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Las llanuras sin nombre

En el Meta se encuentran cuatro cementerios de NN. Un tema que según la Fiscalía pronto será uno de los más difíciles que tendrá que enfrentar Colombia.

Alfredo Molano
17 de octubre de 2010 - 07:59 p. m.

Si bien es cierto que nuestra larga historia de violencia ha dejado un rastro de lágrimas y sangre que se pierde en los tremedales del olvido. Si es bien sabido que uno de los más terribles dramas de nuestro conflicto interno es el que padecen los vivos, los que quedaron, las viudas y los huérfanos, también es cierto que la reconciliación y la paz han de llegar por el camino de la memoria y el reconocimiento de las víctimas, y por ese sendero vienen, a paso lento, los muertos sin rostro, aquellos que son cifras y fechas, esos difuntos que no tienen quien los llore, que no tienen ni pasado ni explicación de defunción, los cadáveres sin identificar: los N.N. Sin duda la gran mayoría de ellos se han de encontrar en aquellas zonas donde el conflicto arremetió con mayor fuerza. Este es el caso de los Llanos Orientales.

El pasado mes, en el Congreso se realizó un debate de control político denominado ‘Crisis humanitaria en los Llanos Orientales’. Un debate que fue citado por los congresistas Iván Cepeda y Gloria Inés Ramírez, quienes denunciaron la existencia de cuatro cementerios municipales en donde yacen cientos de muertos sin identificar.

Esta zona, la del joropo y los morichales, la del sol de los venados y el mito del centauro, ha visto pasar los bandos de uno y otro color desde la fundación misma de la República. Allí se guarneció el ejército libertador comandado por Simón Bolívar y la llanerada venezolana. En el siglo XIX, los ejércitos liberales también se arraigaron por estas tierras, donde siempre será recordado Avelino Rosas, combatiente liberal en la Guerra de los Mil Días (1899-1902). Posteriormente, en la época de La Violencia, la policía chulavita y los llamados “pájaros” dejaron su marca de sangre.

La Ley del Llano, proclamada por guerrilleros liberales como Guadalupe Salcedo, Dúmar Aljure, Eduardo Fonseca y Bernardo Giraldo, fue el caldo de cultivo para el nacimiento de las Farc, que extendieron sus dominios por todo el territorio llanero. En los años 80 y 90 el narcotráfico y el paramilitarismo arremetieron con figuras como Gonzalo Rodríguez Gacha, quien fue seguido por personajes como Héctor Buitrago, alias Tripas; Miguel Arroyave, Manuel de Jesús Pirabán, alias Jorge Pirata, y el temido Martín Llanos. La historia de esta región ha sido escrita con sangre y plomo. Una guerra histórica sembrada de cadáveres que no tienen quien los llore.

Un tema que apenas ahora deja entrever sus dedos, pero que sin duda será uno de los grandes retos de la justicia colombiana, pues según Luis González, jefe de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, hace falta información y recursos para poder asumirlo. “Son muertos que han dejado los años de violencia, necesitamos implementar un plan de choque para identificar y recuperar los N.N. Esto nos lleva a una profunda reflexión: ¿Qué va a hacer Colombia para recuperar la memoria de estos años de violencia?”.

Cementerio de La Macarena

Este cementerio fue la mecha que prendió el debate cuando se aseguró que allí había una fosa común con 2.000 cuerpos, información que fue desvirtuada. En este cementerio, que funciona desde 1989, la Fiscalía halló 464 N.N enterrados en fosas individuales y colectivas, de entre dos a seis cuerpos. Sin embargo, ya se han identificado cerca de 100 cuerpos. Según el defensor del pueblo del Meta, Eduardo González, producto de una visita regional se pudo establecer que allí no existe una fosa común con cerca de 2.000 cadáveres, tal y como lo anunció el sepulturero del cementerio, quien posteriormente se retractó de esta afirmación. El cementerio se encuentra al lado de las instalaciones de la FUDRA (Fuerza de Despliegue Rápido del Ejército), que operan ahí desde 2003, por lo que no se descarta que allí haya casos de falsos positivos. Según el sistema de búsqueda de personas del Gobierno, en este municipio se han registrado 53 casos de desaparición forzada, lo que podría complementar la información que permita la identificación de los N.N.

San José del Guaviare

El cementerio privado Jardines del Paraíso está situado en el casco urbano de San José del Guaviare. Allí la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación realizó una inspección judicial para determinar el número de fosas de N.N. y advirtió de la existencia de 460 fosas individuales de cadáveres sin identificar. Una cifra que se encuentra plasmada en los libros de registro del cementerio. Según el Personero de este municipio, el 30% de los habitantes de San José del Guaviare tienen un desaparecido en su familia. El sepulturero de este campo santo advirtió que muchos están sepultados en fosas colectivas, puesto que no hay campo para tanto muerto.

Por Alfredo Molano

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