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El turismo en áreas protegidas fomenta una comprensión más profunda y un respeto por los ecosistemas que se visitan. Natalia Bayona, directora ejecutiva de ONU Turismo y también una de las 100 líderes mundiales en innovación según COTEC y miembro de la red del Foro Económico Mundial (WEF), señala: “el turismo en las áreas protegidas ha experimentado un crecimiento notable en las últimas décadas y se ha convertido en un pilar esencial tanto para la conservación de la biodiversidad como para el desarrollo económico en América Latina y en otras partes del mundo. Desde ONU Turismo instamos a Colombia a fortalecer el ecoturismo en sus áreas protegidas como una estrategia que favorezca la conservación de sus recursos naturales y la mejora de la calidad de vida de sus comunidades”.
En Colombia, los Parques Nacionales Naturales (PNNC) administran 65 áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), de las cuales 37 tienen vocación ecoturística, 25 están abiertas al público y 17 están en proceso de actualización o formulación de Planes de Ordenamiento Ecoturístico.
El ecoturismo se caracteriza por la realización de prácticas responsables que minimizan el impacto en el medio ambiente, promoviendo al mismo tiempo la conservación de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades locales. El ecoturismo en Colombia se centra en la sostenibilidad, buscando no solo mantener intacto el patrimonio natural, sino también generar beneficios económicos para las comunidades que lo habitan.
“Visitar el país más megadiverso del planeta es sin duda una prioridad, tanto a nivel nacional como internacional. En 2025, el objetivo es diversificar los destinos ecoturísticos en Colombia y promover áreas menos conocidas, pero igualmente impresionantes. Se destacan lugares como El Cocuy, Utría, Sierra de La Macarena, la Cueva de Los Guácharos y Otún Quimbaya. Estos sitios ofrecen experiencias únicas que permiten a los visitantes conectarse profundamente con la naturaleza en esta temporada de vacaciones, además de contribuir a la conservación de estos valiosos ecosistemas”, aseguró Luisz Olmedo Martínez Zamora, director de Parques Nacionales Naturales de Colombia.
Tres áreas protegidas para visitar en las vacaciones de mitad de año
Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya
En lo profundo de la Cordillera Central, en el corazón del Eje Cafetero, se encuentra un lugar donde la naturaleza se encuentra con la tranquilidad y la serenidad: el Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya (SFFOQ). Este rincón de Colombia, una joya de biodiversidad, es mucho más que un destino turístico; es un viaje hacia el alma misma de la naturaleza, donde cada paso, cada respiro conecta con el entorno, el ecosistema y la vida misma.
Cuando se llega al Santuario, es imposible no sentir la magia que envuelve sus 452 hectáreas de selva subandina. En cada rincón, el murmullo del río Otún, el canto de las aves y el susurro de los árboles parecen contar historias de siglos de vida, de conservación y de armonía. Desde el momento en que se pisa el suelo del Santuario, te adentras en un universo lleno de colores, aromas y sonidos que parecen susurrar secretos de la tierra.
El Santuario fue creado para proteger la rica biodiversidad de la región, pero también para ofrecer a los viajeros la oportunidad de ser parte de este proceso de conservación. Es un lugar donde el ecoturismo no es solo una actividad, sino una vivencia que invita a reflexionar sobre el equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Aquí, la conservación no se siente como una tarea distante, sino como un compromiso de todos, desde las comunidades locales hasta los turistas que visitan este paraíso.
“La experiencia en el Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya es inolvidable. Este lugar es un paraíso natural que combina biodiversidad y tranquilidad. Desde el momento de la llegada, se percibe un ambiente acogedor y bien cuidado. Los senderos están diseñados para disfrutar del entorno mientras se minimiza el impacto ambiental. Además, la calidez y el conocimiento de los guías enriquecen la visita, ya que explican detalladamente la importancia ecológica del lugar. Entre los aspectos más destacados están los constantes sonidos de la fauna, el aire fresco y la biodiversidad, que crean un ambiente de tranquilidad perfecto para conectarse con la naturaleza, invitando a la desconexión y ofreciendo la oportunidad de estar rodeado de un bosque tan bien conservado”, comenta Robinson Armando Cruz Apache, guardaparques y pajarero del Parque Nacional Natural Nevado del Huila.
La magia de los senderos: un encuentro íntimo con la naturaleza
El Sendero Los Bejucos, con su trazado sinuoso, invita a caminar por el corazón de la selva, observando cómo el bosque se transforma a cada paso. Desde un bosque joven hasta una selva madura, cada etapa del recorrido revela una nueva perspectiva de la vida natural que alberga este santuario. Aquí, el tiempo parece detenerse, y el canto de las aves y el movimiento fugaz de los mamíferos en su hábitat natural recuerdan lo frágil y lo precioso que es todo lo que nos rodea.
