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Aravani Art Project es un colectivo artístico que nació en India con el fin de crear espacios seguros y colaborativos para personas trans, a través de murales, talleres y acciones públicas. Con cada mural, convierten el arte en un acto de resistencia y visibilización.
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El proyecto surgió con el propósito de transformar la percepción social de la población LGBTIQ+ mediante el arte. Lo hacen ocupando el espacio público, especialmente las calles, donde muchas personas trans enfrentan diariamente violencia, acoso y exclusión.
Todo surgió con Poornima Sukumar, artista visual y fundadora del proyecto, que desde 2016 transforma muros con su equipo en grandes ciudades como Nueva Delhi, Bangalore, Chennai y Bombay, para sacar a la luz la lucha de una de las comunidades más complejas e invisibilizadas de la India.
“La idea era muy abstracta al principio”, recuerda Sukumar. “No había tradición de graffiti, y sacar a personas trans a pintar el espacio público era impensable. Pero funcionó”, explica a la agencia EFE.
A pesar de que el Tribunal Supremo reconoció en 2014 al “tercer género” y ordenó garantizar sus derechos fundamentales, la exclusión se mantiene. Según el estudio de 2023 ‘A Snapshot of Transgender Community in India’, la tasa de alfabetización entre las personas trans es de apenas el 56 %. La mayoría sobrevive en la prostitución, el trabajo sexual ritual o la mendicidad.
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Ante esto, siguen surgiendo espacios artísticos promovidos por el colectivo. Durante el mes del Orgullo LGBTIQ+, Nueva Delhi será el escenario de un nuevo mural del Aravani Art Project, esta vez en las paredes del Instituto Cervantes, gracias a una colaboración con la Embajada de España en India. Las autoras destacan que más que una intervención artística, se trata de una declaración de visibilidad y reconocimiento en una institución internacional.
“En India no es habitual ver contenido queer en las programaciones culturales e institucionales. Esta es nuestra forma de aportar un pequeño granito de arena para que esas narrativas puedan ser compartidas y reconocidas”, subraya Isabel Pérez Gálvez, gestora cultural del Instituto Cervantes.
Un legado colonial, una exclusión persistente
Durante siglos, las conocidas como ‘hijras’: una comunidad de mujeres trans, ocuparon un lugar visible —aunque liminal— en la cultura india. Tradicionalmente asociadas al hinduismo, se les atribuían poderes espirituales vinculados a los dioses que escapan al binarismo de género, como Shiva o Ardhanarishvara, la deidad mitad hombre y mitad mujer.
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Bendecían bodas y nacimientos, eran temidas y respetadas por su conexión con lo sagrado. Pero esa presencia fue bruscamente interrumpida con la llegada del Imperio Británico.
Con la imposición de la cultura occidental, fueron perseguidas y clasificadas como “criminales” bajo la Ley de Tribus Criminales de 1871, una legislación británica que asociaba su identidad con la desviación y el peligro público.
Ante esto, proyectos como Aravani Art Project se edifican en India para enfrentar la exclusión social que rodea a las personas trans y a la población diversa. “El arte no es una fuente de ingresos estable, pero Aravani ofrece algo más valioso: pertenencia”, explica el colectivo en la agencia de noticias EFE.
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Por EFE
