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Contenido desarrollado en alianza con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)

De la privación a la restauración: el modelo colombiano para la justicia juvenil

El Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA) busca ofrecer a los jóvenes en conflicto con la ley oportunidades para reparar el daño causado y restablecer relaciones afectadas por el delito.

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17 de diciembre de 2023 - 02:00 p. m.
Colombia es ejemplo de la justicia y prácticas restaurativas que son empleadas con los adolescentes del SRPA.
Colombia es ejemplo de la justicia y prácticas restaurativas que son empleadas con los adolescentes del SRPA.
Foto: Cortesía ICBF.
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El Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), creado a través del Código de la Infancia y la Adolescencia, está orientado por los principios de protección integral y justicia restaurativa, para brindar oportunidades a adolescentes en conflicto con la ley, promoviendo la reparación del daño causado y buscando restablecer las relaciones afectadas por el delito u ofensas.

Es de carácter pedagógico, específico y diferenciado respecto del sistema de adultos, e integra en su proceso la posibilidad de que adolescentes y jóvenes puedan responsabilizarse de sus actos, reparar a las víctimas, a la familia y a la comunidad, reconociendo que los delitos no solo representan una ofensa al Estado, sino, principalmente, un daño a las personas y a los vínculos sociales.

Colombia es ejemplo de la justicia y prácticas restaurativas que son empleadas con los adolescentes del SRPA y que dan una perspectiva integral al abordaje y tratamiento de las situaciones. La promoción en la implementación de las fases del proceso judicial, la exploración como mecanismo de alternatividad penal, la integración de su enfoque en los servicios de atención, el desarrollo de políticas en materia, la generación de espacio de diálogo con adolescentes, familias y comunidades; la innovación en estrategias y el posicionamiento de programas especializados, son algunos de los elementos que despiertan interés en la comunidad internacional.

Desde la entrada en funcionamiento del Sistema en 2007 han ingresado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) 302.281 adolescentes, 30.843 de ellos en 2013, número que ha disminuido considerablemente llegando a la mitad; es decir, 14.948 en el 2019 y a niveles de 6.309 en la vigencia 2020 y 6.999 para el 2021 los años de la pandemia generada por el Covid-19.

Actualmente, de los 8.945 adolescentes y jóvenes que se encuentran en el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, 1.827 se encuentran en privación de libertad accediendo a los procesos de justicia y prácticas restaurativas.

“No es casualidad que hablemos de Justicia Restaurativa en el Sistema porque allí no buscamos el castigo, sino velar por la protección de los derechos de los adolescentes y jóvenes. No es normal que ellos y ellas cometan delitos, la mayoría de sus historias inician con la vulneración de sus derechos por parte de su familia, la sociedad o el Estado. A ellos les debemos mucho como sociedad, como Estado”, manifiesta la directora general del ICBF, Astrid Cáceres Cárdenas.

Según la vocera, un adolescente con sus derechos garantizados difícilmente va a cometer delitos porque estar en el colegio y acceder a una educación de calidad es un factor de protección. “Sobre este tema, sabemos que la gran mayoría de los adolescentes desertaron del colegio tres años antes de que ingresaran al Sistema. También, la justicia restaurativa favorece la responsabilidad y permite hacer entender a nuestros adolescentes y jóvenes que las acciones tienen consecuencias, así que, en lugar de ser excluidos, se les brinda la oportunidad de aprender de sus errores, de reparar el daño y crecer como individuos responsables”, señalan.

Asimismo, cerca del 70 % de ellos fueron víctimas de algún tipo de agresión en su entorno familiar, lo que destaca la necesidad de un apoyo y acompañamiento adecuados para que entre otros factores les permita entender y tramitar sus emociones de manera no violenta. “La población del SRPA deberá asumir sus responsabilidades, pero el Estado, la familia y la sociedad, no puede eximirse de las suyas”, menciona Cáceres.

En este sentido, y consientes de la deuda que se tiene, el actual Gobierno busca que los modelos de sanciones a los adolescentes estén centrados en la justicia restaurativa, es decir que ellos le presten un servicio a la sociedad, respondan a las necesidades de las personas que afectaron y aprendan de sus conductas, y en la mayor medida de lo posible, por fuera de la privación de la libertad.

Por ello es importante plantear alternativas en el proceso judicial, como la posibilidad de enfocarse en el estudio, el deporte o el arte como formas de redirigir las vidas que puedan construir un proyecto de vida legal y sostenible.

De acuerdo con el ICBF, el objetivo es transformar el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, ofreciendo oportunidades que les permitan construir proyectos de vida que contribuyan a la sociedad. En definitiva, se trabaja para construir un sistema que no solo corrija comportamientos, sino que también proporcione a los jóvenes las herramientas necesarias para construir proyectos de vida.

“Estamos comprometidos con la justicia restaurativa, con transformar el Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, con creer en las oportunidades y mostrar que existe una salida diferente a la privación de libertad”, puntualizó la directora general.

Cabe señalar que el ICBF hoy cuenta con metodologías y talleres que permiten identificar y detonar los talentos de la juventud. Una muestra de ello es la iniciativa ‘Proyecto Sueños’, que en el último año aumentó 78 % la cantidad de adolescentes que reciben algún tipo de formación. “Los adolescentes y jóvenes que cumplieron su sanción en el SRPA y que se desempeñan como ingenieros, abogados, psicólogos nos están demostrando que sí es posible un sistema de justicia basado en las oportunidades”, enfatiza.

Adicionalmente, se cuenta con la Política Nacional de Justicia Juvenil Restaurativa que es la hoja de ruta definitiva para que durante el proceso de atención se logre restaurar al adolescente y su relación con su familia, su comunidad y las personas afectadas por su conducta.

Según la vocería institucional, se han incorporado círculos de diálogo dentro de los Centros de Atención Especializada a lo largo del país, que permiten potenciar espacios de abordaje psicosocial a la víctima, al ofensor y sus familias. Estos espacios son dirigidos a que el joven ofensor asuma de manera responsable y honesta las consecuencias de sus actos, al reconocimiento de la afectación ocasionada en la víctima y al deseo de reparar cualquier daño causado para restituir el vínculo social quebrantado por la comisión de la conducta delictiva.

“Los adolescentes y jóvenes que están cumpliendo una sanción en el SRPA son excelentes seres humanos, con innumerables potencialidades y talentos, que quieren y pueden aportarle positivamente al país. Necesitan oportunidades que entre todos debemos promover para que cuando salgan del Sistema no vean en el delito una fuente de recursos económicos”, expresan.

Desde el ICBF se hace un llamado a la acción, para que de manera articulada y corresponsable todas las entidades del SRPA, incluyendo a los fiscales, jueces y entes territoriales, se apropien de la política, vean en ella nuevas oportunidades para cumplir con las finalidades del sistema y le otorguen a los adolescentes y jóvenes el reconocimiento como agentes de cambio, capaces de contribuir a la construcción de un país con justicia social.

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Ricardo(3857)18 de diciembre de 2023 - 09:25 p. m.
Asi es debemos mejorar como sociedad , empoderando de Oportunidades a nuestros jovenes , no solo encarcelarlos .
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