Por fin... Llegó el jean day
Las técnicas de producción de jeans, tradicionalmente dañinas para los trabajadores y el medio ambiente, ya están cambiando. En Colombia, más del 30% de la producción se hace con láser para desgastar las prendas y no el planeta.
María Alejandra Medina Cartagena
La petición de una esposa de un obrero en el siglo XIX al sastre Jacob Davis, quien se la transmitió a su amigo Levi Strauss, resultó en la creación de la que probablemente es la prenda más universal de todas: el bluyín. La señora quería que a su marido los pantalones le duraran más, y a Davis se le ocurrió poner remaches metálicos en los puntos de tensión de la tela. Eso y la patente que consiguieron en 1873 marcaron la diferencia entre el uso del índigo y los tejidos de algodón y lo que hoy conocemos como bluyín.
El siglo pasado se encargó de llevar el denim a las pasarelas y, por lo tanto, a experimentar en la producción y los acabados del blue jean en estado original, que es azul casi negro y acartonado. Vinieron los desgastes, los agujeros, las rasgaduras. Todo, hecho intencionalmente. Como explica Clara Henríquez, directora de escenarios comerciales del Instituto para la Exportación y la Moda (Inexmoda): “El índigo (la tintura) se maneja con una intención. Dice el diseñador: ‘tejamos así, con esta concentración de índigo, para que cuando la lavemos arroje un tono con tal particularidad y después la vamos a recubrir en cera’”.
La petición de una esposa de un obrero en el siglo XIX al sastre Jacob Davis, quien se la transmitió a su amigo Levi Strauss, resultó en la creación de la que probablemente es la prenda más universal de todas: el bluyín. La señora quería que a su marido los pantalones le duraran más, y a Davis se le ocurrió poner remaches metálicos en los puntos de tensión de la tela. Eso y la patente que consiguieron en 1873 marcaron la diferencia entre el uso del índigo y los tejidos de algodón y lo que hoy conocemos como bluyín.
El siglo pasado se encargó de llevar el denim a las pasarelas y, por lo tanto, a experimentar en la producción y los acabados del blue jean en estado original, que es azul casi negro y acartonado. Vinieron los desgastes, los agujeros, las rasgaduras. Todo, hecho intencionalmente. Como explica Clara Henríquez, directora de escenarios comerciales del Instituto para la Exportación y la Moda (Inexmoda): “El índigo (la tintura) se maneja con una intención. Dice el diseñador: ‘tejamos así, con esta concentración de índigo, para que cuando la lavemos arroje un tono con tal particularidad y después la vamos a recubrir en cera’”.