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El Malbec Blanco

En 2019 apareció en escena la Bodega Trivento, propiedad de la pujante casa chilena Concha y Toro. Trivento, cuyo foco dominante es el Malbec, se ha catalogado como la marca de vino argentina más vendida del mundo. Por eso consideró estratégico convertir al Malbec Blanco en un fenómeno global.

Hugo Sabogal
27 de agosto de 2023 - 02:00 a. m.
En las cinco cosechas desde el año 2019, la producción se ha quintuplicado hasta alcanzar 1,7 millones de botellas, distribuidas en 19 mercados.
En las cinco cosechas desde el año 2019, la producción se ha quintuplicado hasta alcanzar 1,7 millones de botellas, distribuidas en 19 mercados.
Foto: Cortesía

No es la primera vez que de uvas tintas se obtiene un vino blanco. Es un proceso utilizado en la región francesa de Champaña, donde variedades como Pinot Noir y Pinot Meunier se prensan y se separan de las pieles para obtener un mosto incoloro que se fermenta como vino blanco (blanc de noirs). Luego se lo combina con Chardonnay para realizar la segunda fermentación que da origen al champán.

Cambiando de escenario, alrededor de los años setenta, Argentina registró un sorpresivo interés en vinos blancos. Varios productores recurrieron a la técnica del blanc de noirs y otros arrancaron valiosas y antiguas parras tintas para abrirles espacio a las blancas. Pero a mediados de los ochenta, los tintos recuperaron popularidad, y la sed de blancos se fue disipando.

Hacia el 2011, inspiradas en esta experiencia, varias bodegas optaron por elaborar un Malbec Blanco en pleno ascenso comercial de la variedad. Entre las pioneras figuraron Vicentín Family Wines y Colosso Wines, a las que pronto se han venido sumando otras marcas locales.

Pero en 2019 apareció en escena la Bodega Trivento, propiedad de la pujante casa chilena Concha y Toro. Trivento, cuyo foco dominante es el Malbec, se ha catalogado como la marca de vino argentina más vendida del mundo. Por eso consideró estratégico convertir al Malbec Blanco en un fenómeno global.

A cargo del proyecto se designó al enólogo mendocino Maximiliano Ortiz, quien empezó por recoger las uvas tintas de Malbec cuarenta días antes que las uvas para el Malbec Tinto. Ortiz, quien visitó Bogotá hace pocas semanas, me dijo que el procedimiento implicaba cosechar el grano en verde, justo cuando la materia colorante se encuentra inestable, algo vital para el proceso final. La recolección temprana le permitió, además, obtener un punto de acidez alto y expresiones vivaces, típicas de los buenos vinos de este tipo. Y tras prensar la fruta evitando contacto con el mosto, procedió a vinificarlo como un blanco.

“El mayor secreto para mí consistió en agregar oxígeno en la fermentación alcohólica hasta obtener un color transparente, sin trazas de colorantes”, dice.

El Blanco de Trivento encaja, además, dentro de las actuales tendencias: fresco, fácil de tomar, frutal, cítrico, cuerpo medio, con 10º de alcohol y menores calorías.

En las cinco cosechas desde el año 2019, la producción se ha quintuplicado hasta alcanzar 1,7 millones de botellas, distribuidas en 19 mercados.

Si el Malbec Tinto va bien con un asado, el Blanco funciona con pescados, mariscos, ensaladas y sushi. Y en un paso más extremo, aguanta productos de parrilla como mollejas, pues la buena acidez contrarresta la grasa. ¿Tiene el nuevo ejemplar un nuevo y sólido lugar? Por ahora, los mercados están entusiasmados, justo en momentos en que los blancos ganan tracción entre los consumidores.

* Importa y comercializa Global Wine & Spirits.

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