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Hierbas y vinos

Entre Copas y Entre Mesas.

Hugo Sabogal
23 de octubre de 2022 - 02:00 a. m.
Para evitar que la comida resulte sosa, están de vuelta las hierbas y especias como potenciadoras naturales del sabor.
Para evitar que la comida resulte sosa, están de vuelta las hierbas y especias como potenciadoras naturales del sabor.
Foto: Archivo Particular
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El uso de hierbas y especias en la cotidianidad data de tiempos prehistóricos. Se les ha usado por sus propiedades medicinales, por su aporte aromático y sensorial en la mesa, y por su condición antimicrobiana.

En los últimos años se han puesto en boga debido a la caída en el consumo de grasa, sal y azúcar por razones saludables. Para evitar que la comida resulte sosa, están de vuelta las hierbas y especias como potenciadoras naturales del sabor. En medio de estos giros, muchos han encontrado que, a la hora de agregárselas a sus preparaciones, la armonía entre platos y vinos no siempre resulta adecuada.

Y esto obedece a que los rasgos propios de estos botánicos pueden chocar con los componentes de los vinos (acidez y taninos, por ejemplo), restándole embrujo a la experiencia gastronómica. Sin embargo, los desencuentros pueden revertirse. Como aporte, hoy hablaré de las hierbas y, en la próxima entrega, de las especias.

Hierbas ligeras y frescas -como albahaca o eneldo- ensamblan con vinos blancos aromáticos, mientras que las más expresivas -como tomillo y romero- armonizan con tintos. Igual, algunas hierbas ligeras se lucen con los anteriores.

Albahaca: si la utiliza en pastas con salsas suaves o en ensaladas tipo Caprese, elija un Pinot Grigio o un Sauvignon Blanc con toques herbales. En platos complejos, las opciones incluyen Cabernet Sauvignon, Chianti, Merlot, Syrah o Zinfandel. Eneldo: para recetas con esta hierba se contempla una interesante variedad de blancos: Chardonnay, Pinot Grigio, Sauvignon Blanc o Viognier.

Cilantro: es de rigor en varios platos latinoamericanos. En ensaladas verdes, tacos, guacamole o ceviche la lista de blancos abarca Verdejo, Albariño, Sauvignon Blanc o Torrontés.

Menta: suele utilizarse con cordero asado y con Merlot. Este tinto no solo acompaña bien la carne, sino que potencia la menta. Un pesto de menta en un plato vegetariano encuentra en el Torrontés un gran aliado.

Perejil: fresco sobre una ensalada, combina con Sauvignon Blanc o Torrontés. Pero si se añade a una salsa pesto o se espolvorea sobre un corte de carne o pescado grillado, cabe la posibilidad de acompañarlo con un Chianti o un Malbec.

Romero: recetas de pollo asado, salmón grillado, cerdo o cordero piden a gritos un Syrah o un Zinfandel.

Orégano: en blancos, Sauvignon Blanc; en tintos, y para platos más exigentes, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Carmérère o Syrah.

Tomillo: en platos ligeros, los compañeros ideales son Chardonnay, Pinot Grigio, Sauvignon Blanc o un espumoso. Y si está presente en platos complejos, hay cuatro tintos que le hacen juego: Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah o Zinfandel.

La próxima semana, especias y vinos.

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