“Una casa llena de putas y travestis escandalosas y peligrosas”, eran algunos de los comentarios que la Red Comunitaria Trans soportaba a diario en los alrededores de su casa ubicada en el barrio Santa Fe, en la localidad Los Mártires de Bogotá. Durante cinco años, fue refugio para albergar y proteger a una comunidad históricamente invisibilizada, discriminada y violentada. (El 51% de los colombianos está a favor de más representación LGBTIQ+ en política)
En marzo de 2021, en plena cuarentena por la pandemia del Covid-19, la Red Comunitaria Trans fue desalojada de su casa. Este era el hogar de muchas trabajadoras sexuales trans, de disidentes de género, mujeres trans víctimas del conflicto armado, privadas de la libertad, habitantes de calle y de activistas que se habían ganado ese espacio luchando por su seguridad y bienestar, ante la violencia policial y la transfobia. (Personas transgénero tienen mayor riesgo de suicidio que el resto de la población)
En Colombia, según cifras de la Corporación Caribe Afirmativo, de las 145 víctimas LGBTIQ+ de homicidios y feminicidios el año pasado, 49 fueron personas con experiencias de vida trans. A esto se suma el hecho de que en la región de América Latina y el Caribe la expectativa de vida de esta población no supera, en promedio, los 35 años.
Precisamente, las condiciones de violencia y prejuicio terminan llevando a que muchas personas LGBTIQ+, en especial quienes tienen una identidad de género diversa, vivan en condiciones de vulnerabilidad al ser expulsadas de sus familias y comunidades. Así es cómo las “casas trans”, que son cada vez más frecuentes en la región, constituyen un espacio para garantizar su seguridad y vida. (La vejez LGBTIQ+ y el temor a las arrugas y canas)
Ante ese panorama, desde hace un año aproximadamente, las integrantes de la Red empezaron a recaudar fondos para tener su propia “Casa Trans”, donde puedan continuar con su trabajo y activismo por los derechos de las personas trans. ¿Cómo? Su iniciativa apunta a vender la casa que no tienen, para construir la que necesitan.
“Desde que nos quedamos sin casa, soñamos con una nueva para resguardar y cuidar a todas las personas trans de Colombia. Una casa grande, llena de vida, extravagancia y música que nos ponga a perrear con esta sociedad ‘machirula’. Una casa con una puerta grande y siempre abierta para todas, todos y todes”, afirma en un comunicado la Red Comunitaria Trans.
Así nació CasaTrans.co, el e-commerce con el que buscan construir la casa. Según la agencia Sancho BBDO, que también está tras el proyecto, la creación de la plataforma contó con el trabajo de diseñadoras e ilustradores como Carolina Urueta, “El chico sin cabello de pan”, Mariquismo Juvenil, Xuehka, Sebas Santafe y Wil Huertas, quienes donaron la totalidad de sus obras.
La premisa es que quienes ingresen a la página escojan entre 14 espacios diferentes qué parte les gustaría ayudar a financiar: ventanas, puertas, lámparas, mesas, sillas, cubiertos, loza, entre otros objetos propios de un hogar. Una vez se elige el ítem que se desea, entre los más de 250 elementos, la plataforma en línea tomará la compra como una donación para la organización. (“Trinchera Voguera”: la apuesta por resignificar el sur a partir del arte marica)
A lo largo de una década, la Red Comunitaria Trans ha sido la morada de muchas mujeres y hombres trans. Su meta con esta estrategia digital es llegar a los $100.000 dólares en donaciones para construir la casa.
Por Redacción género y diversidad
