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El postrasplante de Camila Abuabara

Luego de que hace cuatro años y medio le fue detectado un cáncer en la sangre, la joven estudiante de derecho recibió el trasplante de médula hace nueve días. Avanza, pero su situación no es fácil. Bitácora de lo que ha pasado luego de la intervención.

Norbey Quevedo Hernández
28 de diciembre de 2014 - 02:00 a. m.
Evolución del aspecto físico de Camila Abuabara desde cuando era menor de edad, a la izquierda, hasta pocos días antes de recibir el trasplante.
Evolución del aspecto físico de Camila Abuabara desde cuando era menor de edad, a la izquierda, hasta pocos días antes de recibir el trasplante.

Hace nueve días que los médicos del Instituto de Cancerología de la clínica Las Américas de Medellín efectuaron el trasplante alogénico de médula ósea a la joven Camila Abuabara. Se trata del procedimiento médico más luchado ante una EPS y la justicia en los últimos años. Luego de una semana, las cosas para la estudiante de derecho de 25 años no van bien. Está internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de esa institución asistencial porque tras el procedimiento presentó una falla hepática y renal. Por eso, el éxito de la intervención estimado por los médicos tratantes es de un 30%, una estadística que hace incierto su futuro.

A Camila Abuabara le detectaron la leucemia —un tipo de cáncer en la sangre que hace que se generen células inmaduras e inadecuadas para el normal funcionamiento del organismo— en julio de 2010. Pero gracias a la persistencia de la paciente y su lucha en redes sociales, luego de una fuerte controversia para la realización del trasplante de médula con la EPS Sanitas y múltiples acciones ante los tribunales de justicia, el procedimiento por fin se efectuó el pasado viernes 19 de diciembre, por el equipo médico encabezado por el hematólogo y oncólogo Amado Karduss Ureta.

Ese viernes se inició el procedimiento en las horas de la mañana. El donante fue el hermano de Camila, quien justamente en diciembre del año pasado completó más de seis meses de espera para efectuar el trasplante. Sin embargo, por inexplicables dilaciones administrativas de la EPS, la intervención se pospuso y cuando se autorizó, el efecto de la quimioterapia se perdió y aparecieron de nuevo las células cancerígenas.

No obstante, cuatro años y medio después de que le detectaron la leucemia linfoblástica aguda, de tres recaídas y varias quimioterapias, por fin se hizo el trasplante en Medellín. Fue un procedimiento médico que tuvo una duración de cerca de una hora y media. Al finalizar la intervención, los facultativos señalaron que Camila tuvo fiebre mientras le hacían el procedimiento y con prudencia expresaron que todo salió de acuerdo con lo previsto.

La primera medida que se tomó después del procedimiento fue aislar a la paciente en un sitio especial en la clínica. Con ello se buscó evitar cualquier tipo de infección. También los médicos la inmunosuprimieron. En otras palabras, según explicó un médico, “la dejaron sin defensas en su cuerpo, de tal manera que las células trasplantadas de su hermano ingresaran a su organismo sin ser rechazadas”.

Los días siguientes no fueron los mejores para Camila Abuabara. Entre el sábado 20 y el martes 22 de diciembre estuvo en estricta vigilancia médica. Se esperaba que empezara a asimilar el tratamiento, pero su diagnóstico preocupó. En medio del hermetismo con que se ha manejado el caso, según conoció El Espectador de uno de los médicos tratantes, inesperadamente el cuerpo de la paciente se empezó a hinchar. Los galenos decidieron entonces medicarla para controlar la inflamación, pero no respondió al tratamiento.

Un cuadro que se complicó el día de Navidad. Nuevos exámenes médicos mostraron que la paciente tenía anemia producto de la leucemia y de las quimioterapias que ha recibido. Por eso registró bajos niveles de hemoglobina y plaquetas, una situación por la que la clínica y los familiares de la paciente solicitaron donantes de sangre para nuevas trasfusiones que va a necesitar como parte de su recuperación.

Ese mismo miércoles de Navidad no hubo otra solución que trasladar a Camila Abuabara a la unidad de cuidados intensivos (UCI) de la clínica Las Américas. El reporte médico señala que la inflamación se produjo por retención de líquidos en el organismo. Ya en la UCI, la paciente esta intubada y con fuerte medicación. Pero llegaron nuevas complicaciones en el hígado y en los riñones.

