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Colombia choca con Argentina en el Mundial Sub 17

Entrevista con Cristian Bonilla, arquero de la tricolor que este miércoles busca los cuartos de final.

Fabián Mauricio Rozo Castiblanco
03 de noviembre de 2009 - 09:24 p. m.

La alegría que sintió cuando, en el estadio Tierra de Campeones de Iquique, Colombia dejaba de ser suramericana para convertirse en mundial, fue apenas comparable a la emoción que lo embargó en el momento en que estuvo frente a frente con quien ha sido su modelo a seguir.

Cristian Bonilla creía que no podía pedir más luego de clasificar a la Copa del Mundo Sub 17, pero una vez la invitación del entonces seleccionador absoluto, Eduardo Lara, le permitió al arquero de la prejuvenil nacional trabajar durante unos días con la mayor, otro sueño tomó visos reales: entrenar al lado de su ídolo David Ospina.

“Ni me la creía, porque le he admirado siempre por el proceso que hizo en la selección, empezando en la Sub 16 hasta llegar a la de la eliminatoria”, cuenta aún conmovido el dueño de los tres palos tricolores en Nigeria, donde este miércoles buscará frente a Argentina en Ijebu-Ode (10:00 a.m., Gol Caracol), avanzar a cuartos de final del Mundial.

Fueron apenas días los que compartió al lado del Uno del Niza francés, pero suficientes para comprobar “lo caballero que es dentro y fuera de la cancha, una persona muy seria en su trabajo y por eso creo que me parezco mucho a él, es a quien debo seguir como ejemplo y espero llegar a donde está, e incluso un poquito más lejos”.

La comparación también la hace el propio técnico de la prejuvenil, Ramiro Viáfara, porque tuvo en sus orígenes a Ospina y ahora forma a Bonilla, a quien define como “un arquero muy completo, de buen biotipo que está en proceso, tal cual lo hizo David en su momento y ojalá pueda seguir sus pasos para tener el presente y futuro de nuestro arco muy bien cubierto”.

Hace dos años Cristian se puso el buzo nacional en la Sub 15 y desde entonces no se lo ha quitado, tiempo en el que este manizaleño de 1,87 metros emprendió a la par una experiencia personal, ya que “si bien me formé en el Once, en las categorías infantil y prejuvenil, no se llegó a un arreglo por mis derechos y apareció Eduardo Pimentel para llevarme al Chicó”.

En su ciudad natal tuvo que dejar a la “mamá y hermanito”, pero no llegó solo a Tunja. Harold Bonilla, su progenitor y ex futbolista del Cristal Caldas y Alianza Llanos, ha sido la sombra del arquero desde que decidió apostarle todo al balón, y en la capital boyacense aparte de aconsejarle, lo dirige porque fue el asistente de los ajedrezados en la Copa Colombia, torneo en el que Cristian Harson alcanzó a atajar en cuatro juegos.

“Cuando estoy triste o aburrido, siempre aparece la voz de apoyo y por eso antes que un padre, es mi mejor amigo”, destaca con orgullo el Uno tricolor que este miércoles tendría otra razón para aumentarlo, ya que de superar a Argentina habrá llegado más lejos que Ospina en una Copa del Mundo.

Por Fabián Mauricio Rozo Castiblanco

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