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Aminta Robinson Archbold y Amiambiente: una herramienta para darles vida a los ecosistemas
Durante la pandemia, Aminta Robinson Archbold se percató de la cantidad de plásticos y basuras que estaban invadiendo las islas de Santa Catalina y Providencia. Con la convicción de que el cambio comienza por uno mismo, la motivación de volver a ver sus playas limpias y sobre una moto un poco vieja, Aminta comenzó a recolectar todas las botellas, empaques, cartones y demás desechos que se pudiesen reutilizar para almacenarlos en el patio de su casa.
Con el tiempo su patio se llenó, y su angustia fue mayor, pues no quería que los cerca de 200 kilos que había reunido terminaran en Blue Lizard, el relleno de Providencia y Santa Catalina. Entonces empecé a buscar en internet cómo sacarlo, si lo compraban o cómo era el manejo. Por fin encontré una empresa que lo mínimo que me recibía era una tonelada. Eso era bien difícil, porque el plástico es mucho volumen, pero poco peso. Total, me dieron en comodato una pequeña compactadora de 30 kilos y empecé a recoger por todos lados en mi pequeña moto, duré todo 2022 tratando de reunir la tonelada”, comenta Aminta Robinson Archbold.
Así comenzó Amiambiente, un proyecto de sensibilización y reciclaje que busca concientizar a los locales y turistas que visitan estas islas para que desde el trabajo autónomo y la educación ambiental se puedan recuperar los ecosistemas y garantizar un medio ambiente sano para todos los seres.
Aminta resalta que la educación de sus padres por el amor y el respeto a la naturaleza, sumado a su técnico en sistema de manejo ambiental, han sido herramientas indispensables para poder consolidar este proyecto, con el cual ya se han sacado de las islas más de 10 toneladas de residuos para ser aprovechados y reutilizados.
Sergio Pardo Rozo y la Fundación Plástico Precioso Uramba: Empoderando comunidades por la conservación ambiental
Turismo, educación y ciencia son los factores principales que han permitido que Sergio Pardo Rozo, director de la Fundación Plástico Precioso Uramba, haya comenzado con este proyecto que busca construir conocimiento en torno a la importancia del cuidado ambiental por medio de prácticas que impulsen la economía circular y el empoderamiento de comunidades.
“El proyecto Plástico Precioso Uramba dio inicio el 1° de octubre de 2019 en el corregimiento de Ladrilleros, Buenaventura, con la creación de un taller para el reciclaje de plásticos. En su momento descargué de internet los planos para construir máquinas a baja escala que se adaptaran a las condiciones rurales, con el fin de establecer el primer y único modelo para el tratamiento de los residuos sólidos”.
En palabras de Sergio, este proyecto nació ante la necesidad de visibilizar la ausencia que existe en la prestación del servicio público de aseo en el corregimiento, lo cual conlleva a que los habitantes tengan que incinerar en hogares o zonas sociales estas grandes cantidades de materiales desechados, especialmente plásticos, convirtiendo la problemática en una alarma de salud pública.
Esto motivó a que Sergio comenzara con un modelo para la gestión de los plásticos. “Y construí máquinas a baja escala y semiindustriales para el reciclaje termomecánico por medio de los procesos de triturado, inyección, compresión y extrusión para convertir este problema en productos de utilidad dentro de la comunidad. Este proceso ha permitido vincular el turismo, la educación y la ciencia en oportunidades para el crecimiento de las economías locales y el desarrollo social”.
John Frey Gutiérrez Camargo e InterRural: Conectando el campo con oportunidades y herramientas digitales
“Me llena más de alegría mejorar la calidad de vida de mis campesinos, servirles y llenar ese vacío que deja la corrupción”, así responde John Frey Gutiérrez Camargo al preguntarle por qué decidió comenzar con su proyecto InterRural, con el cual busca que los campesinos de Chocontá y sus alrededores puedan vivir en hogares con energía, con conexión a internet y con acceso a las oportunidades que brindan las nuevas herramientas y tecnologías.
Este ingeniero electrónico, con especialización en telecomunicaciones y maestría en energías renovables, pudo trabajar con las mejores empresas de telecomunicaciones del país. Sin embargo, al caminar por su municipio y conocer las veredas se dio cuenta de las necesidades con las que muchos campesinos tienen que vivir.
“A pesar de estar tan cerca de Bogotá, estamos sin los servicios básicos, como energía y conectividad. El ver familias en veredas sin luz, sin agua potable, sin señal celular, sin baños y con mala calidad de vida” fue lo que impulsó a John para, con recursos propios, ofrecer internet a bajo costo en 20 veredas de Cundinamarca.
Como lo cuenta John, InterRural lleva tres años mejorando la calidad de vida de 150 familias con tomas eléctricas, 13 familias con paneles solares, 500 familias rurales con internet y más de 3.000 familias con seguridad en sus veredas. Y en su apuesta por el desarrollo integral de su comunidad, InterRural financia a profesores deportivos para que más de 120 niños niñas y adolescentes puedan participar de escuelas de fútbol en cuatro veredas de Cundinamarca.
Elpidio Fonseca Alba y Fértil Cosecha: Alimento orgánico para la tierra
Poner fin al hambre, conseguir seguridad alimentaria y una mejor nutrición, así como promover la agricultura sostenible, son los objetivos principales que llevaron a Elpidio Fonseca Alba a producir fertilizantes orgánicos que cuidan al agricultor y a la tierra.
“Mi proyecto consiste en la elaboración de un fertilizante orgánico a base de minerales, que son orgánicos porque nosotros no estamos utilizando ningún químico, ácido ni sales que contaminen los minerales, son tal como salen de la tierra. Con esto pudimos hacer el fertilizante que sirve para siembra, desarrollo y fruto, con microorganismos benéficos para el suelo y para la planta”, comenta Elpidio.
Este ingeniero industrial y agricultor de toda la vida creció en un entorno que le permitió reconocer el valor del campo, de las personas que lo trabajan y la importancia de cuidar el medio ambiente, por lo que con Fértil Cosechas, además de nutrir la tierra con abonos orgánicos, busca mejorar la calidad de vida de los agricultores por medio del uso de fertilizantes libres de químicos y el bienestar económico.
Durante los últimos tres años en varios municipio de los departamentos de Santander, Antioquia y Boyacá los fertilizantes de Fértil Cosechas han permitido que los agricultores ahorren más de un 80 % en dinero. Mientas que el impacto ambiental se ve en los cambios de los suelos que mejoran la producción, menos enfermedades en las plantas, mejores cultivos y comida sana sin contaminantes.