Un triste debut para Falcao García en el Mundial de Rusia

El capitán de Colombia cumplió su sueño de jugar un Mundial, pero no pudo festejarlo con una victoria. Fue uno de los más destacados en la derrota con Japón.

Camilo Amaya - Enviado especial Rusia
19 de junio de 2018 - 10:30 p. m.
Fiel a su estilo, Falcao dejó el alma ante Japón.   / Óscar Güesguan - El Espectador
Fiel a su estilo, Falcao dejó el alma ante Japón. / Óscar Güesguan - El Espectador

Antes de salir a la cancha empezó con sus funciones de capitán. Saludó en el túnel al esloveno Damir Skomina, el juez del partido, y con frases cortas motivó a cada uno de sus compañeros. Después, el himno a todo pulmón, la mirada fija en la tribuna, la respiración pausada para bajar pulsaciones, para controlar las emociones. Luego, el saludo cordial con Makoto Hasebe, capitán japonés, la suerte a su favor en el lanzamiento de la moneda y la elección del costado sur, el que tenía más sombra, para no incomodar a sus defensores y dejar bajo el inclemente sol a los del equipo rival. (Puede ver: Las imágenes del debut de Falcao en un Mundial)

Hasta ahí todo perfecto, el protocolo soñado para Radamel Falcao García, para el jugador de semblante sencillo, pero imponente, que, después de cuatro años, por fin jugó el Mundial. Y como en su vida misma tuvo que acoplarse a la expulsión de Carlos Sánchez en el minuto tres de juego y a correr más.

El tropiezo no lo amilanó, pues entendió que su necesidad de ganar era la de todos y que todos estarían mirándolo. Por eso intentó levantarle el ánimo a los suyos, se le acercó a David Ospina y con un “vamos, que lo tapas” lo alentó antes de la pena máxima que le dio la ventaja a los japoneses. Falcao García no dejó de hablar, tampoco de pivotear cada pelota, de alejarse de su zona de confort, el área rival, para beneficio del equipo, para crear espacios y después voltearse y aprovecharlos. Y lo hizo bien, pero los demás no. (Le puede interesar: "Contra Polonia debemos jugarnos la vida": Falcao)

Y se rebuscó opciones cuando no las había, y estiró su pierna izquierda para desviar el balón en el minuto 11, y la gente se entusiasmó en las tribunas y, por ende, la selección. Falcao, el delantero, también fue defensor y ayudó a su zaga, rechazó muchas pelotas con la cabeza y corrió hacia adelante para ser el primero en presionar en un día incoloro para Colombia, Pura vehemencia, puro corazón.

Y gracias a él, en una movida de viveza, llegó una infracción al borde del área y la destreza de Juan Fernando Quintero para mandar el balón rastrero, anticipando el salto de la barrera japonesa. Y como es su costumbre, Falcao siguió el recorrido de la pelota hasta el final y apareció en la repetición de la jugada, al lado del arquero Eiji Kawashima. No hubo rebote y de inmediato corrió con la intensidad de siempre para abrazar a Quintero, como si el tanto hubiera sido propio. (Lea: La vida de Falcao a través de los Mundiales)

Ya en la segunda etapa, el jugador del Mónaco siguió con su trabajo, como una cuestión de disciplina y por convicción. Estuvo entre los centrales, salió hacia la banda, bajó al medio y procuró ser útil, eficiente, simple en su manera de jugar. Tocó el balón 48 veces, con una efectividad del 88 % y dos remates a puerta. No tuvo más opciones y mientras él intentó desafiar el destino, los 10 de atrás, los nueve durante 93 minutos, sucumbieron en este, en los nervios del debut. Y aún con el segundo tanto de Japón, Falcao se mantuvo como el jugador de la fuerza y de la calma, como la representación de 50 millones de colombianos que vieron reflejado en su talante la lucha vigorosa por sobrevivir.

“La expulsión cambió todo lo que teníamos planeado y ellos en el segundo tiempo tuvieron muy buen estado físico. Hicimos lo que pudimos y ahora solo resta mirar para adelante y jugarnos la vida contra Polonia. Esto todavía no se termina”. Al final, en la zona mixta, respondió las mismas preguntas y procuró decirlo de manera diferente, pero con el mismo significado de fondo. El don de gente volvió a sobresalir en el emblema de la selección de Colombia que ahora deberá realizar otra tarea motivacional para no dejar que los demás se desmoronen y buscar la clasificación a la siguiente ronda. (Vea aquí nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)

Por Camilo Amaya - Enviado especial Rusia

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