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La magnitud de figuras galas que desfilan en Rusia posiciona a Francia como uno de los grandes candidatos para ganar la Copa del Mundo que le fue esquiva en 2006. El delantero Antoine Griezmann del Atlético de Madrid y el mediocampista Paul Pogba llegan como los grandes referentes de “Les Bleus”. Sin embargo, la edad de los futbolistas puede pesar en las fases decisivas, pues la mayoría de jugadores son jóvenes y no han participado en la máxima competencia.
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Los franceses intentarán mejorar lo hecho en Brasil 2014 cuando el equipo se quedó en los cuartos de final luego de ser superados por Alemania. Además, los franceses quieren sacarse la espina de haber perdido la pasada edición de la Eurocopa en la que fueron anfitriones.
Australia, por su parte, jugará su cuarto mundial consecutivo. Los “soceroos”, como se les apoda a los australianos, intentarán superar lo hecho en Alemania 2006, una de sus mejores presentaciones, pues llegaron a disputar los octavos de final contra Italia, aunque cayeron por uno a cero.
De nuevo, la apuesta australiana en ataque tiene nombre propio. Tim Cahill, quien es la figura del equipo desde hace más de una década, será el encargado de conducir a la selección por el camino de la victoria. El delantero de 38 años del Millwall inglés jugará su cuarta -y probablemente última, Copa del Mundo. Cahill, como referente, ha marcado en todas las ediciones en las que ha participado.
Aunque Australia parte como la “cenicienta” del grupo C, espera dar la sorpresa y vencer a Dinamarca y Perú en la batalla por el segundo puesto. En el choque contra Francia no se esperan sorpresas, pues se asume que los galos tomen la iniciativa mediante el control en el medio del campo y la explosión que brindan los delanteros franceses Kylian Mbappé y Ousmane Dembelé.
Por su parte, Australia sabe que en un mundial David tiene muchas oportunidades de vencer a Goliat, por lo que seguramente defiendan aguerridamente y aprovechen cualquier descuido de los franceses para buscar a su delantero estrella y que este marque la diferencia. El peso recae sobre Francia que tiene los ojos del mundo encima, pues con el nivel de su plantilla, debe recuperar el decoro y la confianza que perdió tras el fracaso en la Eurocopa.
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