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Los Marzotto de siempre

Desde hace un siglo y medio, los Marzotto controlan, entre otros negocios, el rubro de los textiles italianos, con exitosas gestiones en el mundo de la moda, como su significativa inversión en el grupo alemán Hugo Boss.

Hugo Sabogal
20 de agosto de 2023 - 02:00 a. m.
Como vinos anfitriones, la importadora Zona K descorchó varios estandartes del conglomerado italiano Santa Margherita, propietario de diez bodegas esparcidas por esa península que los griegos llamaron Enotria, tierra del vino.
Como vinos anfitriones, la importadora Zona K descorchó varios estandartes del conglomerado italiano Santa Margherita, propietario de diez bodegas esparcidas por esa península que los griegos llamaron Enotria, tierra del vino.
Foto: Cortesía

Hay degustaciones que dejan huella: por los vinos, la comida, el ambiente, los comensales y el torrente de historias que fluye como líquido.

Fue lo que me ocurrió hace poco en la mesa VIP del restaurante Osaka, en Bogotá, reconocido por sus platos emblemáticos de cocina nikkei, aporte hecho por los inmigrantes japoneses a la gastronomía peruana.

Como vinos anfitriones, la importadora Zona K descorchó varios estandartes del conglomerado italiano Santa Margherita, propietario de diez bodegas esparcidas por esa península que los griegos llamaron Enotria, tierra del vino.

Me correspondió sentarme al lado de Giacomo Marzotto, representante para Centro, Suramérica y el Caribe del citado Gruppo Vinicolo. Se me ocurrió preguntarle si él era un Marzotto de los Marzotto de toda la vida, y me dijo que sí.

Desde hace un siglo y medio, los Marzotto controlan, entre otros negocios, el rubro de los textiles italianos, con exitosas gestiones en el mundo de la moda, como su significativa inversión en el grupo alemán Hugo Boss.

Giacomo, con casi dos metros de estatura, es un paradigma de elegancia, buenas maneras y charla heterogénea sobre vinos, comida, política, literatura y viajes. Antes de vincularse a Santa Margherita probó suerte en Asia: primero en el Credit Suisse y luego en las tiendas de Valentino, controladas entonces por su familia.

Santa Margherita fue fundada por su bisabuelo, el conde Gaetano Marzotto, en 1935, quien desde un comienzo se obsesionó por la calidad a cualquier precio.

Uno de sus éxitos ha sido el Santa Margherita Prosecco Superiore D. O. C. G. (de la zona de Valdobbiadene), identificado por sus finas burbujas, sabores frescos y una marcada sensación mineral. Con una producción de 40 millones de botellas, sobresale entre los de su clase. Esa noche hizo clic con un tuna tataki (tiradito con crema de ají amarillo, chimichurri nipón y gel de guanábana y cilantro).

El tránsito hacia el Santa Margherita Pinot Grigio nos recordó que, a partir de 2005, dicho vino desató una fiebre global por esa variedad. Su secreto fue haber abandonado el matiz rosado de antaño y adoptado un amarillo brillante y provocativo. Es fresco, cítrico y frutal, e ideal para lo ofrecido después: un katsu o nigiri de salmón con ralladura de lima y aceite de trufa.

Un tercer protagonista fue el Santa Margherita Chianti Classico D. O. C. G. (en la pirámide de su categoría), cuyos aromas y sabores especiados maridaron al milímetro con un sashimi wagyu japonés, sellado en piedra.

Otro orgullo de los Marzotto es el refrescante Extra Brut de bienvenida: un Ca’ del Bosco Cuvée Prestige, procedente de Franciacorta (contraparte italiana de la Champaña), que se distingue por su botella transparente y su aroma limpio, floral, frutal y herbáceo. Parte de su esencia radica en lavar con agua fresca todas las uvas empleadas en su confección. Aquí, su papel fue preparar el paladar para el festín culinario de la velada y dar rienda suelta a las anécdotas de Giacomo.

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Fernando(91944)21 de agosto de 2023 - 02:48 p. m.
Despues de medio leer esta basura,ire' a tratar de conseguirme algo para completar para mi desayuno con calentado de frijoles.
Rodrigo(09059)20 de agosto de 2023 - 12:39 p. m.
Típica lagartería colombo bogotana. Lo felicito por que lo invitaron, pero que columna tan esnob.
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