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Mito o realidad: ¿Se pueden sincronizar las menstruaciones?

Aunque no existe una razón científica comprobada de por qué  hay personas que experimentan una sincronización de los periodos, expertas en salud sexual señalan que es un fenómeno que habla sobre el desconocimiento que aún persiste sobre el ciclo menstrual y la necesidad de verlo no solo como un proceso biológico sino también social.

Mariana Escobar Bernoske
04 de julio de 2024 - 05:00 p. m.
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Muchas mujeres suelen experimentar lo que se ha conocido como la sincronización del periodo. Un fenómeno que se refiere a cuando aquellas que viven juntas, comparten una habitación, son familiares, parejas o, incluso, amigas cercanas “comienzan a menstruar al mismo tiempo”. Sin embargo, no hay ninguna evidencia científica que confirme completamente por qué sucede, pero, no quiere decir que no pase.

La sincronización del período, también conocida como “sincronía menstrual” o “efecto McClintock”, se estudió por primera vez en 1971. La psicóloga de la Universidad de Chicago Martha McClintock revisó durante un año los ciclos de 135 estudiantes en una residencia universitaria y afirmó que el inicio de la menstruación era más similar entre las compañeras de habitación y amigas que entre pares aleatorios de mujeres. Su teoría sugiere que cuando entras en contacto físico con otra persona que menstrua, las feromonas influyen entre sí para que, finalmente, los ciclos menstruales se alineen.

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Esta investigación ha sido cuestionada y catalogada como inconclusa por la comunidad científica por varios aspectos. Primero, porque abre la discusión sobre la existencia o no de feromonas (partículas químicas emitidas por un individuo que afectan a la fisiología o al comportamiento de otro individuo de la misma especie) en las personas y, segundo, porque las condiciones del estudio en teoría no son replicables porque también mide aspectos como el compañerismo y la amistad.

Por esto, psicólogos como Jeffrey Schank, que ha realizado varias revisiones a estudios que reportaron efectos de feromonas en los ciclos menstruales, otros comportamientos o correlaciones fisiológicas en mujeres que conviven, afirma que este fenómeno de la sincronía menstrual se trata más bien de una “coincidencia matemática”. Schank no niega que sea una experiencia real, pero, sí señala que se debe a las características estadísticas de los ciclos menstruales, no a la cercanía, ni a feromonas, ni a ningún proceso biológico.

Sin embargo, Victoria Enciso Chaves, ginecoobstetra de la Universidad de Antioquia y Doula, explica que sí hay factores biológicos y sociales que influyen en el por qué se sincronizan los periodos. La especialista destaca los cambios que se experimentan a nivel emocional y cerebral durante el ciclo menstrual, y el rol que cumplen las hormonas durante el mismo.

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“No solo respondemos a lo fisiológico, también hay que ver los aspectos sociales. Si tenemos una comunidad o convivencia cercana con otras personas somos capaces de captar cómo se están sintiendo y en esto influyen las neuronas espejo. Igualmente, hormonas como la oxitocina, la dopamina y el cortisol se ‘transmiten’ y, por ejemplo, en entornos de alto estrés puede que suceda una ‘crisis colectiva’. Entonces, en el caso específico de la menstruación, sabemos que el estrés es un factor que altera la duración del ciclo”, comparte con este diario Enciso.

El estrés es uno de los elementos que tuvo presente McClintock durante su estudio pionero. Todas las participantes no solo compartían en la residencia y tenían hábitos de alimentación y sueño similares, sino que, al ser estudiantes universitarias, manejaban niveles y picos de estrés parecidos en relación con sus procesos académicos. Siendo esta quizás una de las razones del por qué pudieron experimentar alteraciones y coincidencias en su periodo.

