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“No nos pagaron y quieren causarnos daño”

El abogado Álvaro Dávila, de quien Miguel Nule dijo que estaba presente cuando le exigieron coimas para el hermano del Alcalde de Bogotá por adjudicarle un contrato, asegura que esa historia es una “bellaquería”.

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El Espectador
24 de octubre de 2010 - 01:00 a. m.
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Es amigo y compañero de colegio y universidad de Samuel Moreno, pero niega que ejerza influencia en el gobierno distrital.

Cecilia Orozco Tascón.- ¿Su oficina de abogados ha representado a cuántas y cuáles empresas o consorcios privados de contratistas de obras públicas y de servicios públicos en Bogotá y en la Nación?

Abogado Álvaro Dávila.- No puedo revelar esa información, porque forma parte de la reserva debida por los abogados a sus clientes, en virtud del secreto profesional.

C.O.T.- ¿Usted es amigo personal y compañero de estudios del alcalde Samuel Moreno o del hermano del Alcalde, el senador Iván Moreno? ¿Cuántos años hace que los conoce y qué grado de amistad tienen?

A.D.- Los conozco hace unos treinta años, porque los tres estudiamos en el Colegio Anglo Colombiano, aunque pertenecemos a promociones distintas. El Alcalde y yo somos abogados de la Universidad del Rosario, también de diferentes promociones. Es difícil catalogar la amistad en grados, porque los amigos pueden sentirse agraviados o utilizados. Si su pregunta es si nos vemos frecuentemente, le respondo que no.

C.O.T.- ¿Usted es consejero personal o profesional, o le presta asesoría jurídica a la administración de Bogotá en materia de estructuración de licitaciones?

A.D.- Ni lo uno ni lo otro.

C.O.T.- ¿Fue asesor jurídico del Gobierno Nacional en Presidencia o en alguna de las entidades públicas? ¿Con cuáles funcionarios se entendía?

A.D.- No fui asesor jurídico y tampoco tenía que ver con ningún funcionario del Gobierno Nacional.

A.C.T.- ¿Es verdad que usted es gran amigo y colega de Edmundo del Castillo, ex secretario jurídico de Presidencia, y que a través de él influía en la contratación nacional?

A.D.- Somos colegas y amigos, pero nunca he influido en la contratación nacional ni a través de él ni de nadie.

C.O.T.- Al margen de que tenga contrato formal con la Alcaldía de Bogotá, ¿qué influencia ha tenido usted en las decisiones que toma el Alcalde o sus funcionarios en las licitaciones para la construcción de obras como la Fase III de Transmilenio o la adjudicación del Relleno Sanitario Doña Juana?

A.D.- No tengo ninguna influencia en las decisiones del Alcalde ni de ninguno de sus funcionarios. Eso es un mito.

C.O.T.- La licitación pendiente del Relleno Doña Juana pareciera estar en el centro de una denuncia penal que usted interpuso contra el también abogado Jaime Lombana. Él opinó sobre su influencia en la Alcaldía y sugirió corrupción de parte suya ¿Qué contestaría a esas afirmaciones?

A.D.- Con Lombana tengo un pleito personal y profesional desde hace años, pleito que es de conocimiento público. A pesar de eso, me parece una injusticia que hubieran intentado vincularlo con las ‘chuzadas’ del DAS a través de un montaje y que un editorial del periódico El País de Cali, perteneciente a un cliente suyo, lo descalificara éticamente. Por las afirmaciones que hizo Lombana sobre mí, él enfrenta hasta seis años de cárcel y 800 millones de pesos de indemnización dentro de un proceso penal que interpuse contra él ante la Fiscalía. No descarto que Lombana pueda estar detrás de las declaraciones de Miguel Nule en mi contra. Ellos son amigos.

C.O.T.- El Grupo Nule que fracasó después de que se gastó billonarios anticipos de dineros públicos que nunca invirtió en las obras, se había ausentado hasta la semana pasada cuando uno de sus socios, Miguel, apareció para involucrar a varios personajes con la petición —a él y a sus socios— de comisiones por contratos y coimas. Entre ellos estarían supuestamente: Iván Moreno, Emilio Tapias, Julio Gómez, el contralor Miguel Ángel Moralesrussi y usted. ¿Qué responde a esa afirmación?

A.D.- Miguel Nule no dijo que yo le hubiera pedido coimas. Lo que señaló fue que otros lo habían hecho en mi presencia y en mi oficina. Eso es absolutamente falso. Los Nule jamás convocaron una reunión en mi oficina en presencia mía, de mis socios o de nuestros abogados con los empresarios que él menciona. Y muchísimo menos para esos efectos. Tenemos las pruebas documentales que demuestran que esa reunión jamás se llevó a cabo.

Miguel no ha podido sobreponerse al descalabro financiero y empresarial de su grupo y cree que perdió los contratos por no haber pagado supuestas coimas que sólo existen en su imaginación febril. A los abogados nos remuneran con honorarios, no con coimas, y a mi firma los Nule no le cancelaron esos honorarios en su totalidad.

C.O.T.- ¿Le sorprendieron esas declaraciones de Miguel Nule?

A.D.- Más que sorpresa me causaron amargura. Trabajamos para ellos incansablemente, incluso los sábados, domingos y festivos. Muchas veces nos tocó seguir hasta el día siguiente en medio de la crisis que sufrieron, sacrificando el tiempo que habríamos dedicado a nuestras familias y al descanso. No sólo no nos pagaron, sino que ahora Miguel quiere causarle un daño a nuestra reputación asociando nuestro ejercicio con prácticas indebidas. Es una bellaquería.

C.O.T.- ¿Dónde están los otros Nule y por qué los otros dos socios no aparecen?

A.D.- No sé dónde están Manuel y Guido.

C.O.T.- Me gustaría volverle a preguntar: ¿es cierto que en su oficina se habló, entre contratistas, de porcentajes y entrega de comisiones a servidores públicos?

A.D.- Le repito: es falso.

C.O.T.- ¿Es verdad que usted o su oficina también representan o representaron a la familia Char y especialmente al alcalde de Barranquilla, Álex Char, quien tenía sociedades con los Nule?

A.D.- Representamos a la Alcaldía de Barranquilla en asuntos contenciosos ante el Consejo de Estado. No le digo más porque forma parte del secreto profesional.

C.O.T.- Le pregunto directamente: ¿recibió alguna vez o pidió dinero para usted o para su oficina por influenciar en alguna licitación o adjudicación?

A.D.- Su pregunta me parece ofensiva, porque soy un abogado, no un lobbysta. Por supuesto que no. Nuestra firma no presta servicios de cabildeo, sino de asesoría jurídica. Por eso ni nos contratan ni nos pagan para influenciar en licitaciones.

Por El Espectador

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