Seamos honestos, ¿quién comerá solo pavo? Es imposible seleccionar un vino que vaya bien solo con este plato, cuando agregaremos el “gravy”, el relleno, el arroz y quizás unos veinte platos más. Todos sabemos que es un día para rezar para que las calorías no se queden con nosotros.
Entonces, dada la realidad, olvídate de los vinos intensos, tánicos y con mucho alcohol. En su lugar, opta por un vino ligero, fresco y de alcohol bajo a medio, que se adapte a la mayoría de los platos y te haga sentir mejor durante y después de la cena. Piensa en un vino de una región fría, con mínimo o ninguna madera y con sabores brillantes.
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Lo primero que me viene a la mente es el Cava. Un vino espumoso español elaborado de forma tradicional, económico, festivo y que va genial con la comida. En esa línea, sabes que el Prosecco e incluso un Franciacorta (ambos de Italia) también funcionarán. Por eso los servimos también en el brunch.
Si prefieres un vino blanco, tengo algunos. Greco di Tufo de Italia será fantástico. Puede que el sur de Italia sea caluroso, pero Tufo, una ciudad de Campania (de ahí Greco di Tufo), tiene un suelo volcánico que ayuda a darle a este vino su carácter distintivo que lo hace especial para este día.
Un Riesling seco de Alemania o un Pinot Gris de Alsacia me hacen salivar. Probablemente, uno de estos dos pueda estar a mi lado durante este día tan especial. Por su destacada acidez, el Albariño de Rías Baixas (España) también será bueno. Y sí, el clásico Sauvignon Blanc del Valle del Loira o particularmente de la región de Sancerre funcionará. En mi opinión, el elegante perfil de aroma y sabor, lo convertirá en un mejor compañero que los de Nueva Zelanda.
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Casi cualquier rosado de una región fría funcionará muy bien. Si eres más aventurero, un “Orange Wine” de Italia o Georgia, probablemente hará un buen trabajo. Al final, recuerda que depende de tu gusto y de estar agradecido por todas las bendiciones.
Si insistes en un tinto, sí, el Pinot Noir funcionará, especialmente los de Oregón. Aún mejor, abre un Beaujolais (uva Gamay de Francia). Es ligero y poco tánico. Combina muy bien con el pavo y las ensaladas, la calabaza, la papa dulce y los arándanos.
De postre abre un vino dulce, un Moscato (de Italia) o un vino de vendimia tardía. Argentina hace unos increíbles con la uva Torrontés y son muy económicos.
Tip para cocinar un jugoso pavo
Sazona el pavo con 1 o 2 días con anticipación. Hornea a 325° F. Mientras lo cocinas, agrega un poco de su jugo por toda la parte superior para que se mantenga húmedo y sazonado en el horno. Y lo más importante: usa un termómetro y retira el pavo del horno antes de que alcance los 165°F.
Si quieres disfrutar de un pavo jugoso y delicioso, sácalo del horno cuando marque 155°. Luego, déjalo reposar de 20 a 30 minutos. La temperatura interna seguirá cocinándolo durante este proceso. Esto permitirá que los jugos se integren en la carne, en lugar de derramarse sobre la tabla de cortar. Tu cena de Acción de Gracias tendrá un antes y un después si sigues mi recomendación.
Si te gusta la cocina y eres de los que crea recetas en busca de nuevos sabores, escríbenos al correo de Edwin Bohórquez Aya (ebohorquez@elespectador.com) o al de Tatiana Gómez Fuentes (tgomez@elespectador.com) para conocer tu propuesta gastronómica. 😊🥦🥩🥧