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DEA le sigue la pista a masacre en Tuluá y a homicidio de un jefe de Los Rastrojos

El organismo estadounidense le hace seguimiento a un rebrote de violencia entre antiguas fichas de los Rastrojos, grupo de origen narcoparamilitar que se creía extinto. Hombres de alias Pipe Tuluá y Diego Rastrojo estarían relacionados en los hechos violentos ocurridos en el Valle del Cauca.

David Escobar Moreno

25 de marzo de 2025 - 07:00 a. m.
Diego Rastrojo, antiguo capo de Los Rastrojos y Pipe Tuluá, antiguo miembros de ese grupo criminal y ahora líder de La Inmaculada. (Izq. a der).
Foto: Archivo Particular
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Este fin de semana, El Espectador contó que las autoridades colombianas tienen la lupa puesta en el Valle del Cauca y otras regiones donde hace dos décadas los Rastrojos desplegaron sus violentos tentáculos. Se trató de una de las organizaciones narcoparamilitares más grandes y violentas que existieron en Colombia y que hoy, por recientes hechos violentos en el Valle del Cauca, también inquietaron a una autoridad de los Estados Unidos: a la Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés).

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Este diario conoció que agentes de esa entidad tiene información sobre la posible participación de viejos miembros de Los Rastrojos en un homicidio y de una reciente masacre. El primer hecho ocurrió el 10 de noviembre de 2024, cuando el INPEC reportó el asesinato de alias Jerry, un temido gatillero de Los Rastrojos que estaba a punto de recobrar la libertad. El crimen, perpetrado en la cárcel de Jamundí, habría sido ejecutado por hombres de alias Pipe Tuluá quien, desde la cárcel La Picota de Bogotá, lidera la banda de La Inmaculada, la cual opera en el municipio vallecaucano de Tuluá y poblaciones aledañas. Además, fue la organización criminal que heredó el poder de Los Rastrojos en el Valle del Cauca.

El segundo hecho violento tiene que ver con la masacre de tres personas en la vía que conduce desde el municipio tulueño a Bugalagrande (Valle del Cauca) y que fue perpetrada el 18 de noviembre de 2024, ocho días después del asesinato de Jerry en Jamundí. Lo que sabe la autoridad estadounidense es que el asesinato de Jerry, quien pronto iba a recobrar la libertad, “se entiende” como un forma de frenar su posible llegada a Tuluá, donde delinquió durante muchos años.

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Sobre la masacre, en la que también terminó otro hombre herido, el coronel Giovanni Cristancho, comandante del Departamento de Policía Valle, señaló que: “Los cuatro tripulantes fueron interceptados por otro vehículo en el que se movilizaban hombres armados que, sin mediar palabra, efectuaron disparos en contra de los ocupantes de la camioneta”.

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Dos abogados que conocen de cerca las movidas del crimen organizado en el Valle del Cauca coinciden en que actualmente se vive una pelea entre alias Pipe Tuluá y viejas fichas de Diego Rastrojo, que nunca fueron procesadas penalmente. “Se disputan el control del Valle del Cauca en temas de narcotráfico”, apunta uno de los penalistas que se mueve en ese mundo.

Además, a comienzos de febrero de 2025, la Policía conoció un panfleto amenazante de La Inmaculada (organización que heredó parte del poder de Los Rastrojos) en la que abiertamente le declara la guerra a los hombres de Diego Rastrojo, quien todavía, y desde 2013, cumple una condena en Estados Unidos por narcotráfico.

“La Oficina de Tuluá (uno de los nombres que adopta La Inmaculada) le declara la guerra abiertamente, señor Diego Rastrojo (...) Ya es de nuestro conocimiento las acciones realizadas por usted, señor Diego Rastrojo, las cuales son darle órdenes a su familiar Tato Rastrojo y Chirri Jonathan Caro, para que asesinen a gente inocente, también realizando falsos positivos con miembros activos de la SIJIN de la Policía y dos abogados que ya están plenamente identificados para darles de baja”, dice el panfleto, con fecha 3 de febrero de 2025.

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Panfleto amenazante de La Inmaculada contra Diego Rastrojo./ Archivo particular.
Foto: Archivo Particular

Un reporte de inteligencia en poder de este diario, que hace un balance en temas de seguridad en el Valle del Cauca, informa que esa nueva generación de los Rastrojos está liderada a la sombra por sus testaferros y viejos financiadores de la estructura ilegal que nunca fueron tocados por la justicia y que aún conservan los contactos que tuvieron a principios de este siglo con carteles mexicanos.

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“También está el grupo de los Carlos Alberto y las Jotas, una veintena de miembros de los Rastrojos que aceptaron cargos hace 13 años y quedaron libres en los últimos tiempos”, aseguró un funcionario judicial que ha seguido de cerca al grupo criminal.

Uno de los más recientes hechos por los que volvieron a ser mencionados los Rastrojos —y que también da cuenta de su vigente cercanía con la banda tulueña de La Inmaculada— ocurrió en noviembre de 2024. En ese momento, Diego Pérez Henao, alias Diego Rastrojo, desde una prisión en Estados Unidos, intentó mediar infructuosamente en la guerra de Pipe Tuluá con el Estado colombiano, tras la crisis de seguridad que vivió esa zona del Valle en 2024. Fue en medio de esos acercamientos que el INPEC reportó el asesinato en la cárcel de Jamundí de alias Jerry.

Ante esta situación, un abogado que representó a antiguos narcos de la zona advierte que: “Si el Gobierno no hace algo con esta situación, volveremos a los tristes años de la violencia del cartel del norte del Valle. El ambiente está pesado”.

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Aunque Pipe Tuluá niega tener relación con algunos crímenes que se le endilgan en el Valle del Cauca, lo cierto es que las autoridades colombianas (y ahora la DEA) tienen sus ojos puestos en ese departamento, donde recientemente el crimen organizado ha venido reconfigurándose y afectando la seguridad de sus habitantes.

A tal punto que el Ejército tiene en marcha la conformación un batallón en el norte del departamento, específicamente en el municipio de Sevilla, donde se expanden las disidencias de las FARC. Es decir, se trata de una zona que, de no ser atendida por las autoridades a tiempo, puede terminar convertida en otro sangriento frente de guerra como el Catatumbo o el Cauca.

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Por David Escobar Moreno

Periodista de la Unidad Investigativa en temas relacionados con narcotráfico, crimen organizado, ciberdelincuencia, delitos ambientales, corrupción y derechos humanos. @Josedem18jescobar@elespectador.com
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