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¿Cuáles son los métodos anticonceptivos y cómo elegir el más adecuado?

Decidir cuándo y cómo planificar no siempre es una elección completamente libre: muchas veces está condicionada por factores sociales, familiares o culturales. En esta guía sobre métodos anticonceptivos encontrará información clave para tomar decisiones informadas, conscientes y basadas en la autonomía.

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Valentina Guerrero Rojas
24 de junio de 2025 - 08:26 p. m.
La decisión sobre cuándo y cómo iniciar la planificación anticonceptiva debería ser un proceso basado en la información, el autoconocimiento y el consentimiento.
La decisión sobre cuándo y cómo iniciar la planificación anticonceptiva debería ser un proceso basado en la información, el autoconocimiento y el consentimiento.
Foto: Getty Images
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Aunque los métodos anticonceptivos surgieron en los años sesenta como una estrategia médica para controlar la natalidad, con el tiempo se convirtieron también en herramientas para ejercer derechos sexuales y reproductivos. Su función actual va más allá de evitar un embarazo: también pueden prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS), aliviar síntomas ginecológicos y, sobre todo, permitir a las personas conocer su cuerpo y ejercer su sexualidad desde la libertad y el consentimiento.

Pero la realidad es otra para muchas personas jóvenes, especialmente mujeres y personas con capacidad de gestar: el acceso a métodos anticonceptivos no siempre ocurre en condiciones de autonomía. Padres, madres, cuidadores o parejas suelen intervenir, directa o indirectamente, en esta decisión, imponiendo ideas sobre el “momento correcto” para comenzar a planificar, muchas veces sin información suficiente ni acompañamiento profesional.

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Esta falta de autonomía, sostienen las ginecólogas Tatiana Gómez y Marcela Villalobos, fundadoras del consultorio Ginecorules en entrevista con El Espectador, puede tener consecuencias sobre la salud física, emocional y sexual de las pacientes. Ya que conocer los métodos anticonceptivos disponibles no solo es una cuestión médica, sino también política: implica acceder a herramientas para decidir sobre el propio cuerpo sin imposiciones ni presiones externas.

Por eso, el acceso a información clara, comprensible y sin juicios morales es fundamental para garantizar decisiones libres y conscientes. Como señala la ginecóloga Marcela Villalobos,“El primer paso en anticoncepción debería ser acceder a información clara, suficiente y sin prejuicios sobre las opciones existentes, para tomar una decisión desde el conocimiento y la autonomía”.

A continuación, presentamos una guía básica para identificar los principales tipos de anticonceptivos, sus mecanismos de acción y los factores que pueden influir en su elección.

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Tipos de anticonceptivos: guía básica para elegir según tu cuerpo y tus necesidades

Los métodos anticonceptivos pueden clasificarse según su mecanismo de acción en hormonales y no hormonales, y según su duración, en métodos de corta acción, larga duración o permanentes. También existen métodos de barrera, cuya eficacia varía significativamente de acuerdo con su uso correcto, la adherencia y las condiciones individuales de cada persona.

Métodos anticonceptivos no hormonales:

  • Dispositivo intrauterino de cobre o de oro (DIU no hormonal): Es un pequeño dispositivo en forma de T, insertado por un profesional de salud en el útero. Está recubierto de cobre o de oro, materiales que generan una reacción inflamatoria local que dificulta el movimiento de los espermatozoides y evita la fecundación. Su duración puede variar entre 5 y 10 años, y su efectividad alcanza hasta un 94% cuando está bien colocado. No altera las hormonas, pero puede aumentar el sangrado o el dolor menstrual en algunas personas, lo cual debe ser parte del acompañamiento informativo al momento de elegir.
  • Preservativo externo (condón): Es una funda delgada, usualmente de látex o poliuretano, que se coloca sobre el pene erecto antes del contacto sexual. Actúa como una barrera física que impide el paso de los espermatozoides y protege contra infecciones de transmisión sexual (ITS). Es el único método que combina protección anticonceptiva y contra ITS. Su eficacia ronda el 85 %, aunque puede disminuir si se usa incorrectamente.
  • Preservativo interno (condón vaginal) y diafragma: Ambos son métodos de barrera que se colocan dentro de la vagina antes del contacto sexual para impedir que el esperma llegue al útero. El preservativo interno es una funda con anillos en ambos extremos; el diafragma es una copa de silicona que se ubica manualmente sobre el cuello uterino y normalmente se acompaña con un espermicida. Su efectividad ronda entre el 79% y el 95%.

Son métodos poco difundidos, con escasa disponibilidad en muchos países. Además, requieren conocimiento y práctica para su uso adecuado, lo que resalta la necesidad de educación sexual integral.

Métodos anticonceptivos hormonales:

Estos métodos funcionan modificando el sistema hormonal para inhibir la ovulación o dificultar el paso de espermatozoides. Aunque son altamente efectivos, no todas las personas pueden usarlos, y algunos pueden generar efectos secundarios. Por eso, la elección debe ser informada, acompañada por profesionales y centrada en las necesidades y deseos de quien los utiliza.

