“Contribuye de manera muy oportuna, porque la necesidad era urgente, necesitábamos este programa porque teníamos deficiencia energética, y con esto podemos trabajar las 24 horas y tener iluminada la calle”. Estas fueron las palabras con las que Luz Mery Rengifo, madre de familia de la Institución Educativa Agropecuaria Cristo Rey de Tutunendo, describió lo que representa que el programa de comunidades energéticas educativas haya iniciado en su corregimiento, La Loma, en Bojayá.
Y es que este municipio del departamento de Chocó es distinto a la Colombia de las carreteras 4G, o a las Rutas del Sol que comunican el centro del país con la costa Caribe. Allí las autopistas son los ríos, y existe un reto enorme en materia de prestación del servicio de energía.
Para llegar a Bojayá primero hay que trasladarse hasta Quibdó, capital del departamento de Chocó. Desde allí son cuatro horas de recorrido siguiendo el río Atrato, y 40 minutos más en lancha por el río Bojayá, para poder llegar al corregimiento La Loma.
Después del viaje por el río y al llegar al corregimiento de la Loma, en Bojayá, sorprende un entorno donde convergen la cultura afrocolombiana e indígena. Niños y niñas educados en las mismas aulas, portaban sus alegres uniformes amarillos con detalles verdes y bajo la dirección de una rectora oriunda del lugar, para la cual el que no es sobrino es ahijado y todos son hermanos y compadres.
Bajo este contexto familiar se desarrolla una carrera con autos impulsados por paneles solares, donde la meta es lograr un Chocó potencia de la vida. Cada grupo debía armar su vehículo con las mismas herramientas entregadas, pero apropiar su diseño según su creatividad. Fue inevitable no despertar el sentido de competitividad entre grupos. Sin embargo, al final nos encontramos frente a las aspiraciones de niños que sueñan. Encontramos futuros ingenieros entusiasmados por ser quienes ayuden a sus profesores al mantenimiento y operación de su comunidad energética educativa.
El ministro Andrés Camacho ha indicado que Bojayá es un símbolo de paz y que las comunidades energéticas son un estandarte de empoderamiento comunitario. Por este motivo, el presidente Gustavo Petro y el ministro de Minas y Energía decidieron lanzar el programa de comunidades energéticas en este municipio.
En el marco de la Estrategia Nacional de Comunidades Energéticas, el proyecto ConEnergía del Fenoge, busca implementar soluciones de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER) y de Gestión Eficiente de la Energía (GEE) en instituciones públicas educativas y de salud en municipios PDET y categorizados como ZOMAC, así como en municipios de quinta y sexta categoría del territorio nacional.
Es por esto por lo que el pasado 17 de mayo, en el corregimiento La Loma, del municipio de Bojayá, Chocó, el Ministerio de Minas y Energía hizo la entrega formal de las primeras 23 comunidades energéticas educativas del país (22 en Quibdó y una en Bojayá). Este evento tuvo lugar en la Institución Educativa Agrícola, con la participación de toda la comunidad educativa, estudiantes, docentes y rectora.
Como lo mencionó el ministro Camacho, “estos colegios ahora podrán, durante 24 horas, generar y abastecerse con energía sostenible a partir de paneles solares. Este proyecto se realiza en el marco de la estrategia de comunidades energéticas, que tiene más de 18.000 postulaciones para su implementación”.
En La Loma se instalaron 30 paneles solares de 575W para una potencia de 17,3 Kwp. Estas soluciones tecnológicas beneficiarán a 280 usuarios (niños, niñas y personal de la comunidad educativa) de la Institución Educativa Agrícola, ahora Comunidad Energética Educativa.
La secretaria de la Institución Educativa Agropecuaria Cristo Rey de Tutunendo, Gabriela Mena Mendoza, resaltó que ser parte de las comunidades energéticas educativas representa un cambio positivo para la comunidad, pues “ahora con paneles la gente está contenta, son unos cambios que nos han servido mucho en la institución, ya que los niños no podían tener acceso a los computadores, y en estos momentos no hay ninguna falla. En las noches abrimos la puerta a la comunidad para cargar celulares y dar energía a la población en ese sector”.
Cabe resaltar que dicha institución solo tenía una planta diésel pequeña que encendían cuando tenían dinero para comprar combustible.
Con la comunidad energética educativa el colegio está ahorrando cerca de $800.000 mensuales en combustible y aceite, y se les está garantizando la provisión de energía eléctrica las 24 horas al día. La inversión realizada fue de unos $600 millones, correspondientes a: paneles, inversores, baterías de litio que permiten autonomía de dos días y todos los documentos previos.
Esto permite la instalación de dos congeladores para la conservación de los alimentos del plan alimentario de los niños y niñas, y las adecuaciones de las redes eléctricas internas, al igual que el acompañamiento social, la interventoría y los gastos administrativos.
En general, las 23 comunidades energéticas educativas cuentan con una suma cercana a 107 kWp instalados en sistemas solares fotovoltaicos, en donde los activos fueron entregados a título gratuito de la Alcaldía de Quibdó y de la Gobernación de Chocó para que estos se encarguen de su sostenibilidad.