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Sri Lanka: mil muertos en dos días

El gobierno lanzó una feroz ofensiva contra los rebeldes que ha provocado un baño de sangre sin precedentes.

Redacción Internacional
11 de mayo de 2009 - 11:00 p. m.

Una lluvia de proyectiles sorprendió a los habitantes de la costa norte de Sri Lanka el sábado en la noche. Las balas cayeron hasta el amanecer y dejaron cientos de muertos y una gran destrucción. El gobierno había dicho que esa era una zona segura, por lo que nadie había buscado refugio. Al siguiente día se repitió el ataque. El saldo, según médicos de la zona: más de mil muertos, entre ellos 106 niños. Todos miembros de la etnia tamil. Otras fuentes hablan de 3.200 víctimas en apenas dos días. La ONU dice que la cifra llega a 400.

Desde 1972, los tamiles, que son minoría en la isla —15% de la población total— iniciaron una lucha al norte del país para lograr su independencia. Entonces decidieron crear un movimiento llamado los Tigres Tamiles. La lucha era apoyada por la población cingalesa —la etnia dominante del país con el 75% de habitantes—, hasta que en 1984 comenzó una guerra civil. Ese año los Tigres Tamiles se unieron con otros grupos tamiles armados y empezaron un sangriento conflicto. Hoy en día los Tigres Tamiles son considerados como un grupo terrorista en varios países.

Aunque se han hecho varios intentos de tregua, el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, descartó la independencia de los tamiles en 2005 y a comienzos de este año lanzó una violenta campaña en contra de los rebeldes, que hasta ahora deja más de 5.000 muertos. El gobierno logró tomar el control de Mullaitivu, Kilinochchi y Jaffna, enclaves guerrilleros y sólo le queda por recuperar el control de Mullivaaykaal y Vadduvaakal. Según el gobierno, la derrota de los Tigres Tamiles es inminente. Analistas coinciden en señalar que el descalabro del grupo rebelde es cuestión de días.

Pero en el camino, organizaciones de ayuda humanitaria denuncian que están cayendo civiles de todas las etnias. Según Naciones Unidas, 200.000 tamiles huyen dentro del país sin rumbo fijo. V. Shanmugarajah, médico del gobierno, aseguró que en la zona de guerra los hospitales ya no dan a basto y que los voluntarios han tenido que cavar fosas para enterrar en cada una de a 50 y 60 cuerpos. “No hay alimentos, ni medicinas ni médicos para cubrir esta tragedia”, dijo.

Por su parte, Lawrence Christy, jefe de la Organización para la Rehabilitación de los Tamiles (TRO) —ligada a la guerrilla— dijo que en el país se estaba cometiendo un “genocidio”. Según denunció, el gobierno cingalés ha utilizado cañones, ametralladoras de calibre 50, artillería y morteros durante los bombardeos, pese a que se había prohibido el uso de armamento pesado.

Por Redacción Internacional

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