¿Cómo volver después de 15 años a revivir una historia?
Recordando quién era mi personaje de Adriana (Guerrero) hace 15 años, inventándole una historia de vida durante este tiempo, buscando siempre encajar las piezas de lo que era ella.
¿Qué hizo a ‘La mujer del presidente’ la dueña de la audiencia a finales de los 90?
Una historia llena de suspenso, con excelentes libretos y dirección y las buenas actuaciones.
¿Qué le significó en su carrera participar en esa serie?
Fue una demostración que me hice de que lo importante, más allá de los estereotipos de belleza, es el talento y la calidad de la actuación. Ese papel me ayudó a aceptarme como era.
¿Y ahora cuál será el misterio detrás de ‘El laberinto’?
Cómo el miedo y el amor nos pueden llevar.
¿Cómo se reencontró con Adriana Guerrero?
En un lugar más maduro de ella y mío, con un poco más de sabiduría, de información y de tranquilidad. Adriana era muy chica, ahora sabemos más de la vida y somos madres.
¿Dudó en darle el sí a la continuación de una serie que pasó a la historia como una de las mejores?
En ningún momento.
¿Cómo harán quienes no vieron la primera parte de la historia?
La historia está contada de tal manera que los recuerdos de Carlos Alberto (el protagonista) les entregarán a los espectadores el contexto que necesitan de manera clara. Mientras en La mujer del presidente Carlos Alberto Lucha por demostrar su inocencia, en El laberinto lucha para salvar a su familia.
¿Con qué palabras describiría a la Sandra Reyes de hace 15 años?
Ingenua, de mente estructurada y con muchas preguntas.
¿Qué tan buena televidente es?
No soy buena televidente.
¿A qué le sabe ‘El laberinto’?
A miedo y a amor.
¿Qué le ha entregado ser mamá?
Una mayor conciencia de la necesidad que tengo de cambiar para educar a mi hijo con el ejemplo que quiero darle.
Un recuerdo de ‘Clase aparte’.
Fue una época divertida, un combo de actores adolescentes con el que nos reíamos mucho.
¿Qué le gusta del suspenso?
Que me pone alerta.
¿Fue difícil liberarse de la doctora Paula de ‘Pedro el escamoso’?
No sé cómo se libra uno de eso, o si es necesario librarse. Lo que queda en la memoria del televidente tiene que permanecer ahí el tiempo que sea necesario.
¿Su técnica de pintura preferida?
El acrílico, la acuarela y los pasteles. Aunque la técnica para pintar es dejar fluir sin pensar mucho... sin pensar.
¿Qué le significa un lienzo en blanco?
Es una posibilidad de creación que me produce un vértigo maravilloso.
Como bogotana, ¿qué le preguntaría al nuevo alcalde Gustavo Petro?
¿Qué pasó con la educación espiritual?
¿Qué la cansa de Bogotá?
Los trancones.
¿Qué no cambia de la ciudad?
Los atardeceres.
¿Le gusta que su hijo crezca en esta Bogotá?
No... la verdad, no me gusta mucho.
¿Le gustan más las cámaras que los pinceles?
Los dos, porque me complementan.