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“Rebebiendo” el pasado

Entre Copas y Entre Mesas.

Hugo Sabogal
03 de abril de 2022 - 02:00 a. m.
Es el caso de Midas Touch (toque de Midas), desarrollada por la arqueóloga canadiense Marie Hopwood y la empresa Love Shack Libations, de Columbia Británica, que se inspira en prácticas antiguas de Egipto y Mesopotamia. / Archivo
Es el caso de Midas Touch (toque de Midas), desarrollada por la arqueóloga canadiense Marie Hopwood y la empresa Love Shack Libations, de Columbia Británica, que se inspira en prácticas antiguas de Egipto y Mesopotamia. / Archivo
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Cuando el vino llegó a Egipto desde Mesopotamia, los faraones dijeron: “Te estábamos esperando”.

La clase monárquica consideraba al vino un brebaje acorde con su estatus, mientras que la cerveza —que había antecedido al vino en términos de tiempo— era asociada con la cultura popular, en lo que es todavía una percepción vigente.

La evidencia arqueológica confirma el uso del vino y la cerveza en poblados neolíticos de Oriente próximo. Los vestigios han quedado impregnados en vasijas, ánforas, restos de cerámica y pinturas decorativas.

No solo en el vino son contundentes los nexos mitológicos; por ejemplo, Osiris, en Egipto; Dioniso, en Grecia; Baco, en la península itálica, y Jesucristo, en el cristianismo. A la cerveza, igualmente, se le asocia con Ninkasi, deidad femenina adorada hace 4.000 años por los sumerios en el sur de Mesopotamia.

Hoy asistimos a una emergente curiosidad por la arqueología de la cerveza, inspirada en vestigios que pueden remontarse a 13.000 años, o sea, unos cinco mil años antes de la aparición del vino.

Se ha llegado a asegurar, incluso, que la cerveza apareció antes que el pan, el alimento más antiguo elaborado por el hombre del neolítico, en su transición del nomadismo a la vida doméstica y sedentaria.

Lo interesante de este nuevo rumbo es el despegue de las cervezas históricas, a partir del estudio y análisis de sedimentos y microorganismos encontrados en cubas y vasijas de barro en Israel, Canadá, China y Perú.

Grupos de arqueólogos, bioquímicos y cerveceros han esclarecido todos los compuestos posibles hasta identificar sus equivalentes actuales.

Los proyectos colaborativos entre científicos y cerveceras han dado origen, por ejemplo, a bebidas hechas a imagen y semejanza de las milenarias.

Es el caso de Midas Touch (toque de Midas), desarrollada por la arqueóloga canadiense Marie Hopwood y la empresa Love Shack Libations, de Columbia Británica, que se inspira en prácticas antiguas de Egipto y Mesopotamia.

Otro proyecto asociativo es el llevado a cabo entre arqueólogos y científicos de la Universidad de Cambridge, en Gran Bretaña, que permitió lanzar, con el apoyo de cerveceras locales, una producción limitada de Tutankhamun Ale.

La tendencia forma parte de la reciente fiebre por las cervezas artesanales, cuyo crecimiento anual —del 4 % o más— supera al de las cervezas convencionales, según la consultora IBISWorld.

Más recientemente han brotado esfuerzos en Perú con chichas elaboradas por la cultura wari, que vivió entre los años 600 y 1.000 de nuestra era.

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