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La timidez de Marianela González

La actriz venezolana confiesa que es muy tímida y que con el teatro intenta romper esa barrera y el miedo escénico que la paraliza. Habla de su vida en el país vecino y de lo que significa estar lejos de su familia.

Mónica Rivera
29 de agosto de 2015 - 03:20 a. m.
Marianela González asegura que una de las experiencias personales más difíciles fue vivir en Japón sola a los 19 años. “Me deprimí muchísimo por estar lejos de mi familia”, dice. / Andrés Torres
Marianela González asegura que una de las experiencias personales más difíciles fue vivir en Japón sola a los 19 años. “Me deprimí muchísimo por estar lejos de mi familia”, dice. / Andrés Torres

¿Cómo ha sido llevar esa timidez que la ha caracterizado desde niña?

La gente no me conoce bien. Al principio caigo pesada porque soy realmente muy tímida. Parezco muy seria y realmente no lo soy. Cuando ya logro romper esa barrera y entro en confianza, soy otra persona. Primero fui modelo y rompí el miedo con la cámara. Luego, cuando empecé a actuar, ese miedo de equivocarme o hacer el ridículo lo fui venciendo, pero todavía tengo el problema del teatro, es algo que quiero hacer, de hecho hice varios cursos, acabo de terminar uno, a ver si rompo esa barrera y ese miedo escénico que me paraliza.

¿Ya se ha parado en un escenario?

En el primer curso que hice, la muestra no la logré hacer, entré en pánico y me tocó decirle a mi compañera que hiciera lo que me tocaba, porque no pude. Ya en el segundo hice un personaje chiquito. En las muestras, la gente está muchísimo más cerca que en un teatro grande, pero saber que están ahí y que me puedo equivocar o meter la pata, me paraliza y me pone muy mal. En cambio ya grabando soy muy correcta y me gusta llegar con los parlamentos aprendidos a los sets, como para no tener esa inseguridad de equivocarme y aunque lo tenga que repetir, sé que tengo el control de la letra.

Viene de una familia de reinas, ¿por qué no seguir esa faceta?

Yo no sé si fue porque de chiquita viví lo sacrificante que era el proceso de las misses, pero me traumatizó un poco y me hizo alejarde ese medio. El modelaje me seguía pareciendo algo diferente, porque uno no deja de ser uno. Las misses son procesos de varios meses, que cuando uno las ve en el evento, en el concurso no parecen ellas, pero tú las ves seis meses después y vuelven a ser las mismas que son, pero es agotador. Yo vi lo que sufrió mi prima y me di cuenta de que no servía para eso. Además, me faltan unos cuantos centímetros.

Su carrera comenzó en Radio Caracas Televisión. ¿Qué tan duro fue el cierre?

Para mí fue muy duro, porque además estábamos haciendo una telenovela que de la noche a la mañana nos dijeron que solo iban a grabar 80 capítulos, porque íbamos a salir del aire. Todos los días nos despedíamos de mucha gente, porque el canal ya no tenía la capacidad para mantener a las personas que estaban trabajando allí, y cuando me dijeron ya se acabó, quedaba solo un canal de noticias por internet. Fue muy duro, porque fue mi escuela, mi familia. Por esas razones tuve la necesidad de comenzar a hacer nuevas cosas con mi vida y dejar a mi país y a mi gente. A veces uno tiene que arriesgarse y tomar una decisión y es muy difícil.

¿Cómo ve la situación en Venezuela?

Yo no soy una persona política, pero de todo lo que he vivido creo que lo único que les puedo agradecer a estos gobiernos es que amo más a mi país de lo que lo amaba antes. En verdad me duele mucho en lo que se ha convertido, yo siento que el agotamiento del venezolano ya ha hecho que tire la toalla. Al principio era un poco por comodidad y ahora es porque tenemos las manos atadas.

¿Qué traería de allá?

Me traería a mi madre, nuestros quesos, el Ávila, una montaña que tenemos en Caracas que creo es símbolo de todo venezolano. Levantarme en la mañana y verlo es recargarme. Me traería el clima, el frío en Bogotá es algo a lo que me ha costado acostumbrarme.

¿Ha aprendido a cocinar algún tipo de comida colombiana?

Todavía no logro hacer la bandeja paisa, me salen bien los patacones, pero creo que comencé a cocinar porque me hacían falta los sabores de mi tierra. Hay muchas cosas que son iguales, como la carne desmechada, de repente me he dado cuenta de que soy una buena cocinera.

¿Cómo le ha ido en las cuestiones del dulce amor?

Bien, ahora estoy tranquila, estoy más concentrada en otras cosas, en mi vida familiar y de trabajo. Yo creo que llega solo, pero cuando uno está más desesperado por encontrarlo, es más difícil que llegue. Espero que aparezca cuando tenga equilibrio.

Por Mónica Rivera

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