El sistema de salud requiere acciones concretas para salir de la crisis financiera a la que ha llegado, entre otras cosas, por la corrupción que hoy se traduce en la congestión de las salas de urgencias, en el cierre de hospitales y de servicios médicos. Dentro de los últimos huecos encontrados en el sistema, la Contralora Sandra Morelli puso en evidencia hace unos días como muchos recursos de la salud van a parar a instituciones prestadores de salud inexistentes, pues al momento de ubicarlas resultaron ser lotes baldíos. Según Morelli, de $1,5 billones girados a la salud en 74 municipios del país, sólo se recibieron $400 mil millones.
La Contralora concluyó que los recursos públicos de la salud no llegan como debería debido a que se creó un sistema privado a través de las Empresas Prestadoras de Salud (EPS).
A ese panorama se suman los más de $4 billones que las EEPS de régimen contributivo y subsidiado, la entidades territoriales, el Fosyga y otras entidades, les deben a 107 hospitales y clínicas de todo el país agremiadas en la Asociación Colombiana de Clínicas y Hospitales.
Lo paradójico es que este sector en crisis carece de un diagnóstico completo. Después de casi 20 años de puesta en marcha de la ley 100 el Gobierno no tiene cómo evaluar el desempeño de las prestadoras de salud. Poca es la información a la que tiene acceso el Gobierno para evaluar su rendimiento.
De allí parte la idea de poner en marcha la estrategia del Registro Electrónico, una gran base de datos alimentada por los prestadores que dé cuenta de cómo funcionan, basados en indicadores de calidad otorgados por el ministerio.
A través de 23 subsistemas de información, que están siendo alimentados por los prestadores, la cartera liderada por Beatriz Londoño adelanta la creación de los indicadores que para 2014 podrán arrojar resultados concretos sobre el funcionamiento del sector “se construirán indicadores por actor por grupo de actores o entidad territorial que nos muestren el desempeño del sistema, luego, por primera vez, el ministerio pasará a la retroalimentación” dijo Londoño.
Con esta iniciativa el Gobierno espera tener diagnóstico certero de los males que aquejan al sistema, para que la formulación de las futuras políticas en salud partan de lo real y además pretende entregarle a los colombianos ránquines de calidad de las prestadoras de servicios para que decidan, conscientemente, a cuál de ellas quieren afiliarse. “ Debemos trabajar en la seguridad informática, en la no modificabilidad de las bases de datos, y en poder consolidar el Registro Único de Afiliados. Con la integración de la información se podrá controlar y tener mejor desarrollo de políticas, pues hoy no tenemos resultados comparables” dijo la ministra Londoño.
Para ejemplificar lo que ocurre la ministra citó el caso de los trasplantes en el país, “En ese universo tan pequeño no tenemos como saber cuál es el centro que tiene los mejores resultados en trasplantes, ni las EPS que mejor realizan los procedimientos. Las personas deben tener esa información para que compren inteligentemente los servicios y para que haya mayor satisfacción, menores complicaciones y menores muertes” concluyó.