Las mejores vacaciones de Farid Díaz

Cuando pensaba viajar a una isla caribeña junto a su familia, recibió la llamada del técnico José Pékerman para avisarle que estaría en el Mundial de Rusia 2018.

Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia
22 de junio de 2018 - 02:00 a. m.
Farid Díaz en uno de los entrenamientos de la selección colombiana de fútbol en Kazán, Rusia.  / FCF
Farid Díaz en uno de los entrenamientos de la selección colombiana de fútbol en Kazán, Rusia. / FCF

Si los planes de Farid Díaz no se hubieran trastocado a última hora, es probable que, mientras usted lee esta nota, el defensor costeño estuviera en una playa de una isla del Caribe junto a su familia, pasando unos merecidos días de vacaciones luego de salir campeón del fútbol paraguayo con Olimpia. Estaría pendiente del reloj para ver por las mañanas los partidos del Mundial por televisión, para apoyar a los jugadores con los que compartió durante la eliminatoria (jugó ocho partidos y en todos fue titular). Sin embargo, la tragedia ajena fue su alegría. La lesión de Frank Fabra le dio tiquetes a Rusia, donde está concentrado con la selección de Colombia, donde se levanta para ir a desayunar, ponerse el uniforme y salir a entrenar, en vez de buscar su traje de baño para ir al mar. (Le puede interesar: “Quiero pedirle al país que crea en nosotros”: Juan Fernando Quintero)

“¿Quién estará llamando a esta hora, amor?, preguntó Lilibeth Meneses, con sorpresa, una madrugada hace apenas dos semanas. Medio dormido, Farid cogió su celular y sin mirar la pantalla contestó. Era José Néstor Pékerman, quien le contó sobre la lesión de ligamentos de rodilla que había sufrido Fabra y le pidió que se alistara lo más pronto posible porque lo necesitaba de inmediato en Milán, para unirse a la concentración del equipo nacional de cara a la Copa del Mundo de Rusia 2018.

Al colgar, lo primero que hizo fue contarle a su esposa. Le dio un fuerte abrazo y entonces, sin poder evitarlo, lloró. Lo hizo por la emoción de representar a su país, por la alegría de jugar una Copa del Mundo, por su familia, por los suyos y, por último, por él mismo. Emocionado, les dio la noticia a sus hijas Valeria y Violeta, llamó a Colombia para dar la buena nueva y comenzó a empacar. (Lea: Falcao: A Polonia hay que ganarle como sea)

Más tarde llegó al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi de Asunción. Al mismo lugar y a la misma hora que tenía planeado hacerlo para tomar un avión con un rumbo diferente. Esta vez los que viajarían con él se quedaron en la puerta de emigración, viendo cómo a la distancia ingresaba a la sala de espera. Fotos, abrazos, lágrimas de emoción y la bendición de su mamá Alina Rhenals.

Fueron cerca de once horas de vuelo, con una escala. Tiempo suficiente para entender la magnitud de lo que estaba viviendo. “La verdad es que yo no lo podía creer. Pero era una sensación muy rara porque por un lado sentía alegría por mí, pero por otro estaba dolido por lo que vivía Fabra. Él es un gran amigo mío, con el que compartí durante toda la eliminatoria. Uno lo que más quiere es que a los compañeros les vaya bien. Él tenía una ilusión grande de hacer un Mundial destacado y no lo pudo hacer”, le dijo Farid a El Espectador en la zona mixta del estadio Mordovia Arena de Saransk. (Puede leer: Carlos Sánchez, el primer expulsado de Rusia 2018)

Todo pasó rápido. La llegada a Milán, los saludos de sus compañeros, del cuerpo técnico, los primeros días de entrenamiento, las noches de Mario Kart en Nintendo Switch. El viaje a Rusia, las jornadas de trabajos en Kazán y el debut en el Mundial ante Japón. “El ambiente de selección es emocionante para cualquiera. Lo que se vive con este grupo es increíble. No podemos permitir que una derrota acabe con todo. Somos fuertes y sabemos cómo levantarnos de esta”, confesó el costeño de 34 años, quien podría reemplazar a Johan Mojica, en el puesto de lateral izquierdo, en el partido de este domingo ante Polonia, en Kazán.

En ocho partidos de la eliminatoria hacia Rusia 2018, Farid fue titular, y en la mayoría de esos juegos demostró ser un hombre confiable en defensa y desequilibrante en ataque, sobretodo por su capacidad para lanzar buenos centros. Para el compromiso ante los polacos será determinante que los laterales no sean solo hombres que cuiden sus espaldas, sino que tengan la valentía de buscar ganar terreno del contrario por los costados. Esta fue una falencia de Mojica y Farid es una buena alternativa para el DT, que tendrá que acudir a la memoria futbolística de los hombres experimentados que lo llevaron a lograr la clasificación. “Yo me siento bien, he entrenado con normalidad y sueño con poder aportarle al equipo en el terreno de juego”, agregó Díaz. (Lea: Frank Fabra se pierde el Mundial: sufrió rotura de ligamento cruzado)

Por invitación de un patrocinador de la selección colombiana, los familiares con los que Farid debería estar de vacaciones, ya están en Rusia apoyándolo. Lilibeth, Valeria y Violeta hacen turismo en Kazán y sus alrededores mientras él está concentrado con el equipo nacional. Lo único que se perdió fueron los tiquetes aéreos a esa isla del Caribe. Sin embargo, según Farid, eso es lo de menos, pues “en estos momentos estamos disfrutando más que en cualquier otro lugar del mundo. Lo importante ahora es estar acá”. (Vea nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)

Por Luis Guillermo Montenegro - Enviado especial a Rusia

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