los niños están pequeños.

Usted estuvo involucrado, hace algunos años, en la política. ¿Considera que al arte se le debería mezclar algo de política?

Creo que todo está entrelazado. No se trata de obligar a que el arte sea político o que la política sea sensible al arte. Es decir, todos somos seres políticos porque vivimos en una sociedad organizada, entonces simplemente la política y el arte se entrelazan en todas las etapas del desarrollo humano. La política es una expresión de la cultura y yo no me preocupo por hacer esas diferenciaciones.

Por Hans Vargas Pardo

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