El año pasado, un estudio publicado en la Revista de Medicina Familiar y Atención Primaria, revisó la sincronía del ciclo menstrual en estudiantes de medicina que compartían un alojamiento común. Participaron 62 mujeres de 22 años, todas con un historial de ciclos regulares y que no tomaran ningún anticonceptivo o medicamento hormonal. Ellas previamente no se conocían y fueron organizadas por parejas para vivir en una habitación compartida durante un año. El estudio duró 13 meses y mes a mes les preguntaban sobre la duración de sus ciclos y cuándo habían menstruado. Al final, a 17 de estas parejas, el 54.8%, se les había sincronizado la menstruación.

Como explica en diálogo con El Espectador Angélica Rami, ginecóloga alternativa y terapeuta menstrual, durante el ciclo lo que se adelanta o retrasa no es el sangrado, la menstruación, sino la etapa de ovulación. “Durante esta fase, el cuerpo se prepara para poder ‘crear una vida’ y los estrógenos son las hormonas que toman el protagonismo, nos hacen sentir más activas, más alegres, ‘queremos comernos el mundo’. Pero, cuando hay entornos de alto estrés, el cuerpo prefiere producir progesterona que suprime la ovulación y por lo tanto también altera la menstruación”.

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De hecho, este año, McClintock dijo en una entrevista con el Washington Post que lo que sabemos sobre el ciclo menstrual y la ciencia han cambiado desde la publicación de su estudio. Ella ahora cree que las feromonas secretadas de las axilas de las mujeres cambian el momento de la ovulación, provocando una ovulación simultánea. “Soy consciente de todo este enfoque matemático y de probabilidad, pero creo que va más allá de eso. En la frase ‘sincronía menstrual’, tacha ‘menstrual’ y pon ‘de la ovulación’”, dijo.

Las variaciones en la duración de los ciclos son comunes, los períodos normalmente duran varios días y, por lo tanto, es probable que llegue la regla al mismo tiempo o durante la misma semana que a una amiga, familiar, pareja o compañera. Este hecho es lo que da la impresión de sincronicidad, sin embargo, también demuestra cómo socialmente el sangrado se ha asociado como el momento más importante del ciclo menstrual.

La mexicana Mariana Ontañon Sanchez, educadora y divulgadora de salud hormonal y magíster en Ciencias en Salud de la Mujer del University College de Londres, explica a El Espectador que el ciclo menstrual es un tema poco investigado. Es recientemente que la medicina y la ciencia han volteado a ver las experiencias colectivas, las tradiciones y el autoconocimiento como fuente de información. Un hecho relacionado, en parte, a que más mujeres están ingresando y siendo publicadas en espacios de investigación científica.

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“Sea la razón que sea, la sincronía es un fenómeno que existe y que realmente tiene un impacto sobre las personas que menstruamos. Lo que pasa aquí es un conflicto entre una ciencia cuantitativa y una ciencia cualitativa y yo creo que sí debemos darle mucho más valor a la parte social”, opina Ontañon. Ella también señala que el estigma y el tabú que aún rodea a la menstruación influye en por qué faltan investigaciones. Por eso, pone como ejemplo el hecho de que fue hasta el año pasado que salió el primer estudio realizado con sangre para los productos de gestión menstrual.

Llámese “estar sincronizadas”, “conexión femenina”, o solo “coincidencia”, pero tener una experiencia compartida al menstruar sí influye en las relaciones y la manera en que nos aproximamos a la menstruación. Para todas las fuentes consultadas, es un fenómeno que habla de la empatía, del poder compartir y sentirse comprendida. Al mismo tiempo, como dice Rami, da una oportunidad para hablar sobre la menstruación y cuestionar aspectos como el dolor y ese “sufrir en silencio” que han sido tan normalizados.

Mariana Escobar Bernoske

Por Mariana Escobar Bernoske

Comunicadora social con énfasis en periodismo y producción sonora/radiofónica. Ha participado en investigaciones sobre Derechos Humanos desde una perspectiva feminista y de género. Tiene estudios en el Centro Latinoamericano de Derechos Humanos y la Universidad de Strathclyde.mescobarb@elespectador.com

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