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‘No me creo el cuento de Caliwood’

Andi Baiz reconoce que lo más duro de concebir una película es rodarla, pero sin duda es la etapa que más le produce adrenalina.

Angélica María Cuevas G.
18 de enero de 2012 - 10:00 p. m.

¿Usted tiene una cara oculta?

Todos la tenemos. Si la revelamos, entonces se perdería el misterio.

¿Por qué decide trabajar de nuevo con Martina García?

Desde Satanás, Martina y yo hacemos un buen equipo. Ella es encantadora, enigmática y sensual, como un felino.

¿Y cómo describiría a la española Clara Lago ?

Es de las actrices más inteligentes y talentosas con las que he trabajado. Muy madura para su edad. Una estrella que brilla con luz propia.

¿Durante cuánto tiempo rediseñó el guión original de ‘La cara oculta’?

Trabajé en el guión un año y medio, junto con mi amigo Javier Gardeazábal. Quisimos escribir un guión menos truculento que el original, menos fantástico, enfocado en la idea de la posesión amorosa y partiendo siempre de los personajes.

¿Cómo terminó trabajando con Fox Internacional?

Productores de Fox leyeron el guión, les pareció muy original y decidieron ser parte del proyecto junto con Dynamo.

¿Qué tanto metieron la mano como productores?

Cuestionan todo el proceso poniéndote contra la pared todo el tiempo. Es enriquecedor, porque te obliga a luchar por tu visión a capa y espada. Como director, hay que saber qué peleas luchar y cuáles dejar pasar.

¿Cuál es la etapa más dura de la concepción de una película?

El rodaje. Hay mucho en juego y muchas cosas pueden salir mal. Sin embargo, es también es la etapa más emocionante, de más aventura y de más adrenalina.

‘La cara oculta’ es una historia universal, ¿le faltan más guiones de este tipo al cine colombiano?

Hay muchas historias universales en el cine colombiano que la gente no va a ver. Es una paradoja, porque el público tiende a reclamarlas. Para que haya una cinematografía sana, debe haber diversidad: todo tipo de cine, todo tipo de historias.

¿Hollywood lo cautiva?

Tengo mucha admiración por Hollywood, en especial por sus orígenes. Sin embargo, en Colombia es donde quiero contar historias.

¿Cuánto costó hacer esta película?

Lo saben los productores.

¿Cómo describe la Bogotá en la que se mueven sus personajes?

Es una Bogotá sofisticada, elegante y seductora. Diferente a la que estamos acostumbrados a ver.

¿Qué relación tiene Andi Baiz con el Caliwood de los 60?

La Cali de ese entonces es muy diferente a la Cali que me tocó vivir a mí. Son ciudades muy diferentes. Pero no dudo que el cine, la fotografía, el arte y la literatura de esa generación nos han marcado a todos los nuevos realizadores.

¿Le gusta que le digan que, como caleño, hace parte del resurgir de Caliwood?

No me creo el cuento de Caliwood, eso fue en los 60 y los 70. Lo que pasa es que ahora hay muchos directores caleños.

¿Pero qué hace de la capital del Valle un hervidero de sabores audiovisuales?

Es un misterio. Será la brisa, los Farallones, su mezcla de razas, el azúcar, el solle caleño.

¿Qué le heredó este movimiento al cine colombiano?

El humor y la mamadera de gallo. También esa pasión desbordada por crear, por hacer.

El mejor director de cine que ha engendrado esta tierra.

Luis Ospina. Es un apasionado como ninguno. Debo también rescatar todo el cine que se hizo en el Valle a principios del siglo XX, un cine hoy olvidado. Y tenemos también al director más particular y auténtico: Jairo Pinilla.

La primera película nacional que lo dejó boquiabierto.

Rodrigo D fue la primera que me sorprendió. Pero mi favorita es Agarrando pueblo, de Luis Ospina y Carlos Mayolo.

¿Qué hizo que se rindiera a los brazos del cine?

Empecé a jugar con una camarita Sony Hi-8 a muy temprana edad. Me interesé tanto, al punto de pedirles a los profesores de mi colegio hacer las tareas grabadas y no escritas.

‘Satanás’, ‘La cara oculta’... ¿qué elementos de estas dos películas hablan de su firma como director?

La firma de un director no se decide a conciencia, eso es algo para los críticos. Mi manera de filmar me la dicta la historia.

Aparte de la suya, ¿qué otra película de cartelera recomienda?

En unas semanas saldrá a cartelera Drive, con Ryan Gosling. Es una cinta con identidad.

¿A qué le sabe el cine colombiano?

Cada película me sabe diferente. Es difícil, porque no hay algo que identifique al cine colombiano... quizá el humor local, que me sabe como a fritanga.

¿Cuál película clásica repetiría hasta el cansancio?

Río Bravo, de Howard Hawks, con John Wayne y Dean Martin. Entretenimiento puro.

Un director local que lo inquiete.

Javier Mejía, Carlos Moreno y Ciro Guerra me parecen muy talentosos.

¿Tiene otra historia en mente?

Ahora trabajo en Roa, película basada en el libro El crimen del siglo, de Miguel Torres. Habla del Bogotazo, pero visto a través de los ojos de Juan Roa Sierra, el supuesto asesino de Gaitán.

Un director al que le haga culto.

Te doy cinco: Howard Hawks, Luis Buñuel, Jean Renoir, Sidney Lumet y Martin Scorsese.

¿Le gusta la Ley del Cine?

Claro. Gracias a ella pasamos de gatear a dar los primeros pasos. Los que hacían cine antes de la ley: ¡chapó!

Por Angélica María Cuevas G.

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