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La dinastía de los Perea

Perfil del hijo Luis Carlos, el ex defensor de la selección Colombia, quien se encargó de contagiarlo de su vida repleta de fútbol y que hoy lo guía a la distancia.

Alfredo Yacelga Abreo
06 de diciembre de 2008 - 10:00 p. m.

Ocultarle al técnico José Fernando Santa que estaba enfermo antes del partido contra Júnior, en la fecha 13, sólo porque “estaba peleando el puesto”,  hizo que Luis Alberto Perea se ganara el regaño más fuerte que le ha podido dar su papá, en los últimos años. Fue la mejor oportunidad para que el otrora jugador del cuadro verdolaga y de la selección de Colombia le diera una nueva lección en el fútbol: “Si juegas así, sí que vas a perder el puesto... No puedes dar ventajas”, fueron las palabras sabias venidas desde Miami, sitio de residencia del ‘Coroncoro’ desde hace nueve años y desde donde, por TV o internet se mantiene al tanto de cada jugada de su único hijo varón, que empieza a despuntar como un goleador con la camiseta de Nacional.

Luis Alberto reconoce que le ha costado un poco salir desde atrás de la imagen de su padre para formar la suya propia, pero que especialmente en este torneo ha empezado a lograrlo. “Al principio siempre me preocupaba por eso, porque la gente me identificaba más por mi papá. Pero ya estoy más tranquilo, a poco me voy ganando mi propio nombre”, dice el atacante que lleva cinco goles en este torneo y luego de un comienzo irregular, ya se ha consolidado en la titular del equipo verde en los últimos cinco juegos.

“Estoy en un momento muy lindo y lo tomo con mucha humildad porque la gente empieza a mirarlo a uno con otros ojos, hay más presión, todos esperan más de uno”, expresa el delantero que ha tenido 14 apariciones en este torneo y 876 minutos para demostrar sus cualidades.

“El ‘profe’ Santa siempre me ha dado mucha confianza y ha creído en mis capacidades. Ahora le estoy demostrando que no estaba equivocado”.

El fútbol, por libre elección

En un hogar impregnado del aroma a linimento, donde los mejores regalos eran balones y guayos, y donde las salidas al estadio eran los paseos dominicales preferidos, era de esperarse que el heredero mayor se decidiera por esta carrera llena de rosas y espinas. “Eso es automático, por decirlo de alguna forma”, dice Luis Alberto. “Nací en el ambiente del fútbol y siempre me gustó”.

Por su parte, el orgullo embarga a Luis Carlos cuando habla de su ‘pequeño’, que hoy mide 1,83 m y pesa 85 kilos, el mismo que lo acompañaba cada vez que saltaba a la cancha en su mejor época con Nacional, cuando era una réplica suya en miniatura y que lucía el mismo uniforme.

“Él nació con esa sangre, con ese espíritu por el fútbol”, dice  el “Coroncoro”, quien recuerda que gracias al boom que generó en su momento René Higuita, con el verde y con la selección, Luis Alberto quería ser arquero. “Le compramos su uniforme de arquero, con guantes y todo”.

“Pero a medida que crecí me gustaba más hacer los goles. Mi papá nunca influyó en eso, me dejó escoger, nunca me dijo que fuera defensa como él”, cuenta el delantero verdolaga.


Sorelly Pérez, la mamá de Luis Alberto, siempre se empeñó en formar un buen hombre, pero también en hacer un gran deportista y el atacante, que nació en Medellín el 3 de septiembre de 1986, siempre encontró en ella a su principal motivadora. Fue ella quien lo inscribió en el equipo del  colegio Calasanz de Medellín, mientras Luis Carlos viajaba por el mundo con Nacional y la selección.

“Ella se encargó de hacerle crecer su amor por el fútbol. Lo mismo cuando nos tuvimos que mudar a Barranquilla, a Ibagué y hasta en México. Ella lo llevaba y lo traía a las escuelas, siempre lo motivaba mucho”, resalta Luis Carlos, quien al llegar a Estados Unidos lo moldeó en su academia (Perea’s Soccer Academy) donde tuvo que lidiar con su retoño en plena adolescencia. “Fue una lucha constante, porque era en esa época en la que los muchachos no le hacen caso a nadie”.

Un crack de los videojuegos

No contento con jugar y entrenar a nivel profesional, Luis Alberto pasa horas y horas de su tiempo libre jugando fútbol en PlayStation, una afición que según su padre se le ha convertido en una herramienta muy particular para el perfeccionamiento de su juego. “Es un gomoso desde que tenía unos 10 años y vale decir que él ha aprendido muchas cosas del fútbol con el PlayStation”, explica el jefe de la familia Perea.

“Él se inventa las jugadas y después las aplica en la cancha. Yo mismo puedo decir que las definiciones que hace son idénticas a las que realiza con la máquina. Creo que esa frialdad que tiene para definir y esa habilidad las ha adquirido con el Play”, complementa emocionado Luis Carlos, quien a propósito, hace sólo tres semanas le envió a Colombia la última versión de la consola con nuevos juegos.

“Hoy tiene 22 años, pero es su principal pasatiempo, inclusive, a él no le gusta salir a fiestas o cosas de esas, prefiere jugar”, dice este moderno entrenador, quien apoya este hobby de los muchachos.

Luis Carlos hoy es director de entrenadores del Miami Strike Force Club, con el que fusionó su academia. “Tenemos en su mayoría muchachos de origen latino, aunque aquí el soccer ha tomado mucha fuerza”, comenta el ex defensor, quien jugó más de 15 años como profesional y tuvo 78 apariciones con la selección Colombia de mayores, incluidos los seis juegos en los mundiales de Italia y Estados Unidos. Junto a su esposa y su hija menor, siempre está al tanto de cada movimiento de su hijo, que vive en Medellín con unos tíos y que hoy hace lo posible por dejar en alto el apellido que marcó una época el en fútbol colombiano.

“No estamos liquidados como dicen”

Luego del empate 1-1 con Tolima en Medellín, Nacional, que tiene tres puntos, buscará el domingo la revancha en Ibagué frente a los ‘pijaos’ (4 puntos), por la cuarta fecha de los cuadrangulares, en el Grupo A. Luis Alberto Perea salió al corte de las versiones pesimistas: “No estamos liquidados como la gente dice, tenemos que ganar los tres partidos. Es complicado, mas no imposible”.

Para Perea, el resultado está hoy por encima de jugar bonito, como exigen los hinchas y la prensa. “Nosotros también queremos jugar bonito, pero a veces no se puede.  Pensamos más en el resultado, sin importar tanto cómo se juega”, dice el atacante, que tendría hoy su sexto partido consecutivo como titular.

El juego será a las 5:30 p.m. y se verá por el Canal RCN. Antes, a las 3:30 p.m., Medellín, líder del grupo con siete puntos, recibirá a La Equidad.

Por Alfredo Yacelga Abreo

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