En tiempos de cambio, varias de las profesiones liberales tradicionales, entre ellas el derecho, están adaptándose a los desafíos de la Cuarta y Quinta Revolución Industrial, donde el equilibrio entre lo humano y lo digital será fundamental.
Y es que formar abogados tradicionales con una estructura sólida y con un férreo criterio jurídico, debe seguir siendo la consigna de las facultades de derecho, pero enfocado a lo que hemos denominado en los tiempos actuales como “abogados digitales”, es decir, profesionales del derecho con una formación que les permite enfrentar temas tan complejos como la evidencia digital, la computación forense y los documentos electrónicos, su validez, efecto y alcance probatorio y que además, debe estar acompañada de la formación técnica y tecnológica que se exige como complemento a la formación legal.
En este sentido, temas como el uso de herramientas del legaltech, están a la vanguardia más aún cuando las firmas de abogados, la rama jurisdiccional, los operadores judiciales y las empresas privadas están exigiendo, ya no como un plus, sino como un requisito mínimo a los recién egresados y a los abogados con más trayectoria, el dominio y aprovechamiento de estos recursos tecnológicos al alcance de todos los profesionales del derecho.
Los abogados actuales y los que se están formando en las diversas facultades de derecho, como es el caso de la Fundación Universitaria del Área Andina, están siendo formados en temas que les permitan utilizar de la mejor manera estos recursos tecnológicos a través de sus Consultorios Jurídicos, de sus Centros de Conciliación y de toda la implementación de los mecanismos de solución alternativa de controversias y en general, los mecanismos de derecho preventivo, entre otros, cuyo propósito está orientado a la debida diligencia y cumplimiento que exige que los abogados estén siempre con un paso adelante y con escucha activa ante cualquier riesgo que requiera el soporte legal.
Asimismo, el abogado actual debe contar con una gran capacidad de análisis y discernimiento, propios de un mundo que exige inmediatez y que está 100 % conectado, es decir, que este profesional en capacidad de analizar, concretar, extractar y proferir un concepto que brinde una adecuada solución para cada caso particular, dando un plus a una opinión que pida un cliente, una institución o entidad pública a través de los sistemas de inteligencia artificial generativa, lo que le permite reunir y procesar a través del Big Data y Data Analítica.
Precisamente, uno de los sellos transformadores areandinos está relacionado con el Humanismo Digital, que es ese elemento humano, ético y sensible que le imprimimos los seres humanos a la utilización y dominio del entorno digital actual; por ejemplo, con las herramientas de Inteligencia Artificial generativa un abogado puede avanzar para enfrentar este inmenso desafío, utilizando su formación académica y tecnológica.
Estos avances son inevitables y sin duda, requieren de un liderazgo efectivo desde la academia para que los profesionales egresados puedan enfrentarse con éxito a los retos que se les imponen.
*Decano de la Facultad de Derecho, Fundación Universitaria del Área Andina.