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La resurrección del Jerez

El desembarco de los fenicios en el sur de la Península ibérica transcurrió en un lugar bautizado Xera o Sèrès, que luego los romanos denominaron Ceret y los musulmanes, Sherish. Fue allí, hace tres milenios, donde nació la historia de España con el vino.

Hugo Sabogal
23 de abril de 2023 - 02:00 a. m.
Aunque el Jerez ha sido un símbolo de Andalucía y de España, sus dominios se han extendido a los cinco continentes, fascinando a millones de consumidores por su complejidad y por su incuestionable papel en la mesa.
Aunque el Jerez ha sido un símbolo de Andalucía y de España, sus dominios se han extendido a los cinco continentes, fascinando a millones de consumidores por su complejidad y por su incuestionable papel en la mesa.
Foto: Cortesía

El desembarco de los fenicios en el sur de la Península ibérica transcurrió en un lugar bautizado Xera o Sèrès, que luego los romanos denominaron Ceret y los musulmanes, Sherish. Fue allí, hace tres milenios, donde nació la historia de España con el vino.

Ya para el siglo XIII, la actividad en Jerez de la Frontera se había consolidado, y fue cuando se recurrió a la técnica de la fortificación, que no es otra cosa que detener la fermentación con aguardiente vínico para preservar los azúcares residuales del vino, obteniendo así una bebida dulce, con nivel de alcohol elevado, capaz de resistir el paso del tiempo y las largas travesías para llegar a los mercados.

Como lo señala Sherry.Wine, la página oficial del vino de jerez, la bebida ha brillado con luz propia. En su momento fue la predilecta de descubridores como Cristóbal Colón y Fernando de Magallanes, glosada por William Shakespeare y elogiada por Ian Fleming como el mejor remedio contra las enfermedades.

Aunque el Jerez ha sido un símbolo de Andalucía y de España, sus dominios se han extendido a los cinco continentes, fascinando a millones de consumidores por su complejidad y por su incuestionable papel en la mesa.

Pero también ha chocado con los cambios de hábitos de la era moderna, el natural envejecimiento de su población consumidora y la aparición de otras opciones.

“La necesidad de transformación era obvia”, dice el periodista especializado Richard Woodward en Global Drinks Intel, influyente revista del sector. “Desde el comienzo del milenio, esa transformación se ha acelerado gradualmente y los consumidores más jóvenes están redescubriendo lentamente las alegrías, la diversidad y la versatilidad del Jerez”.

Y tenía que ser así para detener el proceso de decadencia al que se veía abocado. “O nos reinventábamos o desaparecíamos”, dice Diego Talavera, director de ventas internacionales de González Byass, quien acaba de presentarnos en Colombia una versión contemporánea de su emblemático jerez Tío Pepe. Se le ha denominado Tío Pepe Fino en Rama, un rejuvenecido vino blanco y seco, en estado puro, que no se somete a los procesos de clarificación y filtración. Antonino Flores, enólogo de la marca, agrega que Fino en Rama se inspira en los días en que el Jerez se consumía desde la barrica. Se le siente joven, vivo y espontáneo.

Otra atracción es la forma de su botella y el diseño de sus etiquetas, que cambian cada año, y esto lo transforma en coleccionable. Es una propuesta innovadora, vanguardista y fuera de las vías habituales. Exclusiva y no masiva, lo que implica pocas botellas y escasez de producto, en vez de volúmenes masivos y más de lo mismo. Los mixólogos encuentran en este Jerez una fuente inspiradora. Otras casas jerezanas, claro, han tomado el mismo camino. En Colombia, la distribución de Fino en Rama estará a cargo de Marpico S.A., importador oficial de Tío Pepe.

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