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La crisis climática que hoy sufre el mundo demanda soluciones cada vez más audaces y urgentes, y hoy el escenario sitúa a las “startups” de tecnología climáticas ante un terreno desafiante: innovar al mismo ritmo que el planeta se calienta. Los altos costos de investigación, los largos períodos de desarrollo y la necesidad de infraestructura tecnológica avanzada para probar y escalar sus innovaciones son quizá los mayores retos de estas “startups”. Desde Nueva York, en la pasada edición de la Climate Week, hablamos con Lisbeth Kaufman, Head of Climate Tech Startups en Amazon Web Services (AWS), quien enfatizó la importancia de la inteligencia artificial en este tipo de desarrollos y lo significativo que es mezclar los beneficios empresariales con los beneficios climáticos, incluso para Latinoamérica.
¿Qué desafíos enfrentan las “startups” del sector climático en comparación con otras empresas, y cómo las ayuda el programa Compute for Climate Fellowship a superar esos obstáculos?
El Compute for Climate Fellowship es un programa de financiación para “startups” de tecnología climática que están creando soluciones innovadoras con nuestra infraestructura avanzada de computación en la nube, con el fin de abordar la crisis climática. El programa lo cocreamos junto con el Centro Internacional de Investigación en Inteligencia Artificial de la Unesco. Partimos del reconocimiento de que la crisis climática se vuelve cada vez más intensa y compleja, y el mundo necesita una amplia variedad de soluciones para enfrentarla. Por eso diseñamos este programa, que otorga subvenciones a “startups” que trabajan en esas soluciones. Lo que hemos encontrado en AWS es que muchas “climate tech” “startups”, cerca del 50 %, son “deep tech”, lo que significa que requieren mucha más investigación y desarrollo que una empresa típica de software, como las de “fintech”. Están inventando nueva ciencia e ingeniería, lo que implica un esfuerzo adicional en I+D. Por eso el programa ofrece fondos para esa investigación y acelera el proceso, lo que permite que las empresas desarrollen su tecnología mucho más rápido.
¿Qué ejemplo de esas empresas hay dentro del programa?
Un ejemplo es Realta Fusion, su objetivo es desarrollar energía de fusión, es decir, básicamente construir una “estrella en la Tierra”. Utilizan una tecnología llamada magnetic mirror, que es como una botella magnética para contener plasma y generar energía. Para esto necesitan realizar miles de simulaciones complejas sobre el comportamiento del plasma. Antes dependían de supercomputadores físicos —solo hay dos en EE. UU.— y debían esperar hasta un año para acceder a ellos. Con nuestro apoyo pudieron recrear esos supercomputadores en la nube y realizar las simulaciones de plasma de forma mucho más rápida. Pasaron de esperar un año a tener todo listo en una semana en AWS. Ahora, otras compañías de fusión pueden hacerlo acelerando su I+D.
El programa se ha expandido para incluir “startups” de todo el mundo. ¿Qué innovaciones le resultan más interesantes?
Este año tenemos 23 empresas en el programa -en 2024 fueron ocho y el anterior solo cuatro-, así que hemos crecido bastante. Hay tecnologías fascinantes, especialmente las que combinan “climate tech” con inteligencia artificial generativa (GenAI). Por ejemplo, una compañía llamada Anthrogen, con sede en EE. UU., está desarrollando modelos fundacionales (foundation models) que crean encimas capaces de convertir gases de efecto invernadero en insumos para producir combustible de aviación. Como eliminan carbono de la atmósfera y lo reutilizan, el proceso es carbono negativo. Este tipo de proyectos usan IA generativa no como un modelo de lenguaje general, sino adaptada a casos muy específicos y basada en datos del mundo real, como información de enzimas.
¿Cómo las ayudan a crecer?
Ofrecemos subvenciones en forma de créditos en la nube, de hasta 200 000 dólares por empresa. Es capital no dilutivo, lo que significa que las compañías no ceden participación accionaria. Además, les damos soporte técnico personalizado: expertos de AWS en las áreas tecnológicas o industriales relevantes trabajan directamente con ellas para optimizar sus proyectos.
De las empresas que trabajan con AWS, ¿qué áreas o soluciones ve con mayor potencial de tener un impacto climático?
Creo que las startups que combinan beneficios climáticos con beneficios empresariales —como nuevas fuentes de ingresos o reducción de costos— tienen el mayor potencial. Un caso destacado es Windfall Bio, que desarrolla una tecnología que aprovecha microbios que consumen metano y lo transforman en nitrógeno para fertilizantes orgánicos. Sus clientes son granjas lecheras, campos petroleros y vertederos. Así convierten un pasivo ambiental (el metano) en un activo valioso. Gracias a AWS, utilizan IA generativa para identificar los microbios más eficientes y ajustar las condiciones óptimas para su funcionamiento. Es un uso sorprendente de la IA en biotecnología, con un impacto económico y ambiental real.
En América Latina, especialmente en Colombia, están surgiendo muchas iniciativas en este campo. ¿Cómo ve el ecosistema de climate tech en la región?
Nos entusiasma mucho el ecosistema latinoamericano. AWS ha entregado más de 440 millones de dólares en créditos de activación a empresas de la región. En cuanto al climate tech, veo grandes oportunidades en energías renovables y agricultura sostenible, que son áreas fuertes en países como Colombia, Brasil y Perú. Hay mucho talento y potencial para desarrollar soluciones climáticas relevantes para la región y el mundo.
Cada vez más empresas se comprometen con metas climáticas. ¿Cómo imagina la relación futura entre AWS, las climate tech startups y las grandes corporaciones?
Veo un futuro muy prometedor en los modelos de colaboración entre startups y corporaciones. En Amazon hablamos del concepto del flywheel: un círculo virtuoso en el que todos se benefician. Por ejemplo, AWS ayuda a startups como Windfall Bio a construir su tecnología; luego, esas startups ayudan a Amazon o a corporaciones como Whole Foods a cumplir sus objetivos de sostenibilidad. En este caso, Whole Foods trabaja con granjas lecheras que usan la tecnología de Windfall para reducir metano y producir fertilizantes orgánicos, ofreciendo al público productos con menor huella de carbono. En el fondo, nuestra meta es dar máxima visibilidad a las startups y promover la adopción de IA en el sector climático. El tiempo es crítico: tenemos pocos años para actuar, y la IA puede ayudarnos a movernos más rápido y ser más efectivos.
