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Cae William Olaya González, el hombre del gatillo

El jefe de sicarios de ‘Cuchillo’ fue capturado en una vivienda del barrio Normandía.

El Espectador
21 de octubre de 2009 - 11:00 p. m.

Para el recuerdo siempre queda la misma imagen: por lo general se trata de un hombre que rehúye la mirada de las cámaras, con el rostro bajo, como si quisiera esconderse dentro de su propia piel y que con un ligero hilo de voz, apenas audible, responde “no, yo no lo hice”.

Así lució William Olaya González, Robin, quien fue capturado por la Policía Metropolitana el martes en una vivienda del barrio Normandía, en la localidad de Engativá. Robin, según las autoridades, era el jefe de sicarios de la organización de Cuchillo y está sindicado de, por lo menos, medio centenar de asesinatos; aunque los cálculos menos conservadores hablan de al menos el doble de homicidios.

Olaya González es un viejo conocido en el engranaje de la guerra y sus actividades datan de los tiempos del Bloque Capital, comandado por el jefe paramilitar Miguel Arroyave, quien fue asesinado en 2004. Todos los dedos señalan al mismo Cuchillo, lugarteniente de Arroyave, por este crimen. El coronel César Pinzón, comandante de la Policía Metropolitana, reveló que hay indicios de que Robin también habría estado involucrado en el homicidio. La serpiente de la guerra que se come a sí misma.

La hoja de servicio de Olaya González, con decenas de órdenes de captura que lo sindican de delitos como secuestro, concierto para delinquir, desaparición forzada y un gran etcétera de formas del mal, es amplia y notable. Su actuar se extiende desde los Llanos y el Guaviare hasta Bogotá, adonde llegó hace unos tres meses para cumplir la orden de su patrón, el sonado Cuchillo, aún prófugo, aún activo, que consistía en limpiar a la organización de posibles desertores y ajustar los tornillos de la maquinaria de muerte que comanda.

Manos a la obra, habrá dicho en su momento Robin, y los cuerpos comenzaron a caer. En una de las semanas más violentas del año en una ciudad acostumbrada a la sangre se registraron varios homicidios perpetrados por profesionales. Dos de ellos fueron el de un subteniente del Ejército, según informó el propio coronel Pinzón, ocurrido en la calle 163 con carrera 20 el pasado 22 de agosto, y el del dueño de una peluquería en Mazurén, al norte de la ciudad, que se registró el miércoles 2 de septiembre. Ambos crímenes estarían relacionados con la orden de Cuchillo de ajustar las cuentas de la organización. A estos dos se le sumaría un homicidio más, que fue perpetrado en un billar de la localidad de Santa Fe, en el centro de la capital.

Robin era el jefe militar del Erpac (Ejército Revolucionario Antiterrorista de Colombia), un nombre que, en palabras del coronel Pinzón, es rimbombante para una organización que se dedica a actividades criminales. Según algunos cálculos, el Erpac cuenta con al menos 500 hombres, aunque las autoridades de la capital señalan que bajo el influjo de Olaya González se extendía sobre cerca de 40 sicarios, encargados de librar la guerra en la ciudad.

Cuchillo se ha convertido en una de las obsesiones de la Fuerza Pública y su influencia se extiende por los departamentos de Meta, Guaviare, Casanare y Vichada, en donde utiliza la selva y los ríos que se internan en la manigua para sacar droga hacia Venezuela y Brasil. Los informes señalan que el actuar de Cuchillo data de las épocas del capo Gonzalo Rodríguez Gacha, quien fue dado de baja por la Policía en 1989. Su mayor ascenso, sin duda alguna, se dio tras asesinar a Arroyave, su antiguo empleador. En varias ocasiones, el presidente Uribe lo ha señalado como un blanco primordial de los comandantes de estas zonas.

De ahí la importancia que las autoridades le dan a la captura de Robin, quien es uno de los mayores pilares militares de la organización de Cuchillo y uno de los principales contribuyentes a la ola de sicariato que se registró a finales de agosto y comienzos de septiembre pasados. Olaya González se encontraba con una mujer en el momento de su captura, quien luego fue dejada en libertad. Según las autoridades, el capturado se aprestaba a huir a Panamá.

Por El Espectador

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