Según el parte oficial de la clínica Las Américas, a Camila Abuabara se le detectó síndrome de obstrucción sinusoidal, una enfermedad que se caracteriza por la obstrucción de los canalículos hepáticos. La literatura médica señala que “es una patología infrecuente asociada con varias condiciones, entre las que destacan la intoxicación con alcaloides, el trasplante de médula ósea y el uso de algunas drogas inmunomoduladoras y antineoplásicas, quimioterapia y radioterapia”. En suma, que afectó a la paciente congestionando su hígado en su función y sus riñones, reteniendo líquidos. Según estadísticas médicas, el síndrome sinusoidal lo padecen entre el 10 y el 20% de pacientes con trasplantes similares a los de Camila Abuabara.

En medio de las dificultades de salud de la paciente vinieron después dos declaraciones del abogado de Camila, Abelardo de la Espriella, y de la madre de la paciente, Patricia Franco, que generaron debate. El primero a través de su cuenta en la red social Twitter señaló el jueves: “Atención: Camila @labuabara acaba de ser intubada, se indujo a coma por falla renal. Adelante guerrera no te dejes vencer!!!”.

De inmediato Patricia Franco, madre de Camila, rectificó el trino del abogado. El jueves en la tarde, Franco señaló que la paciente efectivamente está intubada, que no está en coma inducido, que fue sedada, que estaba inconsciente, que lo que se buscaba con ello era evitarle las molestias del tratamiento y reconoció que la estudiante sigue delicada de salud. “La paciente recibe toda la medicación y procedimientos terapéuticos requeridos tanto para el trasplante como para el manejo de esta alteración. Para su comodidad se encuentra bajo sedación”, explicó la clínica Las Américas en un comunicado expedido el viernes.

Camila Abuabara se juega los días más importantes de su vida. Le fallaron los riñones y el hígado y se elevan plegarias para que estas dolencias no afecten su corazón. A la clínica han llegado decenas de donantes de sangre. En la tarde del viernes se conoció que los médicos determinaron quitarle la dopamina de la medicación al encontrar que ya tiene regulada su presión arterial. Su hermano, el donante, la visitó y generó comunicación con la paciente. De acuerdo con esta evolución, se tiene previsto extubarla. Todos confían en que su juventud sea su mayor aliada. Sin embargo, se estima que permanecerá un mes más en la Unidad de Cuidados Intensivos y en tres meses se sabrá si el trasplante por el que ha luchado tanto funcionará.

Las frases de la paciente

Días antes de que un juez autorizara el trasplante de médula a Camila Abuabara, la joven estudiante habló con El Espectador. Aquí algunas de sus expresiones más relevantes con este diario.

“Mi hermano ya donó una vez, pero fracasó porque Sanitas lo autorizó muy tarde”.

“El medicamento hace que se me olviden las cosas”.

“Yo estoy en tercera recaída, las recaídas en el cáncer que tengo lo hacen peor”.

“Nunca han hecho un trasplante de tercera recaída en Colombia, allá desahucian pacientes en segunda recaída”.

Yo empecé con el blog y Twitter y empezamos haciendo unas campañas en pro de la salud sin imaginarme que me iban a desahuciar”.

“Soy 50% compatible con mi hermano, y ha sido muy difícil conseguir un donante, necesitamos que el médico tenga mucha experiencia”.

La experiencia de la clínica y de la EPS Sanitas

Según sus registros, la clínica Las Américas, de Medellín, en 14 años ha realizado cerca de 450 trasplantes de médula ósea. 70 de éstos han sido similares al que se realizó a Camila Abuabara.

La información suministrada por ese centro asistencial señala que los resultados en materia de trasplantes renales han sido presentados en diversos eventos en Colombia y el exterior con resultados comparables a nivel mundial.

En cuanto a la EPS Sanitas, en comienzo dilató el trasplante, luego apoyó económicamente a la paciente en algunos aspectos. Negó el tratamiento en el exterior por estar excluido del POS. Finalmente lo aprobó por orden de un juez, pero lo pagará el Estado a través del Fosyga.

 

Por Norbey Quevedo Hernández

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