El 28 de junio de 1983, una movilización de 32 personas marcó el inicio de la marcha del Día del Orgullo LGBTIQ+ en Colombia. Alzando una pancarta en la que se leía: “Trabajamos por la liberación social y sexual. Minorías sexuales, ¡ÚNETE!”, y escoltados por más de 100 policías —no para protegerlos, sino para “proteger” a la ciudad de ellos—, recorrieron desde la Plaza de Toros La Santamaría hasta la Plazoleta de las Nieves. Más de cuatro décadas después, esa misma pancarta se vio en las calles de Bogotá.
El pasado domingo 29 de junio, durante la marcha del orgullo LGBTIQ+ de Bogotá, tres carteles de movilizaciones anteriores volvieron a ser alzados en un acto de memoria histórica. Manuel Velandia, cofundador del Movimiento de Liberación Homosexual a finales de la década de los 70 en el país; Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa y referente del movimiento lésbico-feminista; y Erika del Río, activista trans barrial, recrearon fotografías suyas. Las imágenes fueron tomadas en los mismos lugares, bajo los mismos lemas y como un ejercicio de continuidad política.
Las fotos hacen parte de Signs of Pride, una campaña internacional de la firma global LLYC, en colaboración con la productora española Dim Sum. El objetivo es rescatar las pancartas originales de las primeras marchas del Orgullo y devolverlas a las calles, portadas por las mismas personas que las hicieron historia. La iniciativa surgió como una respuesta a los retrocesos en materia de derechos de la población con orientaciones sexuales e identidades de género diversas a nivel mundial.
Según la organización, en los últimos tres años más de 90 reformas legales en distintos países han recortado derechos esenciales para la población LGBTIQ+. De la misma manera, la homosexualidad aún es considerada un delito en 62 países, y el matrimonio igualitario solo está reconocido formalmente en 38. “En este contexto de retroceso global, escuchar a quienes ya vivieron esta lucha se vuelve más urgente que nunca”, se lee en el comunicado de la campaña.
“Que sepan que esta bandera es más que un arcoíris, es símbolo de sangre, violencias y fortalezas”, afirmó Erika del Rio, de 74 años y organizadora de la primera marcha del Orgullo LGBTIQ+ de Popayán, Cauca, sobre por qué las frases recreadas son vigentes actualmente. Por su parte, Marcela Sánchez, explica que esta acción de memoria muestra cómo el movimiento por la diversidad sexual no va a dar ni un paso atrás. “Yo creo que no hay que confiarse. Siempre en democracia nuestros derechos estarán en disputa”, enfatiza.
Pancartas de cartón envejecido, recreaciones a mano y tipografía irregular recuperaron frases que ayer —y hoy— siguen vigentes para el movimiento LGBTIQ+. “Nosotras estamos también aprendiendo a amarnos. Viva el amor sin pene”, “Las vidas trans también importan – Resistencia transmarica” y “Nacemos libres e iguales y gozaremos de los mismos derechos” fueron los mensajes llevados por las activistas. “Estas pancartas no están muertas. Siguen diciendo lo mismo porque el contexto lo sigue exigiendo”, señaló David González Natal, líder global de la campaña.
Además de Colombia, en total fueron documentados ocho perfiles de activistas, incluyendo representantes de México, Chile, España y Estados Unidos. El proyecto también incluye un sitio web interactivo donde se puede explorar la historia de cada pancarta, conocer los relatos de quienes las portaban y ver las imágenes comparativas del antes y el ahora. Además, la campaña cuenta con un cortometraje documental protagonizado por el activista español Ramón Linaza, que repasa los orígenes del movimiento LGBTIQ+ y los desafíos actuales.