Lionel Messi y un estreno para el olvido en Rusia

El argentino no tuvo su mejor partido contra Islandia. Además desperdició la pena máxima que hubiera significado el triunfo para los suramericanos.

Camilo Amaya - Enviado especial Rusia
16 de junio de 2018 - 03:34 p. m.
Messi al final del encuentro con los islandeses. / AFP
Messi al final del encuentro con los islandeses. / AFP

Lionel Messi reclamándole a sus compañeros, levantando las manos, mirando a un Jorge Sampaoli más desesperado que él. Messi y sus gestos de que no hay espacios para jugar, de que nadie se le mueve para darle una opción de pase. Lo que olvidó el astro argentino es que antes de exigirle a los demás que le ayudaran en su trabajo, el de todos, debió ayudarse a sí mismo con una mejor actitud, pidiendo más la pelota, soltándola de manera letal, eficaz, hiriente para el rival. Este sábado, en el empate a un gol con Islandia, quedó comprobado, como a lo largo de la eliminatoria, que si Messi no anda Argentina tampoco. Y que si el jugador del Barcelona no tiene un buen día eso se refleja en los otros 10 que no saben qué hacer con el balón.

A la ausencia de la genialidad también se le igualó la falta de entusiasmo, de liderar en la cancha, de buscar asociarse con otro perdido, Ángel Di María y con uno que siempre lucha en solitario, Sergio Agüero. Lionel tuvo siete remates a puerta y de esos solo dos estuvieron cerca del arco defendido por el islandés Hannes Thor Halldorsson. El 10 de Argentina tocó la pelota en 115 ocasiones, ninguna de peligro, y la perdió en cinco (tres en el primer tiempo y dos en el segundo). Además, realizó 71 pases con una efectividad del 84.5%. Números que no reflejan lo que fue Lionel en la cancha, lo lejano que estuvo del juego, de su juego.

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Y ahora viene lo más duro: cuando tuvo la oportunidad de darle la victoria al equipo de Jorge Sampaoli, cuando tomó la pelota luego de la falta sobre Maximiliano Meza en el área, pateó de una forma tan displicente, con una inseguridad tan grande que antes de impactar la pelota el portero rival ya sabía a dónde lanzarse. Y así los argentinos en las tribunas quedaron en silencio, mientras del otro lado, los islandeses, celebraron.

Después vendría el afán de quien no hace la tarea a tiempo y quiere que todo le salga en segundos, las malas entregas, los pases irrelevantes y los constantes choques con los centrales europeos, que lo doblaron cada vez que tomó el balón en el último cuarto de la cancha. Fue como ver una débil ola estrellarse contra un enorme jarillón. Lionel Messi no pudo brillar en el debut de su selección en el Mundial de Rusia y, por el contrario, dejó una imagen opaca, poco luchadora, como si fuera uno más.

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Ahora vendrá Croacia y después Nigeria. Islandia, el que para todos era el débil del grupo, logró un valiente empate. Replantear, pensar y volver a organizar, la misión que tendrá Sampaoli para no dejar que su hombre más importante se desmoralice, porque quedó confirmado que sin Messi Argentina es un equipo como cualquier otro.

 

Por Camilo Amaya - Enviado especial Rusia

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