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“Me aburre ser yo día tras día”

Ana Mazhari lleva el arte impreso en su alma. De hecho, no quisiera alejarse de la actuación, porque le ha dado la posibilidad de jugar a ser otra persona para no caer en la monotonía de ser ella.

Un chat con...
24 de abril de 2015 - 02:13 a. m.
Ana Mazhari, fundadora y directora del Festival Cinecita, que se realizará en el colegio Nuevo Gimnasio. /Andrés Torres - El Espectador
Ana Mazhari, fundadora y directora del Festival Cinecita, que se realizará en el colegio Nuevo Gimnasio. /Andrés Torres - El Espectador

¿Cómo Cinecita ha contribuido a que los más pequeños exploren el mundo del cine?

El cine siempre atraerá a los niños con buenas historias, que permiten que ellos se identifiquen con los personajes; pero desafortunadamente a nivel comercial, la pantalla grande ofrece entretenimiento, a partir de los efectos especiales, pero con muy poca reflexión. Es por eso que Cinecita trae un abanico de películas e historias agradables, que llevan a reflexionar y fortalecer el criterio de los niños y jóvenes, ofreciendo un menú variado de películas que no están en las salas.

¿Qué es lo que más disfruta de estar al frente de proyectos que incentiven la cultura en nuestro país?

Soy una idealista. Por ende, desde estos procesos culturales tengo la posibilidad de creer y soñar de nuevo; de acercar a los niños y adultos con sus ilusiones, de encontrar vocaciones y despertar las historias dormidas.

¿Cuáles son los aportes que puede recibir este proyecto a partir de las experiencias vividas en París, Nueva York o Teherán?

La visión de un mundo incluyente, donde no existen fronteras, viene evidentemente de mi educación multicultural. Traer el universo al festival, la posibilidad de probarlo y vivirlo durante unos días, compartirlo con otros para que se conozcan, se admiren y respeten por sus diferencias.

¿Una película que haya marcado su infancia y que le gustaría que los más pequeños disfrutaran?

El globo rojo, de Albert Lamorisse, y El libro de la selva. Siempre soñé vivir allí, entre los jaguares, los micos y los elefantes.

¿Qué es lo que más extraña de no estar en la televisión?

Los cambios de proyectos, de personajes, de equipo. Dirigir es maravilloso, pero jugar a ser otra es fabuloso, a veces me aburre ser yo día tras día. Los cambios son vitales para sentirme feliz.

¿Cuál es el personaje que más recuerda o que le haya marcado en toda su carrera artística?

Marciana, en la obra de teatro Opio en las nubes. La libertad y el placer actoral que ofrece Fabio Rubiano. Su dramaturgia es impactante e impecable.

Como guionista, ¿tiene alguna historia que no haya producido y la esté guardando?

Sí, una historia que vamos a sacar más adelante, con un equipo de personas talentosísimas. Es una sorpresa grande para el público infantil y juvenil.

¿Quién le gustaría que dirigiera una película sobre usted?

Almodóvar o Emir Kusturica, en una tragicomedia con final feliz.

¿Y actuar?

Con Sean Penn.

¿Le gustaría que su hija continuara el legado de la actuación?

No, aunque ella quiere ser bailarina. La verdad, quisiera más estabilidad para ella de lo que yo tuve, a nivel profesional, emocional y económico, pero aun así, la apoyaría en todos sus sueños.

¿Su mayor logro en la vida?

Tener a quien amar.

¿Qué le falta por hacer en la vida?

Escribir el próximo guion, abrir talleres de teatro, comer en Vietnam, bailar en París, navegar por el Mediterráneo, estudiar cine, brindar en Sicilia, ver crecer a mi hija, enamorarme otra vez y ser amada.

¿Cómo quiere que la recuerden?

Como una luz.

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