Métodos de corta acción:

  • Píldoras anticonceptivas: Existen versiones combinadas (estrógeno y progestina) o de solo progestina. Son píldoras con una carga hormonal controlada que se toman diariamente a la misma hora. Su eficacia puede superar el 99% con uso perfecto, aunque disminuye con olvidos o interacciones con otros medicamentos.
  • Inyecciones anticonceptivas: Se aplican una vez al mes o cada tres meses, según el tipo. Son una alternativa para quienes prefieren no tomar pastillas, pero requieren acudir a centros de salud, lo que puede suponer barreras para algunas personas, especialmente en zonas rurales o sin acceso a servicios de salud continuos.
  • Anillo vaginal: Se coloca dentro de la vagina durante tres semanas y se retira durante una para permitir el sangrado menstrual. Libera hormonas de forma controlada. Es un método cómodo para algunas personas, pero su uso requiere información clara y acompañamiento para su correcta colocación.

Métodos de larga duración:

Son métodos que liberan hormonas de forma continua durante varios años. Tienen alta eficacia y no dependen del uso diario o mensual, lo que representa una ventaja para muchas personas.

  • Implante subdérmico: También conocido como “la pila”, es una varilla flexible que se inserta bajo la piel del brazo y libera hormonas durante un periodo de 3 a 5 años.
  • DIU hormonal: Similar al DIU de cobre, pero libera una hormona que previene la fecundación. Además de su efecto anticonceptivo, de este método tiene usos médicos adicionales: “reducen el sangrado, el dolor menstrual o los síntomas de enfermedades como la endometriosis”, indica Gomez. Similares a los métodos de corta acción; requieren evaluación médica previa y revisión de antecedentes de salud.

¿Cuál es el mejor método anticonceptivo?

No existe un único método anticonceptivo ideal, porque no existe una única forma válida de vivir la sexualidad o de planear la vida reproductiva. La elección debe responder a las particularidades de cada cuerpo, estilo de vida y circunstancias de cada persona.

Las especialistas consultadas —Tatiana Gómez y Marcela Villalobos, ginecólogas con enfoque de género— coinciden en que hay cuatro factores esenciales para tomar una decisión informada:

  • Planes de vida: ¿Se desea gestar pronto o se busca evitar un embarazo durante varios años? Responder esta pregunta puede ayudar a definir si es mejor un método de corta o larga duración.
  • Rutina y hábitos: ¿Es posible mantener una rutina con horarios fijos para tomar un medicamento o acudir a citas médicas periódicas? Quienes no puedan o no quieran ajustarse a una rutina estricta podrían preferir métodos que no dependan tanto del uso diario.
  • Salud menstrual: Muchas personas buscan en la anticoncepción no solo evitar embarazos, sino también alivio para menstruaciones dolorosas, abundantes o con síntomas hormonales intensos. En estos casos, los métodos hormonales pueden ofrecer beneficios médicos adicionales, su consumo y receta siempre debe ser guiada por un profesional de salud.
  • Preferencias personales: ¿Se desea evitar el uso de hormonas? ¿Se prefiere un método natural o reversible? ¿Se valora no tener que recordar su uso? La comodidad, la tranquilidad emocional y la confianza con el método también importan, y deben ser reconocidas como criterios válidos.

Esta decisión debe tomarse con acompañamiento profesional, no desde la presión ni la comparación con experiencias ajenas. “No se debe automedicar ni asumir que lo que le funciona a alguien más también va a servirle a usted”, advierten las expertas. En Colombia, las EPS y centros de salud públicos deben ofrecer orientación gratuita en planificación y uso de anticonceptivos sin excepción, con acceso a consulta por profesionales de medicina o enfermería.

Anticonceptivos para hombres: ¿qué métodos existen actualmente?

Aunque existen estudios y prototipos, como la píldora YCT-529 y el hidrogel ADAM, aún no hay anticonceptivos hormonales para hombres disponibles comercialmente. Por ahora, la vasectomía sigue siendo la opción permanente más efectiva para quienes desean una opción definitiva sin muchas complicaciones. “Es sencilla, segura y con muy baja incapacidad, pero aún persisten muchos mitos alrededor de ella”, dice Villalobos.

Esta falta de opciones también evidencia una inequidad histórica en la distribución de responsabilidades anticonceptivas, que sigue recayendo mayoritariamente sobre mujeres y personas con capacidad de gestar.

Compartir la responsabilidad también es una forma de cuidado

En una cultura donde persisten los estigmas sobre la sexualidad y donde la carga anticonceptiva ha sido asignada casi exclusivamente a un solo género, hablar de planificación con enfoque de género es reconocer la diversidad de cuerpos, experiencias y necesidades.

“Ninguna persona debe dar explicaciones acerca de su sexualidad a nadie, esto incluye la planificación que no debe ser impuesta, ni condenada”.

Tatiana Gómez y Marcela Villalobos, ginecólogas con enfoque de género

Las parejas —si existen— pueden involucrarse en decisiones anticonceptivas desde el respeto, no desde el control. Acompañar a las citas, recordar las tomas o aplicaciones, conocer los posibles efectos secundarios y conversar abiertamente sobre alternativas disponibles, pueden ser formas concretas de compartir la responsabilidad sobre la anticoncepción.

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Por Valentina Guerrero Rojas

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