
Quienes dedican sus vidas a cuidar, en su mayoría mujeres, lo hacen sin remuneración y limitadas a un trabajo que sigue guiado por brechas.
Foto: Ministerio de Igualdad
Leonora Maldonado ya perdió la cuenta de todos los años que lleva entregando sus ahorros, días y esfuerzos al cuidado de la comunidad de Santa Rita, en Cartagena. Morena, de acento caribe y siempre con una sonrisa, creció viendo a su madre, y antes de ella, a su abuela, cuidar y encargarse de todas las tareas del hogar sin recibir “un solo peso” por su trabajo. Pero solo hasta estos días empezó a cuestionarse por qué el cuidado, más que un pilar de los hogares colombianos o un derecho reconocido por la jurisprudencia, es también una tarea...

Por Tomás Tarazona Ramírez
Periodista de investigación con énfasis en conflicto, memoria y paz.ttarazona@elespectador.com

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