Cimarrón Producciones, la libertad de las mujeres afro para contar sus historias

Equipo de Cimarrón (de Izquierda a derecha) Karen González, Dari Cuesta, Heny Cuesta (directora ) y Jorge  Iván  Ramírez.

Foto: GUSTAVO TORRIJOS

Indomable, rebelde, libre, esas son las definiciones que se asocian a la palabra “cimarrón”. Esa persona negra que resiste y se atreve a determinar su propia historia. De la fuerza histórica y política que tiene esta palabra, nace Cimarrón Producciones, un colectivo audiovisual y de gestión cultural encabezado por mujeres negras que le apuestan a visibilizar las comunidades afros conservando y transmitiendo sus costumbres e historia.

“Sabes que eres mujer, pero descubres que eres negra cuando llegas a Bogotá. Me pasó a mí, a mi familia y sé que también a muchas personas, sobre todo a niños y niñas en Colombia”, afirma Heny Cuesta, directora y fundadora de Cimarrón Producciones, quien nació en Cali, pero sus padres son del Chocó. Ante la falta de representación genuina en las producciones audiovisuales y entre pocas historias mal contadas sobre las personas afro, decide estudiar cine y televisión.

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En la universidad, Heny era la única persona afrocolombiana de su programa y una de las pocas mujeres negras en toda la institución. La pregunta de “por qué nos muestran como nos muestran” y cómo realmente se cuenta lo que significa vivir la negritud desde el territorio se convirtió en su guía. Junto con su hermana Dari Cuesta, quien actualmente se desempeña como directora de comunicaciones de Cimarrón, se fueron involucrando en el activismo, especialmente desde la enseñanza de la cátedra Afrocolombiana en colegios distritales. Ahí conocieron el Movimiento Nacional Cimarrón por los derechos afrocolombianos y se fue consolidando el tema de creación audiovisual que dio paso a la creación de la productora.

Los problemas de representación de la población negra y afrodescendiente en las pantallas vienen de la mano de una invisibilización estadística y, consecuentemente, del racismo estructural. En el país no hay una cifra que señale realmente el tamaño de esta población. Mientras que extraoficialmente se estima que hay más de 12 millones de afrodescendientes, el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), en la encuesta postcensal “Visibilidad estadística población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera”, arrojó que 4.671.160 personas se autorreconocen como miembros de alguno de estos grupos étnicos.

Como explica Dari, autorreconocerse como una persona negra no es solo un tema de raza, es un proceso que conlleva cuestionar la identidad junto con procesos sociales, históricos y políticos. También es superar prejuicios enraizados como que el legado cultural afro es “incivilizado”. Por ejemplo, el tema del cabello, “dejar de alisarnos, usar nuestros turbantes o nuestras trenzas incomoda a algunas personas o lo ven como un ‘disfraz’. Pero no, hacen parte de nuestra identidad y cuentan un proceso de libertad”, añade la comunicadora.

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Y ahí, donde las narrativas cambian y se vuelven un espacio totalmente seguro para poder gozar esa estética como mujeres negras, es donde Cimarrón Producciones puso sus cimientos. Desde hace una década, bajo el lema de “las mujeres negras hacemos cine” y “el cambio de las narrativas audiovisuales”, se han enfocado en contar historias que reconstruyen el tejido cultural afrocolombiano, la lucha histórica de la mujer negra y cómo desde sus raíces se fueron gestando espacios para transmitir conocimientos ancestrales.

También desde un enfoque interseccional han recorrido el país mostrando los relatos de comunidades indígenas, el campesinado y de mujeres diversas, entendiendo el territorio, en palabras de Heny, “no como el espacio en sí, sino como lo que nos identifica como seres humanos y nos hace vivir un acervo cultural”. Su trabajo las ha convertido en referentes de la industria en espacios nacionales, como lo es la Muestra Afro de Bogotá, y también a nivel internacional. Por ejemplo, en 2019 fueron invitadas por la Iniciativa de Mujeres Premio Nobel de Paz a un encuentro de voces feministas emergentes celebrado en Liberia, país de la costa oeste de África.

A la fecha, Cimarrón ha producido principalmente series y documentales. Uno de sus proyectos más reciente es Guardianas, una serie web documental que cuenta la historia de mujeres afrocolombianas de distintas generaciones que resisten, sobreviven y cuidan de otros con la medicina ancestral, salud mental y soberanías alimentarias o economías autónomas, en una ciudad que es totalmente diferente a sus territorios.

Actualmente, están trabajando en su primer largometraje. Heny se convirtió en la primera mujer negra del país en ganar la convocatoria del Fondo de Desarrollo Cinematográfico en la categoría para la equidad racial. Melancolía es un largo-documental que cuenta la historia de una niña afrodescendiente que intenta conciliarse consigo misma al encontrar que el mundo y las situaciones de vida que la rodean infunden en ella una profunda melancolía.

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A diez años de su fundación, alrededor de 400 mujeres y hombres, mayoritariamente de la población afro, han podido participar en espacios de producción audiovisual gestados por Cimarrón. Hoy el equipo reconoce que uno de los retos es llegar con su enfoque étnico, antirracista y de género a una audiencia blanca-mestiza. “Sé que ahí, al salir de nuestra audiencia ‘segura’, se puede generar cierta incomodidad, lo vimos en lo político con la llegada de Francia Márquez a la vicepresidencia, pero desde lo disruptivo e incomodando es que hemos podido avanzar”, opina Dari.

Cimarrón Producciones nació como una apuesta contestataria a la industria audiovisual, y al sistema social en general, que ha sido excluyente, patriarcal y racista. Ha sido el espacio que le ha permitido a mujeres negras y afrodescendientes creer en su propia fuerza como artistas, productoras y realizadoras. Pero especialmente, les ha dado la libertad de poder narrarse para que en el momento que niñas y niños vean sus historias, se puedan sentir identificados y orgullosos de quienes son.