En un país donde el arte ha sido un motor de resistencia y cambio social, el programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz emerge como fuente de esperanza para cientos de niños, adolescentes y jóvenes de las regiones más afectadas por el conflicto y la desigualdad.
En diálogo con El Espectador, Jorge Zorro Sánchez, viceministro de las Artes, la Economía Cultural y Creativa, habló sobre la apuesta cultural más ambiciosa del gobierno del cambio que está bajo su liderazgo.
Una iniciativa que, a través de la música, tiene el propósito de reconstruir el tejido social, fomentar el diálogo y brindar nuevas oportunidades a talentos emergentes a través de formación artística y dotación de instrumentos en 32 departamentos, con foco en 687 municipios históricamente abandonados.
¿Por qué desarrollar un programa presidencial enfocado en la música y la construcción de paz?
Con la llegada del gobierno del cambio y su enfoque en los derechos humanos, y ante la resistencia de sectores políticos a una paz duradera, era necesario un cambio que beneficiara a los más vulnerados por la injusticia social. Así nació, desde la Presidencia de la República, el proyecto Sonidos para la Construcción de Paz, en alianza entre el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y el Ministerio de Educación, para transformar los paradigmas de violencia en convivencia, mediante diálogos que valoren la diversidad como parte esencial de la riqueza colombiana.
¿Cómo se construye paz desde la música?
El trabajo desde el colectivo artístico implica acuerdos permanentes para la interpretación musical y artística, la aceptación de la diferencia de roles de cada participante, la búsqueda de la excelencia como propósito común, la aceptación del error, la superación y el compromiso de no repetición, la resiliencia al aceptar el error como símbolo de crecimiento y no como un objeto de descalificación y castigo y, por supuesto, la aceptación de un diálogo permanente y constructivo que elimine la mediocridad y nos lleve a la resolución de conflictos y a superar los imaginarios estructurales de violencia que permitan cambios de comportamiento desde la visión de los colectivos artísticos.
¿En qué ha contribuido el programa al desarrollo artístico y cultural en Colombia?
Sonidos para la Construcción de Paz ha contribuido significativamente en el desarrollo artístico y cultural en Colombia al operar en 1.808 establecimientos educativos en 687 municipios, creando 3.417 puestos nuevos de trabajo entre artistas formadores y sabedores que imparten formación musical a 358.500 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, y realizando un total de 885 eventos y actividades musicales. Todo esto ha involucrado a 1′550.000 colombianos que han participado en diferentes actividades musicales. En total, para el 2024, se cuenta con una inversión de $360.000 millones.
¿Por qué la apuesta del programa Sonidos en el sistema sinfónico?
En la década del 90 comenzó una dolorosa etapa liderada por el neoliberalismo. Como resultado de esa posición ideológica se vio afectada la economía del país. Las artes también se vieron afectadas, por lo que en 2002 se liquidaron la Orquesta Sinfónica Nacional y la Banda Sinfónica Nacional, olvidando que la cultura y las artes son una necesidad social y un derecho que, al igual que la educación, deben ser accesibles a todo colombiano. No solo desde las realidades internas de nuestro país se formulan los nuevos paradigmas, sino que es necesario modificar la estigmatización de “violentos endémicos”, con la que hemos sido identificados en el mundo. Por tanto, se hace necesaria la construcción de referentes profesionales de las artes, en sus diversas manifestaciones, que sean portadores del mensaje del cambio y se conviertan en dignos referentes para nuestras futuras generaciones. Al tenor de estas ideas surge el apoyo a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia (OSNC) en su gira por Suramérica que, junto con el Coro Nacional y la Banda Sinfónica Nacional, se convierten en parte esencial del programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz.
¿Y cuáles son los resultados de ese apoyo a la Sinfónica?
En el primer semestre de 2024, la OSNC realizó 42 conciertos en 11 ciudades colombianas, atrayendo a más de 33.000 asistentes. La programación incluyó desde música clásica y ópera hasta conciertos temáticos. Se destacaron eventos como el Apalú Sinfónico en Pasto y las presentaciones de La traviata en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Los Conciertos de Despedida en Bogotá, anteriores a la gira suramericana, también fueron significativos, consolidando aún más la presencia de la OSNC en la capital y otras ciudades del país.