María Camila Montoya Yepes tenía 26 años cuando enfrentó uno de los mayores retos de su vida: llevar a Binn Hotel en medio de la coyuntura pandémica a otro nivel. Hoy, con un modelo de negocio renovado y una visión empresarial clara, ha convertido al hotel en un ecosistema de hospitalidad de lujo silencioso que se destaca en Medellín.
Ubicado en una de las zonas más exclusivas de Medellín, Binn Hotel no solo es un edificio de 19 pisos con 78 suites atemporales, un restaurante basado en producto local y un bar en su terraza con mixología extraordinaria, sino una muestra de resiliencia empresarial, visión de liderazgo joven y transformación estratégica.
En 2019, la llegada del Covid-19 obligó al hotel —fundado en 2016— a transformarse arquitectónicamente y replantear su concepto. En lugar de detenerse, Montoya, administradora de negocios y CEO cofundadora del hotel, vio una oportunidad para reinventar la marca buscando fidelizar a los grupos de interés locales y nacionales pero fijando su estrategia en los viajeros internacionales que buscan una estadía basada en el bienestar, seguridad, personalización de sus servicios y conectividad en la ciudad.
“Siempre supe que el hotel era un diamante en bruto. Mi formación en negocios me permitió ver que con una restructuración podíamos apuntar a un segmento más exclusivo. Propuse un nuevo concepto hacia el lujo silencioso, enfocado en el servicio personalizado y en construir un ecosistema de hospitalidad”, asegura Montoya.
Cifras que respaldan el modelo
Actualmente, Binn Hotel cuenta con 78 habitaciones distribuidas en diferentes categorías, algunas de ellas con una privilegiada vista al Valle de Aburrá y otras con una tranquila panorámica hacia las montañas. Su tarifa promedio es de $860.000, reflejo de una propuesta de valor enfocada en el confort y la exclusividad. El hotel opera con un equipo humano de aproximadamente 80 empleados, comprometidos con brindar un servicio de alta calidad. Además, ofrece a sus huéspedes un spa, dos espacios gastronómicos y diversas áreas de bienestar, diseñadas para proporcionar experiencias memorables y de relajación.
19 pisos que albergan servicios más allá de la estadía y se sigue proyectando como un epicentro de negocios y espacios para disfrutar de un estilo de vida cargado de experiencias.
Binn Hotel ha enfocado su valor diferencial en la personalización del servicio, su determinada excelencia en la hospitalidad y el cuidado por los pequeños detalles. Para su CEO, el lujo no se limita a lo estético o al diseño, sino que se construye desde la experiencia humana.
“La humanidad es nuestro sello. Cuidamos a nuestro equipo porque creemos que si ellos están bien, eso se transmite al huésped. Nos gusta que cada colaborador sienta que hace parte de un sueño compartido”, explica Montoya.
Un liderazgo con enfoque humano
El enfoque humano ha sido clave en la consolidación de Binn Hotel como referente en hospitalidad sofisticada de Medellín. La joven empresaria destaca que emprender ha sido como escalar una montaña: “Hay momentos difíciles, incluso volver a iniciar, pero al lograr objetivos todo cobra sentido. Ver a los huéspedes felices y al equipo comprometido lo vale todo”.
Montoya pertenece a una nueva generación de líderes que entienden que la hospitalidad va más allá de ofrecer una cama cómoda. Bajo su dirección, el hotel se ha convertido en un ecosistema que combina sofisticación, bienestar y calidez, con una propuesta pensada para el viajero exigente que busca experiencias memorables y auténticas.
Visión de futuro
La apuesta de Binn Hotel no termina con la transformación de concepto después de la pandemia. Su CEO tiene como propósito seguir elevando los estándares de hospitalidad en la ciudad y consolidarse como un referente en el sector a nivel nacional e internacional.
Con una visión global en estándares de bienestar y local enfocada en su talento humano, los detalles y el producto gastronómico, este ecosistema de hospitalidad demuestra que Medellín está preparada para recibir un turismo consciente y de alto nivel.