No todos los días se puede ver en vivo al club más popular del fútbol mundial y por eso muchos de los que asistirán esta tarde a El Campín harán realidad ese sueño, que para Cristian Felipe Flórez es más común de lo que parece, porque aparte de compartir frecuentemente con varias de las estrellas que integran la plantilla del Real Madrid, viste además la misma camiseta.
A sus 13 años, este ibaguereño forma parte de la cantera blanca, a la cual llegó en 2004 luego de superar durante mes y medio las pruebas a las que se presentaron más de 500 pequeños de todas partes de España y del mundo. La simple convocatoria parecía suficiente premio, pero él iba por uno de los 12 cupos que al final consiguió, “porque el sueño de mi padre era verme jugando en uno de los mejores clubes del mundo y lo di todo por cumplirle”.
Fue de paso, la correspondencia mínima a una herencia futbolística. Su progenitor, Alfredo Flórez Agudelo, integró el plantel profesional del Deportes Tolima (1979-85), tras el retiro hizo curso de técnico, dio la vuelta olímpica con la liga tolimense en categoría infantil, donde descubrió a Dayro Moreno en Chicoral y una vez se radicó con su esposa e hijos en la capital española en 2001, estudió dirección y gestión de entidades deportivas en la Universidad Juan Carlos de Madrid.
Justamente la tesis de grado consistió en crear la primera escuela de fútbol para inmigrantes ‘Orcasur sin fronteras’, en la que militan actualmente más de 185 niños que encuentran en Cristian un ejemplo y al que no le han faltado maestros en el Real, como por ejemplo Valdano, Butragueño, Mijatovic y ahora Michel González, quien es el director deportivo de la cantera.
Y sus condiciones han cautivado tanto al legendario ex jugador blanco y de la selección española, que lo compara con el brasileño Roberto Carlos, por desempeñarse como lateral, manejar el perfil zurdo y, sobre todo, tener una buena media distancia. Un honor para el pequeño que además tiene su cabeza rapada, pero sobre todo, bien centrada: “Es un orgullo que me llamen así, pero acá hay que luchar por la permanencia, ya que la competencia es de alto rendimiento y al final de cada temporada evalúan a cada uno de los jugadores para decidir si siguen”.
Él ya recibió el visto bueno y desde el próximo 25 de agosto estará en la categoría cadete B, donde seguirá tirando paredes con Enzo Zidane, el hijo de Zinedine, para quedar a cinco escalas del primer equipo (le restan juvenil B, juvenil A, tercera, segunda B y profesional). Todavía le falta mucho camino, pero del recorrido hasta ahora recuerda la participación “en varios torneos nacionales e internacionales, algunos clásicos contra el Barcelona y también derbis con el Atlético de Madrid”, donde también hace carrera uno de sus tres hermanos, Diego Alejandro.
Ahora quiere disputarlos en primera para ser junto a Freddy Rincón y Edwin Congo, el tercer colombiano en jugar profesionalmente con el Real, aunque con una marcada diferencia, como producto certificado de la selecta cantera blanca.