“Siempre tuve el sueño de ver un puma, y afortunadamente lo vi en mi parque, en Otún, hace un año y medio, después de casi 18 años de trabajar en parques. Iba con mi esposa y se nos cruzó por la carretera; nos miró, pero no alcancé a sacar la cámara. Continuó su camino y se adentró en el bosque. Para mí, ha sido uno de los encuentros más marcados de mi vida. Es un felino que me gusta mucho”, dice Álvaro Ríos, profesional de ecoturismo del Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya.
En el Sendero El Humedal, el aroma a tierra húmeda, la vista de las heliconias en flor, y la calma del agua que refleja el cielo crean una atmósfera de paz. Es como si la naturaleza misma te invitara a detenerse, a respirar profundamente y a conectar con el mundo natural.
El Sendero El Río, que bordea las aguas del Otún, ofrece una experiencia más serena, casi meditativa. Mientras el río murmura el turista se adentra en un espacio donde la recuperación de la naturaleza es palpable. Es un recordatorio de que la tierra, aunque alterada, tiene la capacidad de sanar y renovarse. “Además de estos atractivos, tenemos actividades como la observación de aves, de estrellas, el sendero nocturno y el solitario. Estos últimos son muy especiales, ya que en la noche también se puede observar otro tipo de fauna”, señala Álvaro Ríos.
Una fusión de naturaleza y cultura
En el SFF Otún Quimbaya también destaca el patrimonio cultural. En este santuario no solo se preservan las especies animales y vegetales, sino también las huellas de la historia humana. Villa Amparo, una construcción de 1929, es testigo de la tradición y la arquitectura “paisa” que ha sido parte de este territorio desde tiempos pasados. Al visitar este espacio, puede sentir la conexión entre la gente, la tierra y la naturaleza, una relación que ha sido fundamental para la conservación de este ecosistema.
Un hogar para los visitantes
El Santuario también ha pensado en el bienestar de sus visitantes. Este cuenta con dos bloques de alojamiento, Aldea Quimbaya y Cacique Otún, los turistas tienen la oportunidad de descansar en medio de la naturaleza sin sacrificar comodidad. Las edificaciones, diseñadas con materiales locales, respetan la arquitectura tradicional de la región, creando un ambiente cálido y acogedor. Dormir aquí, rodeado de montañas y bosques, es una experiencia que invita al descanso y a la reflexión sobre la importancia de la conservación.
El Compromiso con el futuro
El ecoturismo en el Santuario Otún Quimbaya no solo busca atraer turistas, sino también involucrar a las comunidades locales en la protección de su territorio. Las actividades ecoturísticas no solo generan una fuente de ingresos, sino que también promueven una cultura de cuidado y respeto hacia el medio ambiente. Cada visitante, al recorrer los senderos, al observar la fauna y flora, se convierte en un embajador de la conservación.
En este rincón de Colombia, el ecoturismo es un acto de amor hacia la naturaleza. El Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya demuestra que es posible disfrutar de la belleza de nuestros paisajes mientras trabajamos juntos para preservarlos. Cada paso que damos aquí es un paso hacia un futuro más sostenible, un futuro donde la naturaleza y las comunidades coexisten en armonía.
Así que, si estás buscando un lugar para desconectar del ruido del mundo y conectar con lo más puro de la naturaleza, el Santuario Otún Quimbaya te espera con los brazos abiertos. Un lugar donde la magia de la naturaleza, la historia y la cultura se unen para ofrecerte una experiencia que, sin duda, dejará una huella profunda en tu corazón.
Parque Nacional Natural El Cocuy: caminar entre glaciares
Quienes visiten este parque podrán contemplar uno de los últimos glaciares de Colombia en la Laguna Grande de la Sierra. El sendero ecológico, considerado uno de los más diversos del país, atraviesa paisajes de páramo, superpáramo, relictos de bosque altoandino y zonas glaciares. Esta travesía también permite conocer el trabajo de los guardaparques, verdaderos guardianes de este ecosistema único.
Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena: el río de los cinco colores y más
Navegar por el río Guayabero y avistar garzas, tortugas y monos es apenas el inicio de una de las experiencias más fascinantes del país. En este parque se encuentra Caño Cristales, el único río de colores en el mundo, que inicia su temporada 2025 con atractivos naturales como la Cascada Los Cuarzos y el Mirador Cristalitos. Más allá del famoso “tapete de colores”, los visitantes tienen acceso a paisajes que combinan selva, sabana y montaña en un solo lugar.
En este especial periodístico conformado por videos, podcasts, notas de prensa, entrevistas y fotogalerías, encontrará los Parques Nacionales Naturales de Colombia que no puedes dejar de visitar en esta temporada de vacaciones conoce más haciendo clic aquí.