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La protección del aire que se respira en Bogotá hace parte de las estrategias ambientales de la administración del alcalde Carlos Fernando Galán para la protección de la biodiversidad de la capital. Para mejorar su calidad, planean una serie de acciones combinadas, como las Zonas Urbanas por un Mejor Aire o Zuma, Foncarga, la Línea 1 del Metro y los Bosques Urbanos.
Es importante señalar que datos históricos indican que el suroccidente de Bogotá tiene el índice de calidad del aire más bajo. Esto tiene diferentes implicaciones para la salud y la esperanza de vida de quienes viven y trabajan allí. Gran parte de la concentración de material particulado se encuentra en el suroccidente de la ciudad, el cual aporta aproximadamente el 35 % del PM2.5 de toda la capital.
Por esto, una de las acciones de la administración Galán y la Secretaría Distrital de Ambiente es la puesta en marcha de dos Zonas Urbanas por un Mejor Aire o Zuma, donde se concentran acciones intersectoriales para mejorar progresivamente la calidad del aire en el occidente de la ciudad, reduciendo las emisiones de contaminantes.
La ZUMA cuenta con acciones como:
Pavimentación y conservación de vías:
· Se busca pavimentar o conservar 3,5 kilómetros de vías en colaboración con la Unidad de Mantenimiento Vial (UMV), el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y la Alcaldía local de Bosa.
· Esto incluye adecuaciones de la malla vial para reducir las emisiones generadas por el polvo resuspendido de vías destapadas.
Gestión del transporte de carga:
· Redirección del tráfico de vehículos de carga fuera de las Zuma, optimizando su circulación con base en su nivel de emisiones.
· Desarrollo de un piloto para la logística de distribución de mercancías con vehículos de cero emisiones.
Aumento de áreas verdes y sostenibilidad urbana:
· Creación de un bosque urbano en la Av. Ferrocarril, en el límite oriental de la Zuma Bosa Apogeo.
· Mantenimiento de 2.056 árboles existentes y adecuación de seis parques. Estas iniciativas forman parte de los Proyectos Integrales de Proximidad (PIP), diseñados para fortalecer la infraestructura verde y la calidad de vida en la ciudad.
Transporte público de bajas emisiones:
· Introducción de 296 buses de cero o bajas emisiones en el componente troncal del SITP para 2025, con apoyo logístico en los patios “El Vínculo” y “Calle Sexta”.
· Incremento en la electrificación de rutas actuales del SITP, donde dos ya operan con buses eléctricos.
Monitoreo de calidad del aire y salud pública:
· Desde 2024 se establecere una línea base para medir la concentración de material particulado en las Zuma, usando monitores de bajo costo.
· Se implementarán indicadores para evaluar el impacto en la calidad del aire y la salud de la población, así como en la gobernanza ambiental.
Datos sobre las Zuma
La administración espera implementar dos Zuma en el occidente de Bogotá, una de ellas en el suroccidente en Bosa-Apogeo. Sería la primera ciudad del país en poner en marcha una estrategia integral como esta.
Las dos Zuma tendrán una extensión de 5 km2. Se invertirán del presupuesto SDA $1.287′139.100 (US$320.000) más el aporte de los demás actores. Gracias a la implementación de estas dos Zuma, se beneficiarán más de 35 mil personas.
Foncarga
Otra de las estrategias de la administración es la puesta en marcha del Foncarga, que es un fondo para la renovación de vehículos de transporte de carga urbano, el cual busca avanzar en la reducción de emisiones de material particulado y de gases efecto invernadero proveniente del transporte de carga urbana en Bogotá.
De esta forma, apoyará a los transportadores de carga cuyos vehículos estén registrados en Bogotá, para la renovación de vehículos de carga con más de 15 años de fabricación y menores de 10,5 ton de peso bruto, hacia vehículos eléctricos. También a volquetas con más de 15 años de fabricación, hacía gas natural con estándar de emisión Euro VI.
Sobre sus cifras, hay que señalar que tendrá en esta administración una inversión de cerca de US$5,6 millones, busca alcanzar 195 vehículos renovados para el 2027.
Vale la pena mencionar que Foncarga es financiado inicialmente por las Secretarías de Ambiente y Movilidad, administrado a través de una fiducia.
Contribución de la línea 1 del metro
La Línea 1 del Metro de Bogotá no solo será un proyecto clave en la movilidad urbana, sino también una herramienta central en la lucha contra el cambio climático. Según la administración distrital, su operación permitirá reducir un 8 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad, consolidándose como una de las principales iniciativas de la política climática local.
Tenga en cuenta que gran parte del recorrido de la Línea 1 atravesará el suroccidente de Bogotá, una zona que enfrenta importantes retos en calidad del aire. Para potenciar su impacto ambiental, se evalúa la posibilidad de recubrir las columnas estructurales del metro con material vegetal nativo. Este innovador diseño no solo embellecerá el entorno urbano, sino que también contribuirá a: aumentar la biodiversidad local, mitigar las islas de calor urbanas y reducir las emisiones de material particulado.
Tres nuevos bosques urbanos en el suroccidente
De forma complementaria, Bogotá desarrollará tres bosques urbanos en el suroccidente de la ciudad, como parte de una estrategia integral para mejorar la calidad del aire, mitigar el calor urbano, fomentar la biodiversidad, contribuir a la resiliencia climática y brindar beneficios para la salud física y mental.
Los tres bosques urbanos tendrán una inversión de más de $820 millones y son:
· Canal Boyacá, localidad de Fontibón
· Zona Franca, localidad de Fontibón
· Parque Timiza, localidad Kennedy (Polígono que no está en POT).
Es clave señalar que la población beneficiaria en la localidad de Kennedy es de 1.250.000 habitantes y de 444.951 en Fontibón.
Resiliencia frente a la variabilidad climática
La variabilidad climática, caracterizada por fluctuaciones en las condiciones meteorológicas, como lluvias y sequías, agrava los problemas de contaminación del aire en Bogotá aportando a inversiones térmicas más marcadas, mayor frecuencia e intensidad en los incendios locales y mayor resuspensión de polvo. Las estrategias mencionadas no solo buscan mitigar estos impactos, sino también fortalecer la capacidad de la ciudad para adaptarse a estos desafíos, posicionando a Bogotá como un territorio más fuerte y sostenible.
Gracias a estas acciones, más de 1,7 millones de habitantes en localidades como Kennedy, Bosa y Fontibón serán beneficiados, consolidando una Bogotá más preparada frente a la crisis climática.